Me gané una beca para asistir al costoso Seminario de Géneros de Robert McKee: aquí en Bogotá.
De por sí fue extraño porque no suelo ganarme nada más allá de regaños y decepciones; pero participé de última hora en un concurso de una revista cultural, que se llama Cartel Urbano.
Acomodé una de mis historias a las doscientas palabras que pedían y me hice con el premio: el martes me llegó un mensaje de una chica de apellido italiano, Ricciuli, que decía que había sido yo el ganador y que me comunicara para recibir la entrada al seminario.
Al día siguiente fui, pero de ahí me enviaron a la Escuela Nacional de Cine, y allí otra chica, Mónica Molano, me registró y luego me dio el material que viene con la inscripción, que consistía en una carpeta con las guías de los cuatro días y de los cuatro géneros que iban a analizarse:
Terror, suspenso, comedia y romance.
Creo que es el mejor premio que me han dado en la vida porque el seminario era caro de pagar…
El jueves empezó todo. Fueron prácticamente doce horas los cuatro días, y un día por género.
McKee es un señor medianamente gruñón, pero también de muy buen humor, aunque suene contradictorio; por supuesto que tiene un aire de gurú, casi de sabio, con su espalda encorvada y sus gruesas cejas blancas. Se nota que tiene mecanizada su dinámica y que ya ha hecho muchas veces todo esto. Tiene sus dotes de stand up comedian, y al mismo tiempo parece esos profesores con sus atriles que salen en las películas de universidades gringas… supongo que es uno de ellos. A mí me cayó bien, porque además era estricto con el tiempo, con que no hablaran, etc, y yo soy de ese tipo de gente un poco obsesiva y otro tanto disciplinada, y por si fuera poco es ateo y odia a los republicanos.
La estructura de la presentación fue más o menos la misma con todos los géneros. Él hacía una retrospectiva histórica del género más allá del cine. Después de eso hizo algo que me pareció de lo más valioso: explicaba desde el punto de vista humano, desde el punto de vista psicológico, de dónde nace el género dentro de uno como ser humano: veíamos en qué parte de nuestra mente, en qué parte de nuestra alma están el terror, el suspenso, la comedia y el romance. Sin duda que ese aspecto fue uno de los que hizo que valieran la pena esos cuatro días.
También te da una orientación de en qué parte de tu ser debes buscar para encontrar una historia de terror, o de suspenso, o de comedia, o de romance. En esos momentos hubo cosas que dijo que fueron realmente memorables, como por ejemplo que en el terror debe existir la amenaza de “un destino peor que la muerte” y que la esencia es el sadomasoquismo; que en el suspenso debes empezar por el antagonista y que todo parte de la paranoia, que en la comedia el autor se vale de su ira y que en el romance el amor es real cuando se conecta con tu ser más oculto. Ese tipo de frases que se convierten en revelaciones…
Después habla del género desde un punto de vista más formal, más concreto, más práctico. Habla de las convenciones y pone ejemplos en video (lo hizo en todos, menos en el suspenso). A medida que avanza va retomando lo que va explicando, es decir, va acumulando y todo lo va poniendo en contexto. Al final ponía una película del género y la iba analizando secuencia por secuencia.
Él tiene la teoría de negativo–positivo, es decir, si la escena va en favor de lo que busca el protagonista o va en contra. Esto debe variar constantemente para que la película tenga el suficiente ritmo. También tiene una concepción diferente de las escenas, las secuencias y los actos. Por supuesto a todas las considera como unidades narrativas, pero las secuencias no se limitan a la famosa unidad de espacio, tiempo y acción, sino que deben redondear toda una expresión dramática, sin llegar a ser un acto, ya que los actos se delimitan por los puntos de giro, o clímax, como él los llama, pues según él debe haber un clímax al final de cada acto.
Puede haber secuencias en las que hay varias escenas en diferentes espacios, tiempos o acciones. También le llama cross-cutting a esos momentos cuando se cruzan la trama principal y las subtramas. Lo que en teoría cinematográfica en aspañol se conoce como “montaje paralelo”, y lo considera muy importante para darle ritmo a la narración.
