El Guionista y las Becas

Dedicado a T,

que para el nuevo año se inicia en el mundo de las becas.

Ayudas, becas, subvenciones, montañas de dinero que los gobiernos democráticos y que sus primos, los gobiernos de economías emergentes, y que también sus vecinos, algunos de ellos dictadores del tres al cuarto que aparentan no serlo, reparten al poder cultural anualmente.

            Millones y millones de dólares, euros y pesos para los hispano-hablantes que se dediquen a la cultura en general, al cine en particular y al guión en concreto, como el suelo.  Pero como siempre, todo siempre es poco. Y más si el todo es vivir de las becas. Y es que el poco que uno siente en el fondo de su corazón, sólo se va con el éxito, no con la escritura ni con la realización cinematográfica raspá y bien pagá, o casi, de los fondos públicos.
          Yo nunca fui agraciado por las becas, como en tantos otros aspectos de mi existencia, nunca di el perfil. Lo intenté un par de veces en mi vida. Hace muchos años en Valencia, para realizar un corto cuyo guión había sido premiado en un concurso veinteañero. Y muchos años después en México, para dar los últimos retoques y reescribir los postreros tratamientos de un guión. 

En ninguno de los dos casos resulté bendecido con la venia soberana del estado, mexicano o valenciano, y achaqué el motivo no tanto al proyecto, pues tenía plena confianza en él, sino a mi falta de relaciones políticas e institucionales.
Ni en asociaciones, y mucho menos en palacio, sabían quién era yo, aparte de un joven con su proyecto bajo el brazo, como tantos otros. La depresión me duró más bien poco y seguí en mi mundo y en mi carrera hasta el día de hoy, en el que recordando recordé que hay muchas becas y ayudas en todos los entornos en los que estuve, desde mi ciudad, pasando por mi país, el otro, el vecino, Europa, el Mundo. 
Y si no me involucré más en este ámbito del becado y a veces bien pagado, fue porque me preocupé de otras cosas que sólo a mí conciernen, como escribir mis historias y recoger algún fruto que otro por ello. Pero sé que el tema de las becas es el tercer apellido de cualquier guionista: Fulano Guionista de tal Dinero y Becas. Así la llevamos todos…

De menos a más, y si resulta que eres yo sin yo saberlo, puedes empezar echando un ojo a la página del Instituto Valenciano de Artes Cinematográficas, el famoso en su bello pueblo, Ivac. Que siempre va de la mano de la instructiva y casa de muchos durante muchos años, incluyéndome, Filmoteca Valenciana.
Pinchando en su página de ayudas al guión, me encontré con la suculenta cantidad de cinco ayudas de 10.000 eurapios cada una, para guiones de largometraje de ficción y/o animación en VALENCIANO, y dos ayudas de 5.000 € para guiones de largo documental, también en la misma lengua. Para chuparse los dedos con una rica paella un domingo y los pies sumergidos en la Albufera, mientras con el portátil te escribes un guión, que con suerte y si haces migas en la pequeña industria local, podrá llegar a realizarse, eso sí, en valenciano.
Ojo avizor: una de las ayudas de documental y dos de ficción, serán para guionistas noveles. Y aunque ellos lo llaman erróneamente tratamiento, lo que piden es una escaleta de 20 a 40 páginas y cinco minutos de guión escritos. Se olvidan del storyline, la sinopsis, el argumento, los personajes… ¡La tierra de las flores, de la luz y del amor! Y ahora también, de los guiones a gustito, a pie de playa, pagaos, y bajo un sol que es de lo mejor del Mediterráneo.

De Valencia volamos a Madrid. Y en la página del Ministerio de Cultura Aspañó, en el ICAA (Artes Audiovisuales, creo) me acuerdo que siempre que hablan de cine y cultura en los medios de comunicación escritos más famosos, hablan de las ayudas, del dinero; se quejan de una parte, politizan o chantajean de otra, un relajo total, chico. Ayudas del Ministerio de cultura o ICAA para el guionista.
En resumen, podrán participar cualquiera de las lenguas oficiales del Astado Aspañó. Sólo guiones de ficción, supongo que para documental tienen sus propias ayudas. 600.000 eurapios totales, un buen bauche. Quince ayudas de 40mil€ cada una. Piden tratamiento secuenciado -¿pues qué tratamiento no lo está?-, de entre 15 y 30 páginas. Aunque si lo piensas bien, no está tan bien esta ayuda, porque prácticamente te piden ya un tercio del guión escrito y no te prestan la más mínima asesoría profesional. Aunque sí están bien pagadas, ¿quién te pagaría cuarenta boniatos por un tercio del guión? El Astado Aspañó.

