“Ser guionista no es fácil, ser guionista y mujer menos aún, eso es una realidad como la copa de un pino y me tachen de lo que quieran, es algo que no necesita explicarse.” Escuché una vez decir a un productor por los pasillos de la malograda Ciutat de la Llum, unos estudios de cine en Valencia, Aspaña.
Bárbara, una guionista catalana, dejó escrito en un post de guión de los tantos que pueblan internet:
Recuerdo que hice una prueba para un late night del Terrat. No me eligieron, pero me llamaron para decirme “que sepas, que de las pruebas de mujeres, la tuya es la mejor". Una clara muestra de cómo los productores diferencian entre guionistas hombres y guionistas mujeres, y en el fondo piensan "para ser mujer eres más o menos graciosa..." Debería haber llamado yo un par de meses después para decirles "oye, de los programas que se han estrellado en tiempo récord, el vuestro es el mejor".
Pero también es una realidad, y eso aquel productor de cine en los pasillos del faraónico y vacío estudio valenciano lo sabía, que el negocio de la escritura y la cultura se halla en nuestros países hispanohablantes y desde hace muchos años ya, en manos femeninas. Sea por méritos propios, sea por la tradición masculina de los gobiernos, que dejan para “la niña de la casa”, la pequeña cartera (o bolso) de gasto cultural del presupuesto de la nación en turno. ¡Anarquía, birra fría, y una guionista para cada día!
Los hombres y las mujeres nacemos diferentes. Desde el matriarcado pasando por las eras machistas de Grecia, Roma y el cristianismo, la mujeres han buscado poseer una igualdad laboral y legislativa igual (valga la redundancia) a los hombres. Hasta el momento, las damas que lo han conseguido no han propuesto muchas novedades respecto del modo masculino de hacer las cosas, pero seguro están en ello… ¡Esperemos!
Ministras o Secretarias de Cultura en el Mundo hay muchas: …Brasil, España, México, donde existe una jefa de jefas para la cultura en general (Conaculta con Consuelo Sáizar) y otra para el cine en particular (Imcine con Marina Stavenhagen). Aunque hay en el mundo cosas más llamativas incluso que las jefas de jefas. Por ejemplo Nueva Guinea, cuya ministra de cultura defiende la poligamia en su novela. Chicas que escriben: ¡tomen ejemplo!
“Los hombres aprenden a hacer chistes y las mujeres a reírlos, aunque cada vez conozco a más chicas listas”, me dijo un amigo el otro día, y lo decía en serio. Yo le respondí que esa mujer que le reía el chiste lo hacía seguro por llevárselo a la cama, y no por lo gracioso de mi amigo. Éste, al oírme, pareció alegrarse como un niño con zapatos nuevos.
Aunque yo esta vez subrayo la parte de “chicas listas” de mi amigo, y cual macho aspañó, me aprovecho y voy y a esas chicas listas, las entrevisto. Estoy hablando que hablé con las cuatro mejores guionistas (y con más futuro) en el Méssico actual y el más allá. Y además me puedo considerar amigo de ellas. Sólo amigo, soy demasiado machista como para dejar que una mujer me mantenga: si es que existe tal bellísima persona, claro J. La verdad es que estoy muy orgulloso de ellas.
¿Cuánto hace que escribes? ¿Por qué escribes?
GV: Escribo desde los 10 años. Seriamente. Antes era “mi mamá me mima”, pero en el `82, durante la Guerra de Malvinas, empecé a escribir poemas, cartas a los soldados e insultos a los milicos. ¿Por qué escribo? Porque no sé hacer otra cosa. Y con esto me refiero a todo: un huevo duro me sale blando (lo saco antes del agua), unos fideos, pasados; los mates, siempre los tomo lavados. Soy un desastre para todo lo demás. En cambio, creo que escribo bien y si no lo hago bien al menos me hace sentir bien. No podría hacer otra cosa. Primero, por incapacidad para todo lo demás y segundo, porque escribir es lo que soy. Uf… ¡Sonó de una pretensión espantosa! A ver si lo puedo decir mejor: cuando nació Dante, mi hijo, le dije claramente: “te amo, te adoro, me necesitas porque sin mí te mueres, pero mamá también necesita escribir porque si no lo hace también se muere.” ¿Se entiende? No quiero decir que es tan importante como ser madre pero… está muy reñida la competencia. Te lo pongo mejor: Sería una horrible madre infeliz si no escribiera. ¡Un ser humano horrible si no escribiera!
AP: Escribo desde hace 10 años. Escribo porque no podría hacer otra cosa.