Todas las películas que analizó fueron bastante bien seleccionadas, creo. En el terror eligió la película australiana ‘The loved ones’, dirigida por Sean Byrne, la única que no conocía de las que presentó. Es una película realmente aterradora, con sus dosis de buen humor negro, en la cual se hace una sátira macabra de los bailes de último año en los colegios gringos, y por lo que parece también australianos.
El día del suspenso tuvimos la extraordinaria ‘Seven’, de David Fincher, que en mi concepto es la mejor película de este director estadounidense. El día de la comedia la película fue ‘A fish called Wanda’, protagonizada por el extraordinario integrante de MontyPython John Cleese (quien también escribió el guión) y Jamie Lee Curtis. También participan Kevin Kline (quien se llevó el Oscar por su gran actuación) y otro maravilloso python, Michael Palin.
El día del romance tuvimos el placer de ver la fantástica ‘The bridges over Madison County’, de Clint Eastwood, con la actuación del mismo Clint, y una impresionante (como siempre) y sensualísima MerylStreep. Las cuatro películas, por supuesto, con unos guiones absolutamente impecables, sin tacha.
En las noches, después de cada día del seminario, me iba pensando en mis historias, en nuevas historias y en varias cosas que había dicho. Me metía a internet a revisar algunos datos y a ver un poco más de la historia del tipo. Una de las cosas que más se le critica es que no ha escrito un guión para una película, lo cual no es del todo cierto. Ha escrito algunas cosas, no muy trascendentes, para el cine y la televisión, pero sin duda su trabajo es como profesor y como script doctor, no como guionista en realidad.
En ese campo de la asesoría, de la enseñanza sí tiene bastante experiencia y bastante prestigio. Al parecer han pasado por este seminario y por el de story muchos directores y actores importantes en Hollywood, como Peter Jackson y hasta David Bowie. Recordé entonces que en ‘Adaptation’, la película de SpikeJonze, le hacen un pequeño homenaje, en tono de broma, cuando Charlie Kaufman, interpretado por NicolasCage, asiste a uno de sus seminarios y le hace una pregunta que McKee responde con mucho sarcasmo y mucho disgusto. Una escena muy divertida. Al parecer el mismo McKee eligió al actor que lo interpretaría en la película y tuvo mucho que ver en ese guión, en general.
La organización fue muy buena y asistieron tal vez más de mil personas, por lo que pude calcular a simple vista. Había gente de todo tipo, e incluso me encontré a un par de muchachos recién salidos del colegio, que seguramente son de familias pudientes, o al menos tienen padres muy consecuentes con ellos, o que les preocupa mucho su futuro, o tal vez que no los aguantan en la casa, porque repito que no era nada barato estar ahí.
Una cosa que me reventó el hígado fue la insistencia de la gente por preguntar en inglés. Cuando estaba analizando las películas, el tipo daba un espacio para preguntas, comentarios y demás. Ahí uno de los traductores salía al escenario para facilitar el asunto, y sin embargo la gente preguntaba en inglés mayoritariamente. En estos eventos suelen abundar los snobs y los pretenciosos, además de los lamesuelas.
Por supuesto, al preguntar en inglés, se perdía el contexto de la pregunta para los demás, le hacían perder el tiempo a los traductores, y además se plantea esa situación muy latinoamericana de ponerse por debajo de cualquiera que llega a conquistar estas tierras. Había un traductor y estaba a disposición, ¡que se haga uso de él! ¡Que el señor McKee tenga que acudir al traductor! Algunos incluso hablaban un vergonzoso inglés. No me imagino cuántos de los asistentes se perdieron de muchos detalles de lo que dijo McKee en esos cuatro días por no ponerse esos audífonos y lucir como bilingües.
Por supuesto que estamos tan colonizados que entendemos mucho del inglés a simple oído, pero jamás se comparará con la posibilidad de escuchar todo tal cual como él lo dice, aprovechando que había tres excelentes traductores, que por cierto hicieron un gran trabajo. Si uno lo va a escuchar en Gringolandia, pues bueno, hay que echar mano del inglés, pero estamos en Colombia y aquí se habla aspañol, o bueno, se intenta cuando menos.
