Páginas

miércoles, 12 de marzo de 2014

Guionista, 18 razones para odiarlo todo

1. Porque está permitido, porque odiar libera, sobre todo de la frustración post escritura.

2. Porque el odio alimenta el alma y no se necesita nada más, y ya se sabe: de alma llenamos nuestras historias.

3. Porque es la mejor razón para saber lo que queremos: te odio porque te necesito.

4. Porque el odio ayuda a entrar y salir de la decadencia: todos los guionistas estamos destinados a la marginalidad, aunque ésta sea de oro.

5. Porque odiar te ayuda a no esperar nada de nadie, menos aún de los directores y productores. Y más allá: de los espectadores.

6. Porque es la cara opuesta del amor. Es la mejor forma de tener el amor cerca de nosotr*s, en la constancia del secreto.

7. Porque el odio está cargado de terror, y el terror que puede llegar infundir un guión es uno de sus mejores virtudes.

8. Porque odiar nos sitúa a unos niveles de realismo tan elevados que, alejados de toda magia, el corazón se nos llega a caer en pedazos por tanta ternura y congoja.

9. Porque el odio nos hace ver a flor de piel nuestra propia indefensión, nuestra futilidad vital, y acabamos por pensar invariablemente que lo más importante de nosotr*s, siempre será la próxima obra que está por escribir.

10. Porque odiar a alguien como a nosotr*s mism*s, sigue siendo el acto más sublime de creación.

11. Porque la nobleza que reside en cada guionista, siempre elegirá entre la ignorancia y el desprecio, el odio.

12. Porque odiar es sentir, y no odiar es no sentir.

13. Porque no odiar es olvidar, y odiar es no olvidar.

14. Porque memoria y sentimiento son las bases para escribir, y para odiar.

15. Porque el odio es la llama que mantiene viva la venganza, y sin venganza no existiría Tarantino, y sin Tarantino, much*s no querríamos escribir.

16. Porque odiar el amor y amar el odio, no se engañen, es muy guionístico.

17. Cine: odio el odio, por eso me odio, porque te odio.

18. Vine, vi, y odié. Y luego me puse a escribir. Por eso, odiemos, escribamos y seamos felices, no hay más secreto que ése.

No hay comentarios:

Publicar un comentario