CS: La primera vez que se me ocurrió escribir tenía nueve años. Decidí escribir un libro, se llamaba Tú y yo y era mi historia con el niño de la primaria que me gustaba. A partir de entonces siempre escribí cuentos y poemas y desde que tengo quince años cargo un cuaderno conmigo. Después encontré el cine y mi vocación como guionista.
TL: Aprendí a escribir a los 5 años, con dificultad y muchas faltas de ortografía, aunque no creo que sea ésa la respuesta correcta. A los 10 años mi diversión era escribir cuentos y leérselos a mi mamá, aunque tampoco creo que sea ésa la respuesta correcta, así que creo que la correcta es: me acerque a esto de la escribida, de una forma un tanto consciente hace 10 años pero, hace 8 años que me da pa’ comer. Escribo porque solo así las cosas pueden suceder como yo quiera, cosa que no pasa en mi vida. Pero en los guiones, los personajes y las historias pueden empezar y terminar cómo y cuando yo quiera. Supongo que también me gusta contar cosas ¿Qué? Lo que sea. Además de que me gusta tener el control –jajaja- y bueno, como la gente se queja de mi obsesión por tener el control, había que encontrar por dónde: escribiendo nadie se queja. No sé, me gusta contar historias.
¿Tu mamá ve bien que escribas?
GV: Mi mamá ve bien que escriba, sí, pero no tiene idea de lo que escribo. Llega a leer la historia de dos hermanos que se aman tanto que tienen que ir a la cama juntos, y se muere (es el guión en el que estoy trabajando ahora). Hay cosas que son fijas en mis historias: alguien obsesionado con aprender a leer y escribir (siempre está, y aparece de la nada), tatuajes (amo los tatuajes), el mundo de la feria (los autitos chocones, las tazas que dan vuelta, la montaña rusa…) Hasta ahí, todo bien. Mi mamá, feliz. Pero también hay: cocaína y whisky (una cosa, la otra o las dos), amores prohibidos (una mujer adulta con un jovencito, un señor en el putero, el mejor amigo con la novia de su amigo, así varios…) y gente que roba (robos inocentes, pero me gusta más la gente que roba que la que vive de la mendicidad), ¿tú crees que si madre lee eso estaría orgullosa? ¡Se espantaría!
AP: Mi mamá siempre ha sido una de mis principales porristas en esto de la escritura, no solo lo ve bien, sino que le gusta que me dedique a eso. Aunque se preocupa de que me junte mucho con otros guionistas, porque son muy mala influencia.
CS: (NO contesta)
TL: Mi mamá ve bien que haga lo que me hace feliz y si escribir me hace feliz, ella es feliz. En realidad fue mi madre quien me encontró la primera escuela de guión a la que entré. Repito: desde pequeña me gustaba escribir cuentos y luego entré en la etapa adolescente y como tal, dejé los cuentos para sumergirme en la poesía (salí bastante mala para esto, por cierto) pero estaba sabroso azotarse. Hablo y hablo y hablo y siempre tengo algo que decir, pero no soy buena actriz porque hablar en público me aterra. Así que eme aquí y escribir es lo que me hace feliz, así que no había por qué contar tanto rollo, escribo porque me hace feliz.
¿Cómo es ser mujer y ser guionista?
GV: ¡Yo sabía que me ibas a preguntar eso! Es igual a ser mujer y ser obrera, ser mujer y ser funcionaria, ser mujer y ser artista plástica, ser mujer y ser maestra… Todo eso, en un país machista. He escrito doce guiones en los últimos años y me ha pasado de todo. No te cuento porque no quiero hacer el chisme, pero yo sé que me hubieran pasado menos cosas malas si fuera hombre. Lo sé y punto. Un director no trata igual a un hombre que a una mujer. Una directora tampoco. Y un productor, ¡ni hablar! ¡Vamos! ¡Ni siquiera los maestros te tratan igual! ¡Cuántos abrazos y besos nos tenemos que comer las chicas! Sí, ya sé, la gente es cariñosa, pero por qué no abrazan y besan a su madre, ¿no?
AP: No puedo contestar cómo es ser mujer y ser guionista. Puedo contestar cómo es ser yo, que soy mujer y soy guionista. Mi experiencia no tiene nada que ver con la experiencia de otras mujeres porque no somos una gran masa uniforme. Para mí la experiencia de ser guionista se divide en dos partes: la escritura, que es el lado bonito y creativo donde se encuentra toda la felicidad y la satisfacción; y el negocio, que es el lado oscuro y truculento donde rige la incertidumbre y las condiciones laborales a veces son como de héroe de Dickens. Hay que estar mediando entre ambas partes lo que resulta, por ponerlo en términos positivos, un "reto".