Finalmente debo decir que mis expectativas se cumplieron ampliamente. No pensaba que fuera algo tan interesante, la verdad sea dicha. Me pareció sumamente importante para mi carrera, en varios sentidos, porque el tipo conecta lo humano con lo profesional, es decir, tiene en cuenta la condición humana para motivar el aspecto creativo, y además lo ubica dentro de la estructura de géneros que ha sido siempre preponderante en Hollywood, y en lo que se conoce como ‘cine comercial’, lo cual va muy de acuerdo con mi idea de que solamente hay buen cine y mal cine, sea comercial, independiente, o cualquier cosa.
Es esencial porque el tipo conecta el arte con la industria, y eso es muy difícil y muy valioso. Inspira a escribir películas de género sin dejar de hacer verdadero arte, sin necesidad de venderse, o de ceder desde el punto de vista creativo.
La verdad me encantaría ir al seminario de ‘Story’, al cual no pude ir porque era y sigo siendo pobre, además de que no me encontré con concursos milagrosos por ese entonces. Tal vez mi economía alcance para comprar su libro ‘El Guión’ (pésimamente traducido del inglés ‘The Story’), o para cuando vuelva a tener la oportunidad puede ser que haya tenido una lovestory de final feliz con algún billete de lotería.
No estoy de acuerdo con quienes lo endiosan y lo ven como a un “iluminador” que te transmite dones. De hecho él mismo dice que se requiere mucho trabajo. Sin embargo, creo que sí se merece el prestigio que tiene. No soy como el de aquella foto que dio vueltas por ahí de aquel estudiante que se tomó una foto con él con una camiseta que tenía una leyenda que decía: “A cinema class with Robert McKee is like a guitar class with Jimmi Hendrix”. No creo que eso sea cierto; tal vez tendría que ser una clase con David Lynch, o con Scorsese, o con Hitchcock, si se pudiera viajar en el tiempo, para que eso fuera cierto, pero sí creo que es bastante útil y sinceramente inolvidable. No tengo mi foto con McKee, pero por supuesto valoro mis apuntes, los cuales valen más de lo que vale el seminario.
JuanSebastián, nuestro colombo guionista preferido, ha participado y ha escrito en este blog: El guión de un guionista colombiano, Escuelas de guión y El inquilino invitado es el invitadoguionista # 1.
Sobre McKee, también escribimos anteriormente: El guru-guionismo de Robert Mckee.
¡Salud, República y Escritura!
4 comentarios:
¡Qué suerte poder ser alumno del Sr.Mckee!
Felicidades!!!
También digo que qué suerte! Lo que rescata el autor de que los géneros tienen conexión directa con la vida es más que interesante. Por qué será que se nos olvida que los estilos (un enunciado funerario no es lo mismo que un enunciado ligador) dieron paso a los géneros. Los estilos hacen parte de momentos de la vida, momentos con específicas emociones e intenciones. De la misma manera los géneros. Ahora, creo que cuando te decides a escribir vas a esas emociones y no con la idea de escribir tal o cual género. Aunque si decides escribir una comedia de amor, por simplemente escribir una comedia de amor, quizá pierdas el año (o no si conectas con esas emociones). Definitivamente hay ciertas formas que viven dentro de nosotros si entendemos que esas formas tienen el origen que plantea McKee. Y la verdad es que los giuionistas al final de cuentas se creen o nos creemos tan racionales. Hubiera sido excelente que el autor hubiera abierto la discusión por ese lado. Gracias por tu visión de esos cuatro días con McKee. (Una cosa, si a Colombia fueron como mil y a México como 400, eso qué quiere decir? -perdón si estoy mal con las cifras)
También yo opino que la suerte le toca al que menos se la espera pero en silencio más la busca. :D Respondiendo a la racionalidad de los guionistas, yo creo que no sólo eso, sino que somos encasilladores y metódicos de la realidad y el mundo circundante, así hacemos con la vida también, debe ser una especie de ánimo científico-sicolócigo-creativo.. mucho cuento. Y a mucha gente le caga!
Felicidades Juan Sebastián, el artículo gusta mucho. :)
Una noticia sobre el tema: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/13/television/1334344989_221160.html
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