lunes, 15 de noviembre de 2021

¿Qué chingad*s es un guionista?

La siguiente conferencia fue organizada por el Gobierno Municipal de Tapijulapa, Casa Tisho'e y el taller literario 'La diversidad textual'. Tabasco, México. 2021

"Buenas noches a todos y todas, por la hora que es esto parece más un standup que una charla y taller de escritura de guiones. Digo, se ven todos muy despiertos, hay madera de escritores en ustedes, lo puedo asegurar nada más verles… Me presento: me llamo Aarón Romera, soy guionista, llevo 18 años en México, estudié hace mil años en la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Valencia aunque no lo parezca, y hace casi 20, en el Centro de Capacitación Cinematográfica de Ciudad de México. Escribí para grandes y pequeñas productoras a ambos lados del charco, escribí cine, series, teatro, cómic y proyectos que se quedaron en el cajón y produje algunas cosillas. Pero para mí, mi currículum no es lo importante sino que lo más importante es lo que he hecho y lo que hago para los demás guionistas, los que empiezan y los veteranos, gente de mi gremio. Ahí es donde entra El Inquilino Guionista y su filial guionnews.com, a los que les he dedicado once años de mi vida, y los que estén por venir. Del inquilino diré que empezó como un blog durante la espera de un guion vendido pero que no se filmaba. Un blog donde yo volcaba todo lo que sabía, conocía o investigaba para que las personas que no tenían la fortuna de tener acceso a la enseñanza de la dramaturgia y el guion, tuvieran en sus pantallas un pellizco de ella que les ayudara en el desarrollo de sus historias. Eso fue en el año 2010 cuando empezamos esto del bloguionismo. También desde el segundo año de vida del inquilino guionista tuve la suerte de que se sumaran colaboradores que han ido apareciendo y desapareciendo a lo largo del camino y que han ayudado con su tiempo y trabajo a que esta comunidad que se ha ido formando alrededor del blog a lo largo de los años haya ido creciendo. Y como es natural para no aburrirnos en esta comunidad, además de escribir hemos hecho muchas cosas, por ejemplo hemos becado y patrocinado escritores y escritoras, hemos hecho docenas talleres, producciones, fiestas, documentales, cortos, series, obras de teatro... muchas cosas por y para el guionista. 

Pero lo que he venido hoy a hacer aquí, con ustedes, además de hablarles y presentarles esta comunidad de guionistas que tienen en común la lengua en la escriben, es, a contarles qué hace, qué chingados hace realmente un guionista. Alguien que dice que escribe historias bien chidas para ser filmadas y que gana lana por ello, asegura... A veces, nada más lejos de la realidad, ¿verdad?... Empecemos. ¿De dónde viene un guionista, qué estudia? Un guionista puede provenir de muchos mundos: del literario, del de la actuación, del periodismo, de la música, de la pintura, de cualquier parte. Lo importante es que le guste escribir, narrar en cine, y tener o construir su don para la dramaturgia. Que es una rama de la escritura donde se escribe no solo para leerse sino para que un actor, dibujante, director o incluso músico construya una obra total con ella, una obra en equipo y en colectivo, una obra de artistas. Y hay distintas ramas dentro de la dramaturgia nacidas a partir de los cambios tecnológicos, como lo es el teatro, la radio, el cómic, la tele, el cine por su puesto, las webseries, la publicidad, los vídeojuegos y el storytelling, que es presentar las historias de las empresas con un pequeño cuento dramatizado… Por tanto, cualquier escritor que desarrolle alguna de estas ramas de la dramaturgia o lenguajes (lenguaje teatral, televisivo, cinematográfico, etc.) es un guionista. Hasta ahí creo que vamos, bien, ¿no? ¿Alguna pregunta?

O sea, aunque suena redundante y de primero de secundaria, un guionista es aquel que escribe guiones o libretos cinematográficos, ¿pero cómo?