CS: No creo que sea una cuestión de ser mujer: soy yo, y desde ahí escribo, no es que sea mujer y desde ahí escriba. No es que no influya el sexo en nuestra manera de ser, pero creo que lo que más influye al escribir es la sensibilidad, el humor, la agilidad mental y otras variantes que no tienen que ver con el género.
TL: Ser mujer y ser guionista, es como ser mujer y ser abogada, o ser doctora o ser pintora, y seguir siendo mujer. A mí me divierte y no encuentro nada que sea extraño en ello, ser mujer y ser guionista es así, solo soy.
¿En México, el mundo de la cultura es un mundo de mujeres, y el del cine y la televisión de hombres?
GV: No sé si en México el mundo de la cultura es de las mujeres y el del cine y la televisión de los hombres. ¿Sí? No sabía. Tampoco sé si hay un cine de mujeres… La película mexicana que más me gustó de este año, que todavía no se estrena por cierto, es “El Premio”, de Paula Markovitch. Una artista excepcional. Ella es argentina, su peli es mexicana y polaca. La historia es argentina. La mirada, universal. Pero no creo que forme parte de un cine de mujeres… No hay género en su tesis, ni en su mirada. Hay una emoción que nos toca a todos, seas quien seas y vengas de donde vengas. ¿Te contesté otra cosa, no? Es que no me sabía la pregunta.
AP: Creo que sí hay más mujeres en el mundo de la cultura, pero también creo que en el mundo del cine y la televisión las cosas son cada vez más equitativas. Hay cada vez más presencia femenina.
CS: Estoy en desacuerdo.
TL: Mmmm y yo me pregunto, el cine y la televisión, ¿no son parte de la cultura? Para mí no es así o por lo menos no me ha tocado. Escribo para televisión, siempre he escrito comedia, y ese mundo de la cosa simpática en la tele es un mundo de hombres. Cosa que no entiendo: las mujeres también somos divertidas. Así que creo que la respuesta a esto es no. No he trabajado en cine así que no puedo opinar aunque, si lo pienso así nomás por lo que conozco, creo que el cine también está lleno de hombres, cosa que no me causa conflicto dado que hasta en eso, el sexo opuesto es buena onda.
¿Quiénes tienen más talento: las guionistas heterosexuales, las lesbianas, los guionistas heterosexuales o los gays? ¿La escritura tiene algo que ver con el género o el sexo?
GV: ¿Quién tiene más talento? Si te digo que los homosexuales, las lesbianas, los travestis… ¡qué aburrida! ¡Qué lugar común! Y si te digo que los heterosexuales me podés acusar de homofóbica. Así que yo qué sé quién tiene más talento. Tiene más talento la gente que más arriesga. Vos sacá las conclusiones que quieras.
AP: Por crear polémica voy a decir que los transexuales. Pero no creo que el talento tenga que ver con el género. La escritura tiene que ver con cómo una persona ve el mundo y vive su vida, dentro de eso va el género pero es una de tantas cosas que influyen. No es la única ni la más importante.
CS: Me parece que es una pregunta parecida a cuál es tu género musical favorito; no creo que el genio esté en el género sino en la canción.
TL: Jajajajaja. No sé, no sabía que el género o las preferencias sexuales te dieran cierto poder, o más o menos talento. ¿Es algo así como Superman con o sin kriptonita? Jajajaja. Bueno sí: los gays tienen un humor muy peculiar y creo que hasta cierto punto tienen una gran capacidad de burlarse de ellos mismos, eso se agradece. Pero también conozco heterosexuales que hacen reír, así que no creo que tenga que ver. En todo caso cambiarán los intereses sobre qué escribir. Vaya, los temas, pero el talento nomás se tiene o no, sin importar si te gustan los hombres, las mujeres o los jitomates. Porque pa’ escribir no hay recetas, te sale o no te sale.
¿Hay lucha de sexos en tu ambiente de trabajo?