Respecto a las ayudas catalanas, de las cuales lo desconozco todo o casi -y el casi es lo que me imagino y no lo que sé-, uno se queda más que frío sólo de leer este suculento titular: Cómo engañar a la Generalitat (aká, gobierno catalán) con las subvenciones de cine. Que el cielo lo juzgue, pero para que luego digan que la tranza y el canallismo sólo son modus operandi del mexicano, si es que ni ha que fotres, noi. El archivo que se pueden descargar en pdf con la noticia original del gran timo institucional con las ayudas catalanas al cine, no tiene desperdicio. ¡Quin despropósit al cinema català, collons!

En el caso de México, Imcine es patio de recreo y sobrevivencia de muchos guionistas sin pelis, guionistas con muchas, argentinos, gente con talento y políticos que intentan no parecerlo por la mala fama que tienen en el país. Que vividores de subvenciones y becas hay muchos y repartidos por todo el maremágnum latino-hablante, es una realidad. Que saber moverse por despachos y estar al quite con todas las ayudas que salgan y apostarle y entrarle a todas ellas, es la forma de hacerse con alguna, otra realidad. 
Y que la mayoría de nosotros nos aburrimos de inventar y presentar proyectos a los dadores de dinero público de turno, o no se nos da bien hacerlo, o vivimos de eso unos años –no es mi caso, ojalá-, es la tercera realidad.

Imcine, Instituto Mexicano de Cinematografía. Su página web es la más completa que conozco. Literalmente, de un golpe ves un buen panorama del cine nacional, que así visto todo junto parece bastante. Y algo importante, la presencia directa a los ojos del que ve la página, del link de Ibermedia, el programa europeo de ayuda a la coproducción con América Latina.
Algo curioso de lo que pasa con Imcine es que, al no existir ministerio de cultura en México, todo lo referente al cine no se adscribe a la ministra de turno, como en el caso de Aspaña, sino que goza de independencia y mayor solvencia por su comunicación directa con Gobernación, o sea, con el gabinete presidencial. 
Y más en concreto, después de ver que te ayudan paso por paso para que decidas a qué ayuda le entras, wey y hay muchas, sus principales becas al guión son… ¡Horror a manos llenas!… En su página web no todo podía ser tan bueno como al diseñador gráfico le hubiese gustado. Cero trasparencia de cuánto dinero se da, de cómo se da, de en qué consiste realmente la ayuda, de quiénes son los jurados, ¿Por qué se alternan año tras año ayudados y jurados? O de cuáles son los períodos a cumplir con la entrega del guión, y un largo etc. ¡La gran diferencia con el estúpidamente llamado primer mundo, la TRANSPARENCIA MEXICANA! Pero eso sí, el nombre de quien recibe el apoyo, bien clarito, pa que no haiga dudas de quién es quién en la manzana mordida (sin ánimo de ofender), y entre ellos varios conocidos. ¡Enhorabuena compañeros! 
El punto de todo esto, si es que huelen un tufillo a crítica de mi parte (ya les dije que soy anarquista de pueblo costero), es el siguiente: Imcine les paga la carrera cinematográfica, o sea, da dinero desde la idea primigenia hasta el estreno de una película, y durante mucho tiempo –toda la vida-, a muchos cineastas mexicanos, argentinos y españoles, por ese orden, y eso, en un país como México, que se halla sumido en la pobreza y la guerra -entre otras veleidades novohispanas de este lado del Atlántico-, eso es prácticamente pecado frente a los ojos de la Guadalupana, que siempre quiere bien sin importar la raza. 
Aún así, vengan turistas europedos, vengan artistas argenprimas, a las que uno se arrima, aquí no les pasará nada, ésta es su casa.
Y punto, el tono de crítica termina aquí, se los juro como que soy el Inquilino que ocupa este espacio digital. Lo mejor de la crítica es que libera, y lo peor, es que es envidia, diría yo en otra vida, o sea, yo si fuera tú.

Como quería ofrecer información de primera mano y no basarme únicamente en mis cómodos prejuicios, acudí a mi amiga N, guionista madrileña que llegó a México un año antes que un servidor, y con quien estudié dos años en la escuela de cine otras veces mencionada, y a quien brevemente entrevisté.