Hay varias formas de escribir un guion empezando porque se puede escribir individualmente o en colectivo. Y a partir de ello, la industria necesaria para sustentar todo esto toma un cariz u otro. Si escribes individualmente y obras originales y no por encargo de segundas o terceras personas, debes presentarte a pitchings, mercados cinematográficos en festivales de cine, laboratorios de guion y lugares donde puedas ofrecer y vender tu historia, tu guion para que acabe siendo producido. Y si escribes colectivamente lo normal es escribir para la televisión y compartir jornadas laborales con tus compañeros, jerarquizar el trabajo, igualar el cobro por derechos de autor y supuestamente, como dicen ahora, ser el rey o reina de las series… Por tanto, podríamos decir, que un guionista es esa persona que decide escribir no para que lean su texto, su obra, sino para que la monten, la filmen, la dibujen… En definitiva, para que la pongan “en tres dimensiones” con el afán de llegar con su obra a más personas de las que llegaría si solo escribiera para lectores usuales de libros, que ya son pocos por desgracia. 

Es decir, como en el sexo, en el guion puedes ser un lobo solitario y onanista, o un actor porno en una gran gang-bang. Puedes trabajar arrimando el hombro y todos a una Fuenteovejuna, o trabajar como autor literario en la soledad de tu escritorio. En el primer caso escribirás varios guiones al mes, sobre todo porque serán guiones de televisión y ganarás bastante bien, y en el segundo caso escribirás un guion de cine u obra de teatro cada dos o tres años y te costará bastante mantenerte solo de esto. Ese es el caso de Guillermo Arriaga y de mucha más gente. Aunque a Guillermo no le cuesta mantenerse de esto, está claro...

No se me duerman, por favor… Si se les hace aburrido me dicen, ¿vale? … Pueden levantar la mano, pasamos a preguntas o hablamos de cualquier otra cosa.

¿Para quién trabaja el guionista? Fácil, trabaja para sí mismo o trabaja para un productor. Si estamos en el primer caso es porque su obra es original, misma que en inglés se llama “spec script”, concretamente “speculation script”, un guion con el que se especula si se va a producir o no. En cambio, si trabaja en una obra por encargo, más habitual en televisión (pero no exclusiva de ella), siempre irá asociada esta idea a la idea que tenga un productor sobre la historia, aunque sea “te encargo que me vendas una obra original, por tanto es obra por encargo porque te la encargo yo”, ¿me explico? Así son de mañosos a veces los productores. Les vendes una obra original pero en el contrato figura como de encargo para que puedan pagarte menos. Sea como sea, el productor siempre va a querer tener el control total sobre tu guion una vez caiga en sus garras. Por lo tanto trabajamos para él pero, ¿para quién escribe un guionista, para quiénes hacemos esta labor de sentarnos y tirar líneas de tinta digital? Pues para todo el equipo de rodaje, pero sobre todo para los actores y actrices, que son quienes con su creatividad encarnan, dan vida a nuestros personajes y los hacen suyos. Nuestros primeros lectores siempre deberían ser actores. Y nuestros primeros asociados al proyecto también; “paqueteados” al guion como se suele decir; paquetar es convertir un guion en un proyecto involucrando a cabezas del equipo como productor, actor, director, músico; “carpetear” también se le dice. Entonces, y ojalá quede esto claro, debemos escribir personajes e historias que ilusionen a los actores. A unos porque el guion posee por ejemplo excelentes secuencias de acción, y a otros porque el personaje protagonista es profundo o memorable, según el caso. Además de escribir para los actores y actrices hay que aprender a hacerlo, porque si la historia carece de elementos dramatúrgicos importantes para ellos, serán ellos quienes los añadirán o harán al menos el intento.

