Bla, bla, bla, por cierto, ¿te leíste el guión? “Tu idea es muy vendible, me interesa, pero no olvides que los agentes no leemos guiones”. Eso me dijo un agente para guionistas que visité en Los Ángeles. Mejor dicho, me citó en la cafetería pública de una conocida cadena de librerías, y al llegar, lo primero que hizo fue mostrarme su deportivo biplaza color amarillo, estacionado afuera junto a la banqueta, y decirme: lo siento porque tu amigo y tú no caben, no les puedo dar raid al aeropuerto, con todo el gusto lo haría: los guionistas merecen respeto.
El tipo había sido amable, tras quince minutos de discrepancias religiosas entre él y yo (Los Ángeles está plagado de negociantes de la Fe que ofrecen sendos cursos de autoayuda, y este agente había tomado unos cuantos de ellos) me dedicó otros diez minutos (quizás fueron dos minutos pero a mí me duraron como diez) a pitchear mi guión de teleserie, mejor dicho, mi idea, y a hacer la promesa de que a mi regreso a México, le volvería a enviar la carpeta del proyecto que al parecer nunca recibió, y yo que pensé que se la había leído.
AFD, mi compañero y amigo coguionista, de una patada por debajo de la mesa, me obligó a concluir que yo era ateo y que para mí todas las religiones eran iguales, y así zanjar la disputa talibana con el agente para guionistas.Y de paso mi amigo, usando mi silencio, aprovechó para pitchearle al señor otra idea que desarrollé con él hace un par de años, y sí, además de que esa idea era en inglés y para público gringo, y la mía original era para público latino, mi compañero lo hizo mucho mejor que yo. En tres minutos contó de qué iba, dijo cuál era el concepto, presentó a los personajes, comentó alguna secuencia y contó algún chiste del guión. Todo un éxito. El agente afirmó: “esto lo tiene que escuchar a mi socio, Jefrey.”
Los Ángeles es una ciudad por y para el cine, o sea, bastante horrible, llena de silenciosos estudios cinematográficos rodeados de infinitas carreteras. Pero tiene su chiste ver el cartel de Hollywood paseando por Sunsed Bulevard, aunque en la decepción de todos los fans de Billy Wilder, la calle no tenga nada que ver con la de la peli. Todo en Los Ángeles es abundancia, allí, dicen, los guionistas tienen que hinchar los guiones con explosiones, persecuciones y secuencias llenas de extras porque hay dinero en el presupuesto, dinero de verdad y para gastar, para que todo salga bien sabroso, grasoso, salsoso, como una buena hamburguesa con chile.
Allí, siempre se piensa y se actúa en grande, dicen, pero lo difícil es entrarle, aunque a poco que escarbes nadie vacila en traicionar, robar ideas y filmarlas como si fueran propias.
Total, en esta ciudad todos nos dedicamos a esto, música, tele, radio, cine, siempre te encuentras a la misma gente, se trata de resistir, de llegar a pasarla en esto las 24 horas al día. Es increíble lo que sucede aquí. ¿Que quieres comprar mi idea? Ok, pero por cuánto y qué derechos quieres, ¿tele, cine…? Cuidao, aquí todos te intentan timar en cada esquina.
Escuché siempre cosas del estilo en la gente que conocí: actores, agentes, herederos de músicos, músicos, productores, guionistas… Pocos días, pero muy intenso todo, además, todo pagado.
No es que me tocara el premio en un concurso para visitar en viaje relámpago la Meca del Cine, sino que fue algo mejor: trabajo. Bueno, el trabajo de mi amigo AFD que quiso de algún modo compartir conmigo, porque le daba flojera y perezas terribles hacer solo, además, qué carajos, necesitaba un guionista de mi talla a su lado, un coguionista de confianza artística y creativa (olé, :P) para realizar las entrevistas que hicimos a unos testimonios reales que acabarán siendo personajes de una serie o película...Un proyecto mexicoamericano, pero más mexicano que americano en el presupuesto y las ganancias fue el que me trajo aquí. Hotel, avión y dietas, nada más.
Uno de mis primeros artículos en este blog, fue “¿Pensaste alguna vez ser guionista en Hollywood?”, ahora me respondo, sí, y lo sigo pensando. He llegado a la conclusión de que si uno es (no totalmente pero sí gran parte) heredero de la cultura pop del cine, la música, los cómics, en definitiva, de todo el mainstream norteamericano, es normal que en una ciudad como Los Ángeles, con referentes pop hasta en la sopa, se sienta uno como en casa. Y eso, que mi primera formación es teatral, precisamente del teatro grecolatino, algo, que de algún modo siento está conectado con esta gran Cinelandia.
