No recuerdo en qué lugar leí recientemente, supongo que por estas redes porque de haber sido en un libro de papel tendría anotado el párrafo, el autor y podría añadir el enlace—, que, para escribir un buen guion era imprescindible deshacerse de los adjetivos; que un guión excelente debía tener sólo sujetos y predicados, y cuanto más de lo segundo tanto mejor porque lo convertía en un artefacto infalible, más visible y por lo tanto más dinámico de cara al espectador —que es y será el motivo por el que se escriben estos documentos de trabajo, o estructuras de desarrollo audiovisual—.