Pero más allá de escribir para los actores, hay malas noticias. Cara al mercado y cara a la industria (otra vez la misma palabreja), por desgracia somos escribamos medio esclavos que solo trabajamos por 2 bananas y 4 cacahuates, en definitiva, por propinas. Si no todos los guionistas, sí un enorme número de ellos. Pero no nos engañemos, una cosa es cómo nos consideren (un mal necesario) o cómo nos traten (como a un “corre ve y dile''), y otra cosa es de quién es la película. No voy a entrar en el debate de si la película es del director o del escritor. Porque una película se escribe por tal y se dirige por cual, aunque a veces es la misma persona quien realiza ambas funciones. Pero para para responder de quién es realmente la peli, solo hay que mirar el reparto de los derechos de autor en una película, y observar que se hace en cuatro partes, una para el productor, otra para el director, otra para el músico y otra para el guionista. En resumen, a nivel de regalías somos dueños de una cuarta parte del filme. Pero ojo, que el actor principal, que sería el quinto As ganador en la partida de póker de una película, a veces gana más que cualquiera de los cuatro primeros. Algo me dice a mí que nuestras manos solo escriben, no acumulan dinero.

Pero, ¿cómo se trabaja cuando se trabaja en equipo en el llamado “cuarto de guionistas” o writers room, cuando se escribe un guion a varias manos? Se trabaja repartiendo el trabajo y rezando para que te lleves bien con los demás guionistas, para que te gusten sus ideas y cómo escriben, para que solo tengas buenos recuerdos de la experiencia cuando termine la serie, pero sobre todo para que trabajen, cumplan y lo hagan dejando el texto, el guion, lo más fino posible y cargado de material dramático interno. Una imagen que sirve para ilustrar lo que digo, es imaginar el guion como ropa mojada que escurre muchas aristas dramáticas. A nivel práctico hay mil formas de organizarse, desde la clásica “todos lo hacemos todo”, desde la idea hasta el argumento pasando por la escaleta, el guion y los diálogos, aunque esto suele ocurrir con mancuernas que se encuentran de vez en cuando en la televisión, hasta sistemas de trabajo totalmente jerárquicos e industrializados, donde hay un showrunner, un head writer, 4 ó 5 escritores, juniors writers, asistentes de guion, jefes de contenido, en fin, un sin fin de personas y escritores metiendo mano en las historias sin parar. 

A nivel práctico, cuando ya el dinero corre y no solo es tomar café o algo más fuerte hablando de proyectos y castillos en el aire, y cuando el equipo de escritores ya está elegido y formado, se suele empezar a trabajar por el diagramado de toda la serie, o sea, el clásico pizarrón con 80 ó 90 tarjetas con las acciones (los verbos) más importantes de los personajes para contar la historia de la serie. Luego, este diagramado se convierte en escaleta y aquí tendríamos que hablar de los tipos de escaleta que existen, casi tantos como escritores y shows, porque lo importante de la escaleta es potenciar a través del argumento lo más relevante del género en el que estás escribiendo ese guion, sea este acción, comedia, romance, telenovela, terror… En la escaleta de acción se potenciarán los momentos de aventura, en la de telenovela los momentos de amor, en el terror los sustos y así sucesivamente… Y por lo normal, será un guionista en concreto quien se encargue de escaletear todos los capítulos para luego, otros guionistas, con esa escaleta hacer la primera versión de cada guion. ¿Todo esto es muy aburrido, verdad? ¿No se les ocurre que hablemos de otra cosa? ¿No?

Es que hoy en día, con el boom de las series hay de todo, de todas las formas de organizarse en el trabajo, todo tipo de personas contratadas solo para dar ideas o realizar una función concreta o dar un servicio específico en el guion como lo son los asesores históricos, dramatúrgicos, sociales... Podríamos seguir toda la noche profundizando en el mundo del guion pero estoy seguro que se quedarían dormidos, así que solo añadir que, a la hora de cobrar (ah, ya veo que despiertan cuando hablamos de dinero), a la hora de cobrar se reparten los derechos de autor, además del precio de cada guion, de forma igualitaria. Es decir, incluso cuando los guiones se escriben mezclando todas las manos de los guionistas del equipo o cuarto de escritores, por facilidad de cobro de derechos de autor cada guion va firmado con el nombre de uno solo de los guionistas, por tanto se van turnando en el crédito de escritor de la serie. Eso es para no cobrar pedazos de derechos de autor sino derechos enteros. 