Allí donde yo iba hablaba aspañol a todo el mundo, además de porque mi oratoria en inglés es casi nula, porque una quinta parte (sino más) de los habitantes procede de México. No en todos los sectores de la ciudad pero sí en todas partes hablan y comprenden aspañol. Al final creo que les parecía chido y hasta divertido que el tontito ibérico hablara su lengua nativa e imperialista de segunda allí donde fuera. En fin, es una tontería y me da igual. Aunque sí pienso en el rollo ése de les llengues en contacte, que me enseñaban de chavo en el insti de mi secundaria de pueblo. En vez de catalán-castellano, castellano e inglés más mezclados que nunca.
Mi humilde consejo para l*s guionistas que quieran ir a intentar suerte en Jalibud, es que lo hagan a la antigua usanza, con proyectos propios, que se vayan unos días, un par de semanas (ojalá) y con dos o tres proyectos bajo el brazo se lancen a pedir que les conozcan. Con un poco de suerte tendrás pequeñas entrevistas de cinco minutos con bastante gente y si en esos cinco minutos cuentas bien tus proyectos y muestras alguna carpeta en la que se vean claramente las posibilidades dramáticas de tu historia, ya estás cerca de vender. Porque de eso se trata de todo eso, de vender ideas y guiones, de regresar con el dinero a tu casa y sólo volver a esta urbe cuando tengas más proyectos bajo el brazo.
No hay que olvidar que Jalibud invierte mucho en bancos de ideas, en el I+D de guiones y guionistas, y eso significa una gran posibilidad de colocar algo, pero ojo, no siempre de ser filmado. Para ser filmado se requiere mucha suerte, paciencia y…wow, recibir la bendición de algo o alguien. Yo qué sé, de momento apenas estoy empezando a ver si en esa ciudad con nombre tan sugerente, alguien me compra algo del bakalao acumulado durante tantos años.
Sé que después de todos los recortes económicos habidos y por haber en Aspaña, hay muchos guionistas pensando en emigrar, me llegan los comentarios de ellos que me preguntan, y yo siempre les digo lo mismo: escribir un guión tiene que ver gran parte en cómo te manejes en esa cultura para la que escribes. Ello implica algunos años aprendiendo de esa segunda casa que te recibe, pero ¿quién no conoce la cultura estadounidense a estas alturas de la colonización?
Quedarte en tu país, escribir cine en tu país está muy bien, chance yo lo haría si tuviera la oportunidad, pero en mi caso, no recibir jamás una subvención por parte del estado para escribir, me empujó a buscarme la papa por otro lado, en otro continente, aunque sigo en México. Me dediqué a transitar más el lado de lo privado y lo comercial, pero no en exceso. Una cosa es cierta, en Los Ángeles, lo que nunca se olvidan de aclararte es que esto es negocio, chaval. Entretenimiento. Chous. Todo el día, las 24 horas, la máquina no para. Jaja, qué loco.
Para no hacer el cuento largo, destacar que en Los Ángeles hay un clima mediterráneo agradable con una espesa bruma que alguna gente piensa que es contaminación; que casi te obligan a usar la pinche tarjeta de crédito para todo (los que tengan tarjeta y crédito), pero que para los que nos gusta el cine, lo pop y el guión en particular, la ciudad es lo más cercano al paraíso, auténtico y real, tiene mucho que la distingue de los lugares que conozco. Todos quisiéramos vivir aquí, estoy seguro.
Por cierto, al final, por no caber en ese biplaza deportivo color amarillo que el agente para guionistas tenía aparcado afuera de la librería, mi amigo AFD y yo, perdimos el avión de regreso a Ciudad de México. Suerte que mi amigo sí es de los que llevan tarjeta...y crédito. ;)
2 comentarios:
Inquilino, tocas un tema que me brinca un poco...Hollywood, idiosincrasia gringa, de esa que me hace, te hace, nos hace popopop! y que me estorba muchas veces porque no me gusta del todo, la siento muy invasiva y castrante; sin embargo, entiendo y se me antoja!!! jaja, sobre todo verte y saberte allá. Se me antoja el Inquilino Guionista en Hollywood, porque confío en tu mirada. Me gusta y sólo eso.
No acabé de aterrizar quizás bien el final, porque me faltó decir que sería interesante ir a vender ideas muy mexicanas y muy universales a la vez, allá, que México, como cualquier país ha de saber universalizar sus propias historias (o no, también cabe la posibilidad de que lo autóctono por curioso se haga universal..ya no sé..) :P Gracias por tus buenos deseos!
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