martes, 20 de marzo de 2012

La nostalgia del guionista

Hace un par de días, iba yo charlando y sobrevolando con una amiga guionista regiomontana el Paseo de Reforma, cuando llegamos a la siguiente conclusión: cualquier escritura guionística parte de la nostalgia. De aquello que fue y ya no será, o de aquello que nunca fue y ansiamos que suceda. Presente, pasado y futuro mezclados en la nostalgia.


Unos días atrás también, en una cibercharla guionística con un cuate que se hallaba en un país de América del Sur, comentábamos el retorno nostálgico de Hollywood hacia aquellas épocas originarias, en donde el cine todavía no estaba corrupto por las plazas comerciales, y las manos hacedoras del todo cinematográfico eran básicamente artísticas.
            ¿Qué nos está pasando, nos hacemos mayores y vamos despidiéndonos del cine para dar paso definitivo al video-juego? ¿O por fin el espectador se siente cansado de tanto efecto especial por gusto y criterio del animador de turno? ¿Nos hallamos a las puertas la ansiada dictadura del guionista? Qué nostalgia me daría si así fuera y ni me enterara. Sea como fuere, una cosa acabo de aprender: preguntar tanto hacia delante como hacia atrás, es ser nostálgico.
            La nostalgia nace cuando en la vida entrecruzamos sentidos con sentimientos, igual pasa en un guión. Por ejemplo, el sentido de regresar con el sentimiento que nos produce la infancia lo escribo con la imagen de un sustantivo tren con la acción irse y no volver: ahí está la semilla de todo. También la nostalgia tiene un fuerte nudo con el estado anímico de la no pertenencia, cuestión muy guionística ya que a ningún* de nosotr*s nadie sabe nunca dónde ponernos, si con los escritores o los cineastas, si dentro o fuera del rodaje, si con los vagos y vividores o con los locos, desquiciados y sufridores…nostálgicos…
            ¿Qué guión, qué película no es nostálgica? Ninguna historia se salva de no tener por lo menos, un principio nostálgico: Érase una vez… que regresé al pasado. Historias de regresos a la escuela, por ejemplo, hay un montón, aquí el amigo Nick Pullia, un auténtico Screenwriting Examiner nos habla de diez guiones, entre los que se encuentran, THE BREAKFAST CLUB,  escrita por John Hughes; FAME, escrita por Christopher Gore (y con la que yo soñaba de pequeño); WELCOME TO THE DOLLHOUSE escrita por el loco de Todd Solondz ; y ELECTIONWritten by Alexander Payne and Jim Taylor (novel by Tom Perrotta) que he visto dos veces y me encantó, pero de la que no recordaba ni el título ni el escritor/director, porque si me hubiera acordado me hubiera ahorrado (o no) una disputa en feisbuck con un conocido guionista mexicano; disputa escrita en la que yo aseguraba que Alexander Payne no se podía considerar guionista.
            Woody Allen, otro gran guionista al que yo acusaba de no ser auténticamente guionista, asegura que como todo el mundo, me pongo nostálgico en momentos de debilidady que
"…No soy religioso o puritano. En ese sentido soy ligeramente más europeo, pero eso es algo más fácil de encontrar en Nueva York, creo, que en el resto del país. Nueva York es lo más cercano que tenemos a una ciudad europea".
            (Algo que deberían aprender muchos turistas de mi pueblo).
La nostalgia por lo que somos y no seremos o viceversa, podría ser tan chistosa si no fuera tan dramática. Pero por suerte posee las dos caras, el chiste y el drama nunca existen por separado, se trata del abc del teatro clásico. El guionista patético y nostálgico no es chistoso, tiene que ser además torpe. Su torpeza es la punta de lanza de sus vicios vitales y emocionales. Siempre pienso como guionista nostálgico que para la comedia se necesita ser feo, los grandes actores de la comedia lo fueron, pero cuando me pongo a trabajar me doy cuenta enseguida de las mamadas que digo y pienso, pues para ser chistoso se necesita ser chistoso, y además, un buen texto. :P
El guión nostálgico, cómico o no, tiene el tonito de “aquellos maravillosos años” (o su versión aspañola de cuéntame cómo pasó), se trata de la mitificación del pasado, y qué mejor pasado siempre, que la juventud. O aunque también se trata a veces, como hemos dicho, de una nostalgia que mira hacia adelante, en un futuro será así, y te gustará…o no. Y de nuevo Woody Allen, fue quien escribió el guión de El Dormilón parodiando las dos nostalgias,  pasada y futura, una mezcla que pocas veces llega a nosotr*s, como el Titanic, que ahora sale en 3D. ¡Más nostalgia!
El cine es nostálgico por naturaleza, todos los guiones que hablan sobre la creación vaquera de Estados Unidos, desde Griffith hasta nuestros días por ejemplo, el western es puro cine-nostalgia. La nostalgia impregna en el 99% de los guiones que se escriben, que luego se filme o no con ese tratamiento es otra cosa, casi nunca se hace…por suerte. 
       Qué verde era mi valle que le quitó el Oscar a Ciudadano Kane (otra gran nostalgia), y Las uvas de la irason dos de las mejores nostalgias de la historia del cine, y encima del mismo director, John Ford.
Al final nos veremos obligad*s a afirmar que: todos los guiones son nostalgia pura, sin importar de qué sea el monte (de si sea de orégano o de cualquier otra madre.)

8 comentarios:

Lola Lagata dijo...

Todos los guiones, la raíz. El cine, desde que nació con su mirada nostálgica o el tiempo, siempre el absurdo conocimiento de estar en el tiempo, Inquilino.

Anónimo dijo...

No hay nostalgia mayor que cuando ves que el guión que con tanto amor se trabajó, no se filma. ;(

El inquilino dijo...

Estar, permanecer, ser tiempo Gata. Alguien dijo que las películas debían durar como un partido de fútbol, 90min, si no era demasiada nostalgia--. Anónimo, sí, un guión que no se filma da pena, por eso es mejor escribir pocos y muy buenos. ;)

Itzel Enciso dijo...

Hacía un tiempo que extrañaba estos artículos llenos de vida... Ya comienzo a perderme, pero será que esta idea del tiempo, el paso de éste, los recuerdos, las memoria y los deseos me erizan.
Y qué son los guiones, sino fragmentos de la vida, de la historia. Eso es lo que deseo leer o en este caso ver. Busco que me haga reconocerme en un instante y pensar en lo que no fue y podría ser o que probablemente no será.
Será que la primavera me llena de nostalgia o tu artículo me recuerda que miro a menudo soledades, muerte... pero también mucho que ver y vivir.
Gracias, de verdad. Es reconfortante creer que un artículo de guión puede conmoverme

Saludos

Itzel Enciso

Anónimo dijo...

Nos vas a hacer sonrojar...

El inquilino dijo...

La nostalgia tiene un "no sé qué", que a tod*s nos alegra el día. ¿Para qué buscar el tiempo pasado? mejor la nostalgia...que nos da el cine. :D Saludos.

Makiavelo dijo...

El mundo es de los nostálgicos.

Salud

Anónimo dijo...

Me gusta Gregory Peck,si se pudiera resumir todo él en un párrafo diría que sus ojos rasgados y enmarcados en esas cejas y pómulos,la nariz y su boca inmensa y carnosa,el pelo negro y ese suave hoyuelo en la barbilla componen una estructura perfecta del hombre con el que no te importaría morir al sol o en las nieves del Kilimanjaro o en el mar cazando una ballena.Hubiera estado cerca de él acechante como una hiena o como un buitre carroñero.Eso es el cine y eso es un guión.DESEO.Con nostalgia Quique.

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