Muy bien, estarán pensando algunos o algunas de ustedes, pero, ¿cómo se escribe un guion realmente? Antes de hablar de aspectos formales y dramatúrgicos del guion en sí, me gustaría mencionar una lista que escribí hace muchos años pero no toda la lista, porque se trata de los 50 clichés más evidentes que existen sobre los guionistas recopilados de libros y películas. Ahí van algunos y luego me dicen si son ciertos o no en su caso, ¿vale?…

Que somos amargados, egoístas, mamones, sin sentido del humor y pendencieros o muy tímidos y retraídos. Que nos gustan las frases profundas estilo “te lo dije” o “el sueño de la razón produce monstruos” de Francisco de Goya es un buen ejemplo de ello. Que fumamos sin parar. Que nos gustan las antiguallas y las antigüedades. Que nos gustan las pelis de misterio, suspense, y que adoramos a Hitchcock. Que somos bebedores y siempre escribimos al lado de una botella de güisqui y un vaso de dudosa limpieza. Que somos casi ancianos o lo parecemos, o lo que es peor: que olemos a humedad y polvo. Que llevamos lentes y barba blanca tipo chivo, que estamos pelones o muy canosos. Que escribimos en una vieja Olivetti del 79 y perdemos horas, días y dinero en encontrar las clásicas cintas negra y roja. Que nos encanta escribir pelis de mujeres perseguidas por asesinos cuyos pasos olisquean legendarios sabuesos, muy Chandler todo, pero con más sangre. Que nuestros personajes adquieren vida real y se nos aparecen y nos hablan, nos dicen qué escribir y qué no; o de plano ya, si somos rebeldes con ellos nos boicotean y hasta nos pegan un tiro… En fin, si quieren conocer los más de 40 clichés restantes solo tienen que leerlos en “el inquilino guionista”, cuyo eslogan o frase mamalona desde el año 2010 es, “el inquilino guionista no paga a inicios de mes, habla de guion”.

Encaminando ya esta charla al pequeño taller o ejercicio que les voy a proponer, quiero hablar antes de aspectos más concretos de la escritura de guiones que debemos tener en cuenta a la hora de empezar. Hablo de los personajes y su creación, de la estructura progresiva en la que se asienta el drama para llegar al clímax, y de un sin fin de “piezas” más, podríamos pensar, que forman el lenguaje cinematográfico sobre papel, en concreto, la película sobre el papel. 

En la creación de personajes yo enseño que al personaje los componen tres elementos mínimos, que son persona, rol y carácter. PERSONA: qué aspectos de la persona hay en el personaje, por tanto, nombre, edad, físico, y cualquier característica que nos sirva para entender a esa persona, por ejemplo: Juan, 22 años, sordo; ROL: qué rol juega el personaje en el guion o la historia: el padre, el médico, el amigo, la presidenta, el vengador, etc. Y CARÁCTER, o sea, forma de ser y sentir del personaje: uraño, dichadachero, atrevido, tonto, etc. Cada una de estas tres partes del personaje, persona, rol y carácter, tiene un objetivo en la historia; entonces son tres objetivos mínimos los que necesitan los actores para construir sus personajes, a saber: Objetivo, el objetivo de la persona, qué quiere esa persona, dinero por ejemplo; Súper Objetivo, qué quiere el personaje para todos los que son de su rol, por ejemplo si el rol es el de doctor pues un doctor quiere salvar muchas vidas o… jugar a ser dios… Y un Objetivo Oculto o huella de dolor, que es qué quiere el personaje que no sabe que quiere para superar X situación o drama. A esto hay que añadirle un personaje antagonista a cada objetivo para que haya conflicto y cada conflicto de los 3 importe y sean conflictos primarios, que nos interesen a todos y sean vitales. Entonces, como puede haber un objetivo más importante que otro en el personaje podremos darle más importancia a uno de los 3 objetivos por encima de los otros dos, o a los tres, o a dos, y jugar con ellos como queramos y dependiendo del viaje, camino o recorrido que realiza el personaje. ¿Me explico? Cabe decir también que en el cine suelen cambiar a lo largo de la historia las tres partes del personaje mediante el famoso arco dramático, pero que en televisión solo suele cambiar la parte de rol y mantenemos intacta la parte de persona y carácter para que los personajes sigan siendo “nuestros amigos de la tele” y podamos escribir muchos capítulos y aventuras con ellos y disfrutarlos contínuamente. O sea, para que sean totalmente empáticos, no cambian.

