miércoles, 24 de noviembre de 2010

La Espera (no es manzana) del guionista


El chiste remite al guión de un capítulo de los Pequeñecos (así se llamó en mi tierra) 
“Si no encuentras diversión, no esperes más y lánzate a volar con tu imaginación”, -decían-.
          Retratar la espera no es tarea fácil. Un guión se construye de pedazos de tiempo pegados. Y en esos retazos de humanidad, como una vez dijo mi amigo LG, las emociones, al ordenarse de forma lógica, conforman la trama y se entrelazan a los personajes que al interactuar, forman una historia. No hay humanidad sin historia. De algún modo, la humanidad y la historia son casi lo mismo. Y el ahora es la epidermis de todo eso, es la fábrica, el laboratorio del presente donde sucede cualquier cosa que no tenga que ver con el pasado y el futuro, menos recordar e imaginar. Escribir un guión es saber manejar el tiempo, no cabe duda. Un guión se escribe en presente y suele durar lo que un partido de fútbol. Pero el manejo del tiempo va mucho más allá de una pura formalidad técnica.
         Y por supuesto, cada historia, yo diría incluso cada personaje, al ser un cúmulo de situaciones ordenas en el tiempo, tiene su tiempo. En cualquier escuela de cine te cimbran la frente con la máxima de Tarkovsky, esculpir en el tiempo. Esculpil si fuera chino y escupir si fuera un niño, el tema es el mismo: el tiempo. Y como podría ser un tema eterno, mejor me paro aquí y me doy unos minutos a esperar qué se me ocurre escribir.

         Esperar es difícil. Tanto en la vida como en el guión. Yo diría que esperar en un guión es fatal, pues lo que uno espera en un guión es que sucedan cosas, por imperceptibles que parezcan. Películas de esperas hay muchas, cada una de ellas podría resumir un tipo de espera distinta. Y esperar es lo que más hacemos los humanos. ¿Por qué, entonces, será tan difícil ESPERAR si perdemos tanto tiempo esperando? La espera está ligada al tiempo, ¿la espera es un perder tiempo?
         En el sentido de dejarlo ir sin más y sin importancia, sí.
         En un guión el tiempo bien manejado es ése que no se nota. Los flashbacks o flashforwards, son un recurso de principiante. O en su mejor defecto, de serie televisiva de género policiaco. Si en un guión se usa el flashback, mejor que sea al principio y de un modo rápido, que casi no se note. ¿Se hará esto pensado en los que entran con las pelis empezadas?
         Sea como fuere, este recurso no debería ir más allá del “erase una vez” famoso.  De modo contrario, pero como en la vida también, si te la pasas recordando (inprerprétese, a base de flashbacks) no vives. Y tus personajes serán de cartón-piedra, o de tabla-roca, como se dice por aquí, duros sí, pero frágiles y estáticos, muertos.

         Es tan curiosa la vergüenza del guionista frente a la espera. Un guionista se pasa largas temporadas en espera, en stand by, como los aparatos electrodomésticos. Qué horror, compararme con un refrigerador o una aspiradora. Pero no, me refiero en stand by como una televisión, un blue raydvd. Incluso como una computadora u ordenador, que por desgracia, suele ser más cercano al trabajo del escritor dramático, que el mismísimo Shakespeare o Cervantes. o un
         Quiero llegar al punto de decir que hay muchos guionistas que se pasan largos años en el limbo, viviendo como lectores de los guiones que otros -extraños en su mayoría-, escriben. Seguramente para intentar que la televisión en turno se los produzca. Porque tanto en México como en Aspaña, pocas son las productoras que tengan departamento de lectores de verdad, dejando tal privilegio para las televisoras, quienes suelen tener estos departamentos llenos de guionistas que no escriben y de productores que no producen, todos mezclados y leyendo para los ejecutivos de las cadenas.
        Y es que la producción de historias es tanta... Leer es lo mejor que se puede hacer cuando no se escribe, seguido de ir al cine o copular. Aunque éste último no sé si lo pondría primero.
         Leer, y quizás, si no encuentras libros que te satisfagan, leer lo que sea y que te paguen por ello, mejor dicho, por tu opinión profesional o asesoría. Hay guionistas a los que les da vergüenza admitir que están en ese limbo de no escritura y borrosidad anodina, en las grises oficinas del departamento de lectores. Pero a la mayoría no. Aunque sí, la mayoría, si no están activos, eso es, escribiendo para la tele o el cine uno o varios guiones, dejan de relacionarse profesionalmente con el sector. Y dejan de beber, de drogarse y de ir a las fiestas, dejan de gastar para poder sobrevivir.
        De ahí que es tan importanque que se pague bien este trabajo.
        A mí, personalmente, que soy burgués de aldea con aspiraciones anarquistas, sí me importa estar en ese limbo. Al igual que me importa, aunque no tenga qué gastar, no asistir a las fiestas o reuniones, de las cuales cada vez recibo más invitaciones gracias a dios, y gracias a esa gente de celuloide y la coca, que a veces se acuerdan de su servidor. Si uno deja de ir es porque…quién sabe por qué. Quizá porque el tiempo transcurrido entre una y otra es mucho, o porque la espera de la próxima fiesta se hace larga y a uno se le olvida cómo relacionarse.
      Este fue el toque de drama del artículo de hoy .


      Es tan molesta la espera, tan incómoda, tan abusiva, que lo mejor es ahogarse en la laguna de la lectura. Y que chingue su madre el mundo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

me gusta lo q has escrito.

Anónimo dijo...

"Es tan molesta la espera, tan incómoda, tan abusiva, que lo mejor es ahogarse en la laguna de la lectura. Y que chingue su madre el mundo". MARAVILLOSO CIERRE :P

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