“Afamado Inquilino Guionista©™ permíteme escribirte unas líneas sobre algo que llamo intrusismo en el ámbito del guionismo. Y te doy dos razones:
Primero: Porque quienes practicamos esta profesión de guionistas en México NO estamos acostumbrados a cobrar por adelantado, o simplemente cobrar por sentarnos al teclado. Y sabemos que ES problema de nuestro mecenas, si nos aplatanamos para esbozar nuestro próximo Óscar por guión original, o que optemos mejor por dedicar la mitad del tiempo y esfuerzo para perseguir un Ariel de la maltrecha Academia Mexicana, o que prefiramos acrecentar nuestra inmensa fortuna virtual en el póker de Facebook.
Sea cual fuere la razón, ALGUIEN debe pagar por adelantado, pues los callos en los dígitos nos impiden identificarnos si queremos hacer uno de nuestros habituales viajes a Hollywood.
Un consejo que doy por experiencia, y es que si NO hay mecenas ni cliente –cosa inaudita para los guionistas mexicanos– de todas formas, repito: alguien debe pagarnos, aunque sea Dios y su dinero está a la mano en la canasta del diezmo, así que a darle. Total, cuando reine de nuevo el PRI en México, la palabra ladrón será definitivamente borrada de los diccionarios.
La segunda ironía o razón del tema que propongo, el guionismo como una labor hecha por intrusos, es que ni aun torturándome el mismísimo Negro Durazo, lograría éste hacerme revelar tu identidad, Inquilino©™ –tal vez sí unos Zetas–, aunque no te hagas pendejo, es por todos sabido o intuido que eres un mentado gachupín advenedizo que ha llegado a NUESTRA PATRIA disque muy Cortésmente para enseñarnos los menesteres del oficio guionístico –al que no te hace caso, le muestras tu charola de la Comunidad Europea–.
Es decir, Inquilino©™ eres en ti mismo un INTRUSO, que por lo demás sólo nos has logrado enseñar que en todos lados se cuecen habas, y que es tan fácil morir de inanición en México como en España como en Somalia, una vez decididos a dedicarnos a esto. ¡Gracias por destruir nuestros sueños, conquistador! Si hay por ahí algún Matazetas, les aviso que no hay naiden en México que merezca más tortura que tú, Inquilino©™, por más que después de exagerar las zetas hasta Huitzilopochtli nos retuerza el hígado rematándolo con un “gûey”. Para facilitarles el trabajo, les dejo aquí un retrato hablado de él.
Una vez aclaradas estas dos ironías O RAZONES–para lo cual hice uso de mi extraordinaria capacidad sintética-, que a su vez es el arma principal de cualquier buen guionista, me dispongo a hablar sobre el tema en cuestión (vid supra. Si desea saber de qué va este texto refiérase al principio del mismo).
Tengo mis picores, Inquilino©™ para escribirte sobre esto, y eso que no estoy ardido en el amor propio aunque SIEMPRE me haya sentido discriminado por ti, antes pensaba que era sólo por ser mexica.
Hoy lo has dejado todo claro: soy un INTRUSO porque soy historiador de formación (vid supra, si es que esto está en duda de nuevo), y por si esto fuera poco, me dediqué durante varios años a la edición, o más bien a la redacción y revisión de textos para una empresa editorial.
Confieso que si alguien viera mi ridículum jamás adivinaría que soy guionista. Me vería obligado a explicarlo, para lo que tendría que tejer una telaraña de conexiones que demostrarían que mi trayectoria se refleja mejor en un cuadro sinóptico o una sopa de letras, que en ese escueto documento.
La principal confusión para este inexistente e improbable lector ridiculumista, tal vez un director de Recursos Humanos –Dios me libre–, se derivaría de algo que, paradójicamente, forma parte inalienable de nuestro trabajo: en los ridículums no vienen, ni siquiera están implícitos los porqués.
Agradezco entonces a la musa del séptimo arte (¿alguien sabe si tenemos musa?) que a través de sus misteriosos caminos me haya empujado, Inquilino©™ intruso, a hablarte de este tema, y que su pago sea el que yo pueda precisamente justificar que hoy soy guionista, a pesar de ser también historiador y editor.
Como no soy ninguno de los hermanos Cohen, dudo que haya mucho interés en mi biografía, por lo que haré un esfuerzo en callarme, lo cual le vendrá perfectamente a mi vagancia, para que hables tú si es que tienes algo que añadir… ¡Intrusismo a mí!
JM”
6 comentarios:
Los amigos van y vienen… ¡pero los enemigos se acumulan!, dicen que dijo Groucho Marx.
muy de acuerdo con la primer razón con la que se abre esta publicación de hoy... Luego no entendí a dónde iba la cosa que quizá sólo entendieron el inquilino y el firmante JM... En fin inquilino un vez más una buena lectura, siga usted escribiendo e invitando gente... Saludos!!
ah no frimé jejeje RGB78
Gracias Rafa, ya te echaba de menos! Por cierto, a ver cuándo me colaboras con un artículo, hijo, que me tienes abandonao....
Manifiesto mi descontento por la edición y porque no he terminado el texto jajajaja. Demonios! prometo terminarlo entre hoy y mañana. Gracias por tu edición, aunque en efecto no se entiende hacia dónde va...
Pues te va a tocar completarlo por aquí, porque la edición se cerró. Eres una tortuga.
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