Luego, como ya he mencionado, la estructura en cine se llama estructura progresiva y es en la que progresa un conflicto general (o varios) y en la que se pone en juego una premisa dramática: “todas las rubias son tontas”, por ejemplo, premisa dramática de Legalmente Rubia, de modo que todo el guion gira entorno a demostrar si esa premisa dramática es cierta o no. Ese es el trabajo que tenemos que hacer, pero ojo, no confundir premisa dramática con premisa a secas, que es como los críticos denominan al punto de partida del personaje. Ahora bien, tomando una estructura de cuatro actos que es como la de tres pero dividida por un punto medio, o sea, por la mitad, al inicio se planteará la premisa dramática, luego en el acto 2 se pondrá en juego, en el acto 3 se profundizará en ella para llevarla a un anticlímax, y en el acto cuatro se llevará a un clímax y por fin a una imagen de cierre. Todo ello de la mano del personaje que ya explicamos hace un minuto y donde al final del primer acto este personaje principal tomará una decisión, al final del segundo esa decisión lo llevará a una falsa victoria o a una falsa derrota respecto a su objetivo, a la mitad de película. Nótese que tiene que ser “falsa” para que la peli no acabe ahí, y así pasaremos a un tercer acto donde esa decisión lo llevará a un mundo totalmente al revés a veces marcado por un punto de giro, y un cuarto acto donde esa decisión se pondrá por fin en tela de juicio para que el personaje salga o no victorioso después de su viaje… Si habláramos de estructura de 3 actos, a mí no me gusta eso que nos enseñan en las escuelas de “principio, desarrollo y final” sino que me decanto más por “tesis, antítesis y síntesis”... y esa, tesis-antítesis-síntesis, será la estructura básica para el ejercicio y el pequeño taller que ahora les plantearé. Recuerden: tesis (cómo es el mundo del personaje en ese momento), antítesis (cómo cambia el mundo y el personaje 180 grados, o sea, al revés), y síntesis (cómo vuelve a cambiar y se mezclan el viejo y el nuevo mundo del personaje).

En cambio, si hablamos de estructura de televisión podemos decir que los guiones de las series tienen en principio una estructura más libre, más ad libitum, ya que poseen una macroestructura definida por cada temporada. Y cada formato, que es como se llama a cada propuesta y forma de nueva serie o programa de televisión basada en una Biblia, que es el documento de desarrollo de personajes, tramas, tonos, estilos, etc, genera su propia estructura particular, basado en la duración o en cuántos actos tiene y cómo se unen. Por ello, los guiones de series pueden tener dos, tres, cuatro y hasta seis actos. El formato más famoso de televisión y que ya tiene más de 20 años, es el llamado “One Hour Tv Drama”, (drama televisivo de una hora), inventado por la BBC, que no es “bodas, bautizos y comuniones” sino el famoso canal público de televisión británica. Y es un formato de 45 a 55 páginas o minutos, formado por 6 actos, donde el primero y el último, llamados Cold Opening y Call Back respectivamente, son los más cortos, y los otros cuatro van de más a menos duración para hacer el formato más ágil y rápido. Cabe decir que este formato tiene 4 cortes que antiguamente eran cortes a publicidad. Este formato, el “one hour tv drama” se ha usado y se usa en infinidad de propuestas seriales. Pero hay otros formatos, no es el único. En comedia es usual estructurar el capítulo en 4 actos iguales de 5 minutos cada uno. Y respecto al modo técnico de escribir dramaturgia televisiva, que viene de la radio novela, no lo olviden, es evidente que primamos el diálogo frente a la narrativa cinematográfica que se basa más en narrar con imágenes que con diálogos. 