GV: No hay espacio para la lucha. Ojalá hubiera lucha, una pelea abierta, machistas contra feministas, misóginos contra mujeres, chicos contra chicas… ¡Algo! Pero no. Todo es políticamente correcto. A nadie se le ocurre que te pueden negar un trabajo por ser mujer. Y no te lo niegan. Pero insisto, te tratan un poquito peor. A lo mejor porque el hombre puede pegar. En serio. A veces pienso que es por eso. Mirá, si yo fuera hombre le hubiera pegado a un director, a uno solo, que considero me robó: no ideas, un primer tratamiento completo. El mecanismo fue cambiar algunas cosas y decir “tuve que re-escribir mucho”; poner un crédito mezquino –“escrito con la colaboración de…”-. Y lo peor: no incluir el crédito de “Guión de…” ¡en los créditos! Se entiende ¿no? Pero si fuera hombre no estaría diciéndotelo a vos, ni tendría todavía la bronca. Hubiera ido a su casa y le hubiera puesto una buena patada en el culo que es lo que se merece.
AP: Hay una lucha por el trabajo y dentro de esa lucha están batallando hombres y mujeres. Pero yo nunca he experimentado ni discriminación ni favoritismo por ser mujer. He trabajado con hombres y mujeres en distintos proyectos y normalmente he trabajado bien. He conocido mujeres guionistas muy exitosas, hombres guionistas que nomás no consiguen trabajo y viceversa. Los hombres escriben historias dirigidas a mujeres. Las mujeres escriben historias dirigidas a hombres. Creo que en el guionismo hay bastante igualdad, el negocio es igual de complicado para todo mundo.
CS: No, afortunadamente en el Hilo Negro no hemos tenido ese problema ni creo que lo vayamos a tener. Somos un gremio de escritores y en ese sentido todas las ideas valen. Si el escritor para un proyecto determinado ve el mundo de cierta manera nosotros no tenemos por qué cuestionarlo. Al fin y al cabo es su trabajo.
TL: Bueeenoo, como lo mencioné antes elegí hacer reír, o sea la comedia y ése es un mundo de hombres. Al principio tengo que admitir que no fue fácil. En todos los proyectos que he trabajo he sido la única mujer, tuve un jefe que no me la creía y siempre dudaba de mis sketches, en cuanto los leía nada le convencía, sin embargo los de mis compañeros escritores (todos hombres) le parecían buenísimos. Así que un día decidimos darle a leer uno de mis guiones diciendo que era de uno mis compañeros y le encantó. Jajajaja, entonces lo que no le encantaba era yo –jajaja-. Sí me ha tocado la cosa misógina: en el mundial de Alemania éramos un equipo de 5 escritores (yo la única mujer) y se llevaron a todos; ah no, ¡a mí no! Jajaja, el productor dijo que no podían pagar un cuarto para mi sola. Jajajajaja (era TV AZTECA), claro no les alcanzaba, jajaja. Y qué bueno que me lo preguntaron porque tenía que sacar esos traumas. En fin, no sé si era una lucha de sexos pero de que me costó me costó, seguro los intimidé, jaja. Ahora la verdad que no la noto.
Haz una crítica al mundo masculino guionístico, por favor…
GV: El mundo masculino guionístico… Tengo que nombrar películas, ni modo. Acabo de ver “Abel”, y me pregunto: si tu esposo se va de tu casa y no tenés noticias de él por dos años, ¿no cambiarías la cerradura de la puerta? O al menos, ¿no lo mandarías a un hotel? Siento que no sucede esto en la peli porque la mirada es masculina. En Norteado, la peli me parece que está bien, pero la conclusión es: cualquier tarado se queda con dos mujeres. Y las dos son guapas e inteligentes. No entiendo cómo funciona eso… Hay algo en la construcción de los personajes femeninos que se repite siempre: mujer acepta hombre sea quien sea. O peor: mujer lucha (hace cualquier cosa) por hombre y éste no vale un centavo. O peor: mujer pelea con mejor amiga por hombre… ¡y todos son patanes! Yo sé que hay más hombres que mujeres, pero no es excusa. La falta de dignidad de los personajes femeninos me sorprende. Creo que es por la mirada masculina. Yo sé que en la vida real pasa… pero el cine no es un retrato de la parte sociológica del mundo en el que vivimos, sino de lo singular que hay en ese mundo, o sea, los personajes únicos e irrepetibles.
AP: Otra vez se me complica la pregunta porque no creo que haya un mundo masculino del guión. Hay un mundo del guión. A lo mejor hay más hombres que mujeres en ese mundo, no tengo estadísticas, pero como dije antes creo que la presencia femenina es bastante importante y cada vez mayor. Pero por cumplir con la pregunta voy a decir que los hombres que escriben guión en México tienden a poner más palabras altisonantes en sus guiones que las mujeres. Seguro eso tiene una explicación psicológica muy profunda.
