martes, 8 de febrero de 2022

Cómo escribir un guion emocional

Durante nuestras sesiones de taller, hemos leído muchos guiones y en gran número de ellos se pasa por alto la piedra angular de nuestro oficio: cómo hacer que el espectador sienta realmente algo. Pasaron los años, seguimos leyendo y descubrimos que centrarse en las emociones de la escena que estás escribiendo marca la diferencia de guion a otro. Algo así como lo que dice esta cita atribuida a distintos autores gracias a la red: "he aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo los hiciste sentir".

Por ello, aquí y ahora declaramos que aquellos y aquellas que aseguran en los salones de las escuelas de cine que pueblan este y otros países, que no hay que escribir emociones en un guion porque las emociones no se filman, no saben de lo que hablan… Oh Dios del cine, perdónalos por pervertir con engaños las mentes de los jóvenes cineastas.

Y como llevamos unas semanas pensando sobre cómo debería escribirse a nivel técnico la acción y las descripciones de las escenas para que fueran emocionalmente evocadoras, aquí les compartimos algunas de las ideas que más o menos hemos sacado en claro al respecto:

Evita palabras planas que no dibujan una imagen vívida en la mente del lector. Esto se aplica, por ejemplo, a los sustantivos: "perro" frente a "doberman", "coche" frente a "Corbet"; verbos: "caminar" frente a "zancada", "ritmo", "marcha", "pasear"... y caracterizaciones: "él es generoso y considerado" frente a "él es un santo", "ella es una mujer mala" frente a "ella es una arpía".

Evita verbo + adjetivo cuando un verbo más fuerte sea suficiente. "Corre rápido" se convierte en "corre". "Él mira enojado" se convierte en "él mira". "Ella come ansiosa”, se convierte en “ella come”.

Evita la voz pasiva en favor de la voz activa: "el coche lo conduce Juan" frente a "Juan conduce el coche". También evita el participio presente (el gerundio “ando”) cuando sea posible. Y los adverbios terminados en -mente porque restan potencia.

Siempre que sea posible, muéstranos personajes que interactúan con las cosas en lugar de solo describirlas: "el apartamento está sucio: latas de cerveza vacías por todas partes, envoltorios de comida rápida, un desastre total" frente a "Miguel busca un lugar para sentarse, limpia las latas de cerveza vacías y los envoltorios de comida rápida del sofá"). Haz las cosas sin vida más activas: “hace viento" frente a "el viento silba". "Hay una casa" frente a "la casa da a la bahía".

Espolvorea palabras a lo largo de tu texto que reflejen el tema y el entorno del guion. Si tu historia es sobre una aventura amorosa peligrosa, usa palabras y colores que evoquen calor y pasión. Si tu historia es sobre tecnología inhumana, usa palabras y colores que hagan que el lector se sienta frío, aislado, ansioso.

Tu estilo de escritura siempre debe coincidir con tu género: un guion de acción no debería leerse como una comedia y viceversa.

Recorta la paja, lo sobrante. Haz que cada palabra cuente con el objetivo de tener un impacto emocional en cada página, en cada escena, en cada oración.

Y sobre todo, déjate soltar esa lagrimita cuando matas a un personaje;
 saber por qué y cómo lo haces y lograr empatizar con ello, es primordial.

Ten en cuenta que el arco dramático (o emocional) de los personajes es la suma de los pequeños cambios emocionales que sufren a lo largo de la historia. Para ello, es bueno que indiques con qué emoción empiezan cada escena y con qué emoción la terminan: “María entra cabizbaja (sucede la escena) y sale esperanzada”.

Ojalá les sirvan estos consejos y no olviden nunca: emociones y acciones hacen grandes los guiones. :DD

1 comentario:

Michell dijo...

Qué buen post. ¡Muchas gracias!

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