Respecto a las distintas dramaturgias o distintos lenguajes audiovisuales, también llamados “artes secuenciales” porque se cuentan a través de secuencias unidas por elipsis, estaría bien tener su propia charla un día, o una noche (visto el éxito de esta), para poder analizar y diferenciar el lenguaje televisivo del cinematográfico, del comiquero, del teatral, del web seriado, del publicitario o incluso hoy en día del de los memes.

Que no se me olvide otra palabreja: yuxtaposición, o juego de contrarios, o como se dice en música “contrapunto”. ¿Qué es esto? Yuxtaponer es colocar ideas, imágenes o emociones contrarias, en un orden contrario pero seguidas una detrás de otra. Esa es la técnica básica para escribir guiones. En edición de películas se llama “efecto kuleshov”, ¿lo han escuchado alguna vez? Seguro sí.

Y para ir cerrando “qué chingados es un guionista” antes del pequeño taller que ahora explicaré, hablemos de algunos de los aspectos más oscuros del oficio, como pueden serlo la famosa procrastinación que nos lleva a una contínua pérdida de tiempo, de días, de horas haciendo como que haces algo y no haces nada, aunque quizás sí estás haciendo algo porque estás pensando pero en verdad no estás avanzando en la obra como en una construcción, como con una pared que se va construyendo con ladrillos dramáticos y/o cómicos, como la construcción de un poema, a base de imágenes. Y otro aspecto desagradable es el del bloqueo creativo, en el que puedes pasar años con el mismo guion y no mover letra porque tienes miedo de no estar a la altura de lo que quieres escribir o quién sabe por qué a veces, pero el miedo es gélido y no te deja golpear el teclado de la laptop. Y esto, muchos guionistas lo sienten en el estómago. Y luego la parte de los gajes del oficio donde hay cantidad de gente que no conoces de nada que te escribe en las redes sociales para buscar trabajo o para decirte que es una vergüenza lo que escribes; y las envidias, las humillaciones, las zancadillas, las relaciones falsas y por interés con otros guionistas pero sobre todo con productores de los que tienes que aguantar que a veces te insulten, con el objetivo, como dije al principio, de pagarte menos. Sin olvidar mencionar la soledad tan necesaria para escribir y tan pesada a veces y que nos va comiendo por dentro… Las largas temporadas sin trabajo, las horribles y largas esperas… En concreto, un mundo que visto desde afuera puede parecer de película pero que visto desde dentro es para aguantar vara y drama… Pero no olvidemos la gran satisfacción que se siente después de haber terminado un guion, ya que te encuentras bien, se fue el pánico, eres un chingón y te dices “este es el mejor oficio del mundo”… Hablo de esa extraña sensación que da la obra terminada, ese abismo que que nos mira, ¿lo han sentido alguna vez?

Ahora, antes de pasar a la siguiente fase de la charla-taller, aquella en la que les convertimos a ustedes en guionistas, leemos sus propuestas y las analizamos, voy a darles unos minutos por si quieren preguntar o comentar algo de lo que aquí se ha dicho, o quieren tirarme un zapato a la cabeza en señal de protesta. ¿Alguien? Ánimo, que los guionistas no mordemos, en todo caso somos villanos de buen corazón o payasos sin mucha gracia. ¿Ven? Yuxtaposición."

No hay comentarios:

Licencia Creative Commons
el inquilino guionista se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.