CS: No es al mundo guionístico masculino al que haría mi crítica. Más bien diría: los hombres son unos… jeje…
TL: No sé si conozco más guionistas hombres que mujeres. A veces creo que efectivamente es un mundo acaparado por los de ese género, pero habemos algunas mujeres tercas empeñadas en estar aquí. Así que solo creo que los hombres son hombres, las mujeres, mujeres y no somos ni mejores ni peores solo diferentes. Y hay tantas historias que contar, que qué más da quien las cuente si las cuenta bien.
Y en un par de frases cuéntanos el guión de tu vida: quién eres, cómo entraste a esto, qué quieres…
GV: Me llamo Gabriela Vidal. Llegué a México porque quería ser guerrillera. Quería ser zapatista, irme a Chiapas y tener un arma para pelear por un mundo mejor. Pero a los pocos días caí en el CCC, de casualidad, y me desvié del objetivo: me inscribí en el curso de guión. Dos años estaba bien para mí. Después me iba a volver a Argentina, pero tampoco eso sucedió. Conocí a Nicolás, mi pareja, y me fui a vivir con él inmediatamente. Después, obtuve mi nacionalidad mexicana. Y vino Dante, mi hijo. ¿Qué quiero? ¿En relación al cine, al guión, a la literatura, a mi vida…? Quiero un mundo más justo. Eso lo sigo queriendo, obvio. Quiero que se filmen los dos guiones míos que se tienen que filmar este año o a principios del año que viene. Quiero que mis alumnos aprendan. Que escriban y filmen un chingo. Quiero tener tiempo para escribir la historia de un pibe que se prepara toda su vida para ser el fiscal de un juicio histórico: cuando están en el banquillo de los acusados los militares asesinos de sus padres. No tengo tiempo de escribir esa historia que pide a gritos que la escriba. Quiero dormir más. Y quiero que en Argentina cocinen tacos de barbacoa. Eso. Por ahora.
AP: Soy guionista de cine y tele (más tele que cine). Decidí que quería ser guionista en la universidad, entré al CCC y estudié guión. Me ha ido más o menos bien. Mi objetivo es poder escribir más y desarrollar mis propios proyectos para distintos medios.
CS: (NO contesta)
TL: ¿Quién soy? Una mujer de 31 años que llegó a esto por casualidad porque soy bailarina y amo bailar, pero también amo escribir y además ambas cosas se han complementado muy bien en mi vida. Con una muevo el cuerpo y con la otra las neuronas, qué mejor ¿no? Me gusta escribir desde pequeña, y sí, fui la típica niña que en cuanto leyó el diario de Ana Frank, empecé a escribir el mío y claro que me encargaba de esconderlo para ver si un día alguien lo encontraba tras una tragedia. Pero la tragedia no llegó y honestamente mi infancia no tenía nada tan interesante como pa’ ser publicado, pero no me rendí y continué con el querido diario: hasta los 20. Jajajaja y nada, ahí siguen guardadas mis memorias. Siempre supe que escribir tenía que ser parte de mi vida aunque no sabía que uno podía ganar con eso, cosa que me viene bastante bien. Porque me gusta lo que hago, pero más me gusta poder vivir de ello.
Lo bueno de ser guionista es que la palabra no tiene género sexual.
Sólo me queda añadir que al buscar guionistas profesionales femeninas para este artículo no lo tuve fácil. El machismo existe, lo hay y es evidente. Pero creo que es por cuestiones de latinidad. Ya sé que los escritores para la imagen somos un círculo chiquito, pero dentro de ese conjunto las mujeres son minoría. Al menos en mi experiencia, ellas son guerreras marginadas: en Méssico, en Aspaña y en la Cochinchina.
4 comentarios:
creo también que no es el género o sexo el que escribe o crea, sé que son las personas. El género y el rol sexual -porque vamos, existe- influye pero no determina para lo creado o lo trabajado, y sé como mujer, que la vida como fémina tiene ciertos aspectos que prefiero disfrutar y ponerlos de mi lado, que padecer en un afán por compararme con lo que no soy.
Se agradece esta entrada, disfruté mucho leer a tan diversas mujeres que se dedican al guión. Viva la vida y más las diferencias!
Gracias Anónima, das sentido al artículo. :-)
Nos dejaste a todos sin palabras...
y en todos lados se hace esta comparación entre hombres y mujeres. Sería muy interesante un guión con ambas miradas aunque... así sean dos mujeres las que escriben, no piensan igual pero bueno el chiste es que todos tienen algo que aportar y cualquiera puede hacer un buen guión. Muy buena entrada :)
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