¿Cuándo decidiste pedir tu primera ayuda/beca, a quién? A los 14 años, una beca para un curso de francés en Francia. No me acuerdo de cuál fue la institución. ¿Existe un perfil del becado/ayudado? Sí, aunque a veces por suerte se rompe ese perfil y se apoya a otra gente. ¿Cuál es el mejor modo de acceder a una ayuda de guión/cine? El mejor modo es no desesperarse y seguir intentándolo una y otra vez. ¿Desde la primera ayuda a la última, cuántas han sido en total? Puffffffff, son muchas: -Erasmus para estudiar en Italia; Leonardo da Vinci para trabajar en Italia; apoyo de guión del IMCINE para línea argumental; apoyo de IMCINE para guión definitivo de largometraje, para producción de cortometraje; Ayuda de profesionales de la cultura del Ministerio de Cultura español;  Residencias artísticas del FONCA; Jan Vrijman para la producción; FOPROCINE para la postproducción; Beca Gucci Ambulante para la postproducción; Fundación Carolina para escritura de guión; Ibermedia para el desarrollo de proyecto... ¿Qué países han estado involucrados, cuáles han sido más generosos? México, España y Holanda. Para mí el más generoso siempre ha sido México. ¿Se puede vivir de becas y ayudas? ¿Durante un tiempo limitado o toda una vida? Cuando tienes un proyecto de cine no te queda de otra, vives de los fondos y de los apoyos que te dan. En México se puede vivir, en España seguramente no. En general, ¿te parece justo el sistema de ayudas al guión/cine? ¿Qué defiendes, qué criticas? ¿Justo? No existe el concepto de justicia aplicado a los fondos. Que alguien decida apoyar tu proyecto frente a otros pertenece al terreno de lo subjetivo, y por lo tanto no puedo apelar a la justicia cuando no me lo dan, sino que lo achaco a la mala suerte. ¿Vivir o sobrevivir de becas es para el guionista una alternativa al mundo puramente industrial y competitivo del cine? Sí ¿Qué consejos podrías dar al que se inicia en el mundo de las becas? Tener seguridad en el proyecto. ¿Para cuándo la próxima beca o ayuda? Para hoy mismo, es una chamba como otra cualquiera y requiere de un trabajo continuo.

          Toda una lección de limpieza y pulcritud que seguramente también se verá reflejado en los proyectos que presenta a ayudas, subvenciones y becas, y en la carrera y la fama que allí se está formando mi amiga N. Esperemos también, por el bien del cine y de los fondos públicos, que se vea reflejado en sus guiones y películas. ¡Suerte!

Y para acabar, un dato curioso. Artistas que han vivido bajo el amparo del estado y sus fondos, han existido siempre, en democracias, reinados, dictaduras y tribus. Y ojalá se acaben, eso significará que la gente de la cultura no necesita de más ayuda de papá estado para poder desempeñar su trabajo. La alternativa siempre es industrial, y casi siempre también comercial, e indudablemente, en todos casos va ligada al dinero, no hay cultura sin dinero, o mejor dicho, desgraciadamente la cultura se amolda al dinero. Aunque sí existen modos alternativos al margen del kapital, como los centros okupas de toda Europa. Sea como sea y elija lo que elija, uno va haciendo su camino, su carrera, y no olvidemos que los científicos también viven de becas o trabajan para las farmacéuticas.
Lo más importante de todo esto son las historias, el hecho cultural que debe trascender a la ayuda gubernamental. !Que cada vez haya más y más gente haciendo cine, es un hecho positivo para todos. Si estamos en una buena época, los artistas serán buenos vengan de donde vengan, pero si es mala la época, serán pésimos y de ellos mejor ni hablar. Y la justicia, un tema importante en estos casos aunque no se hable de ella, parece no existir ni antes ni ahora. 
En los últimos días de su vida, Cervantes quería embarcarse con la corte real, como escritor al servicio del rey, rumbo a Nápoles. Y el rey, pensándoselo mejor y como inepto rey aspañol que era, decidió codearse con otros escritores de moda más intelectuales y más artistas que Cervantes, que era un escritor popular, y que sólo había hecho eso llamado novela, alejado del teatro y de la poesía, verdaderas artes de la escritura. 
Al final el rey partió y el viejo Cervantes se comió los mocos, mala suerte, dejándose morir en Barcelona, a orillas del mar, en alguna posada inexistente ya del barrio marítimo de la ciudad condal. Seguramente, Cervantes pensó que nunca había dado el perfil para una venia real.

¿Quién no escribe su destino si ya, Cervantes y el Quijote murieron igual, olvidados en las costas de Barcelona? Pero ése es otro tema, el destino y la escritura, o mejor dicho, los guiones predestinados, ¿a dónde? Al cubo de la basura esperemos que no.

           ¡Felices fiestas, bon nadal, y feliz año!