viernes, 30 de enero de 2015

Cómo asesorar un guión de largometraje en 10 sesiones

Sesión # 1
¿De qué va este guión? Uno no debe pretender hacer mucho la primera sesión. Es  un guión que no conoces, que no es tuyo y que seguramente es la primera vez que escuchas su historia porque así lo has decidido.

Nota # 1: Ir freso a la primera lectura del guión, nunca leerlo antes en casa, aunque te lo hayan enviado. La frescura te convierte en espectador.

Una sesión nunca debe superar las tres horas de trabajo. Más es contraproducente.

La regla básica y general sigue siendo la misma: Show, don’t tell. Muéstralo, no lo cuentes, no lo escribas. Es cine y el cine son imágenes, básicamente, y sonidos. Tu lenguaje al escribir, el lenguaje del guión, del cine, pertenece a esos dos mundos.

¿Quiénes son los “clientes” que demandan asesorías de guión?

Lo primero que hay que intuir o saber es que, si 
alguien encarga una asesoría es porque ese guión va a producirse pronto, o al menos, se contemplan los próximos meses para levantar el dinero y en un futuro cercano filmar esa historia. Las asesorías de guión se suelen pedir meses antes de que salgan las convocatorias de ayudas fiscales al cine, también llamadas subvenciones estatales del organismo oficial y administrativo que se dedique a ello. En México Imcine, hay uno en cada país.

Por ello, hay dos tipos de clientes, por lo general. Los directores-escritores cuyo guión lleva escrito algunos años, unos cuatro es una buena cifra, y que ya ha sido presentado con anterioridad a esas ayudas y ha sido rechazado porque el guión “estaba a medias”; y los productores, que poseen un guión ya encargado y escrito por otro guionista, pero que por alguna razón, no están del todo satisfechos y contentos con la historia, y saben que con una buena asesoría la cosa, el libreto, mejorará bastante. En este segundo caso, el guionista original no suele sentirse muy a gusto con el asesor, pues lo considera un intruso en su trabajo. Los directores-escritores están más ávidos a aprender y a modificar su trabajo original.

En ambos casos, el objetivo de una asesoría es la reescritura del guión, consiguiendo entonces el último tratamiento, el que ya va para el rodaje, o como dijimos, las ayudas.

Volviendo a esta primera sesión: en ella, lo normal es escuchar el guión entero, leído por su autor (ya sea director o guionista), para uno enterarse de qué va la historia, y si tiene un protagonista claro. O mejor dicho, hay que plantearse si a esa historia no le convendría más que un personaje alternativo al protagonista, o sea, el secundario, tomara el protagonismo por encima del que hay en esa versión a asesorar.

A lo que voy es a contestar a la pregunta: ¿está bien elegido el punto de vista de la historia? ¿El personaje lleva las riendas de la acción? ¿Es convincente, tiene gancho que sea precisamente él el que la protagonice, o el personaje secundario está pidiendo a gritos contar su historia, o sea, su cambio vital? En una primera lectura/escucha del guión, hay saber que el personaje que más necesite cambiar, es el protagonista.

Nota # 2: Cuando hay que asesorar un guión, de seguro es porque tiene problemas con el punto de vista de la historia o/y el protagonista.

Sesiones # 2 y 3
Nueva lectura, pero ahora sí, parando punto por punto. Para ello necesitas una copia impresa del guión, y una pluma del color que quieras. En la copia irás apuntado todos los problemas que veas, de toda índole, amén de todas las ideas que se te ocurran in situ para resolver esos problemas. Como hacia el final de la sesión 3, estaría bien que tú, asesor, tuvieras la misma historia que había al principio, pero contada con una logline nueva. 

O que el autor y tú, más o menos se vayan poniendo de acuerdo en esa logline, o cuanto menos en el tema de la peli.

Seis horas máximo para leer y apuntar al detalle. Así tendrás un diagnóstico cercano y fiable, que te proveerá del panorama general del guión, lo veras en su generalidad. Conocerás sus personajes, su trama, y sobre todo, las docenas de fallas que tiene.

Nota # 3: Para no agobiarse en el trabajo, cada sesión debe ser semanal, ir tranquilamente y no abusar del tiempo tan necesario para muchas otras cosas de la vida. Aunque asesorar un guión es como una relación de amor: se puede intensear mucho en muy poco tiempo. Lo mejor es saber hacerlo lento… y rápido.

Sesión #4                                                      
Estructura. Pensando en que ésta sea clásica, de tres actos, donde el acto dos es el doble que el acto 1 ó 3. Y donde cada parte de la estructura (un total de cuatro partes), vendrían a durar unos veinticinco minutos, estando dividas y unidas en dos grupos de dos por el punto medio de la historia. En él siempre ocurre algo importante. Sí, ya sabemos, todo muy Mckee y Snyder... Y otr*s.

Nota # 5: Los guiones que piden asesorías suelen ser comerciales, ningún “artista” sería tan humilde como para rebajarse a pedir asesorías de su guión. ¿Se imaginan a Reygadas pidiendo asesoría a El Inquilino Guionistas? Nah, ni en LSD.

Entonces, se coteja el guión original y se compara con la estructura clásica, decimonónica y cinematográfica que uno ha propuesto, viendo si la acción dramática coincide con la estructura de tres actos, si sobra algo y si falta algo. Qué sobra, qué falta en esta estructura, ésa es la clave de esta sesión. Porque…

Nota # 6: … A un guión que hay que asesorar siempre le sobra y le falta algo, las dos cosas juntas. Ninguna por separada. La estructura del guión es la estructura ósea de la historia, todo por dentro se mueve cuando se aplica, reacomodándose, faltando y sobrando.

Lo normal es que del guión original se pueda rescatar el cincuenta por ciento. Por ejemplo: los flashbacks se reutilizan pero ahora en tiempo real del presente de la historia, se respetan los personajes, el contexto, etc. Todo eso va sumando.

Nota # 7: El contexto, el ambiente, los personajes, sus caracteres, siempre hay que respetarlos, porque precisamente eso es “el qué de la peli”, lo que hace, hará y seguirá haciendo original a la historia, y también la razón por la que el director-escritor o el guionista y el productor, quieren hacer esa peli. Es su rollo, no lo cambies. Ellos así lo ven así: “si quiero hacer una peli de polis, de deportistas, una comedia o un drama, ningún asesor me lo debe cambiar”. Y tienen razón.

Sesiones # 5, 6 y 7
Necesitas: tablón de corcho, tarjetas blancas 10x12cm y plumas de colores, o una pluma de ésas que llevan varias tintas. También necesitas chinchetas, al menos de cuatro colores, una para cada fila de tarjetas.

Sobre todo necesitas ganas de perder el tiempo pasándola genial rehaciendo un guión, una historia. Este trío de sesiones son la operación a corazón abierto del guión. Lo vas a salvar. En tu cabeza vas a hacer una película de la que te vas a enamorar para poder tener ideas ah hoc, que convengan a la historia, pero a la vez, no has de olvidar (o puedes hacerlo pero por poco tiempo), que no es tu historia, ni tu peli, ni tu guión. Es raro. Es tuya por momentos pero al final pertenece a otro. Es un amor que se va, es la mujer de otro.

En tres sesiones, nueve horas, harás junto con tu asesorado, el trabajo que él no hizo, quizás porque nadie se lo enseñó hasta que llegaste tú. Me refiero al paso previo de la escritura del guión: las tarjetas que dan cuerpo a la escaleta.

Tienes cuatro columnas que “rellenar” con diez tarjetas cada una.

¿Qué hay que escribir en cada una? Obvio la película, lo que sucede y cómo, el drama de cada escena, así el conflicto y el argumento, pero todo a base de frases cortas y bien pensadas.

Sesiones # 8, 9 y 10
Durante las semanas que hay entre las últimas sesiones, el director o el guionista o tú, si es que al final te hacen coescritor (no te hagas ilusiones, no suele ocurrir), pero alguien tendrá que ir al fin reescribiendo en base a las tarjetas que se colgaron en el pizarrón.

En cada sesión de las tres se mostrará el avance. Si el escritor ha hecho sus deberes y no se ha echado la manta al cuello o se ha dedicado a otra cosa (a la que le da de vivir, por ejemplo), cada sesión se leerá un acto. El asesor tomará notas en la copia impresa, fijándose en los diálogos, eliminando muletillas, analizando su sonoridad, buscando la mejor manera de ocultar el subtexto, etc., viendo en su mente las acciones, qué tan claras están para ponerse a filmarlas ya, y procurando que todo dure lo que se ha acordado que tiene que durar respetando el lugar de cada giro en cada acto.

Si uno se quiere ver buena onda, la sesión once será de pilón y se irán a tomar unas chelas o lo que gusten. Pero no olviden que el protagonista lo es porque acciona. Accionar implica usar verbos con tu protagonista a la hora de escribir. Los verbos se filman, con ellos se hace la historia. Qué quiere, qué decide. Prohibido ser pasivo. Según accione, las apuestas irán subiendo a su favor o en contra, pero siempre tu prota guiará/guionizará la historia.

Nota # 8: Un prota activo es lo mínimo que se necesita para no aburrir.

¿Cuánto se cobra por estas 10 asesorías en México? Mínimo dos mil dólares, y lo normal es que te paguen más cinco mil si ya te has hecho de un nombre. Eso sí, ya saben cómo es esto, todo aumentará según los buenos trabajos que vayan haciendo dentro y fuera de la industria.

Nota # 9: Una asesoría de guión en diez sesiones, muchas veces marca la diferencia entre un guión bien escrito y otro que no. Ni modo, así es. :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaría bueno conocer que pelis fueron asesoradas, para saber cómo quedaron... (Ver el guión previo ya sería mucho, no?) Abrazo...!

El inquilino dijo...

Sí, estaría bueno. Lo pensamos, pero por cuestión de confidencialidad firmada por contrato, no podemos ni mencionarlas. Mucho menos mostrar los guiones antes y después de haber sido asesorados. Quizás en un futuro... Esperemos.

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