martes, 23 de octubre de 2012

Póker para guionistas: nunca mientas a un idiota


En el momento en que me preguntaba si yo era un escritor cómodo o arriesgado, me llegó volando desde la editorial Alba de Barcelona el libro que da título a este artículo, escrito por la guionista Alicia Luna, que por cierto, es una de las más talentosas del panorama guionístico aspañol de la última década y pico.

            Alicia ha escrito películas tan conocidas como el drama Te doy mis ojos o la divertida comedia Pídele cuentas al Rey; también dirige su propia escuela de guionismo y es socia fundadora de la fundación Lydia Cacho -una de las pocas personas con dos dedos de frente en este país absurdo que es el México actual-.
            Pero centrémonos en este libro que mezcla póker y guión. Y he ahí el primer dilema al que me enfrento porque a mí el póker me interesa bien poco y el guión bien mucho…así que… ¿cómo hacerle? Fácil, hablando sólo de los vasos comunicantes, de las conexiones, de cómo y cuándo se refleja un arte en el otro según nos lo presenta la autora. Sólo haré una advertencia a l*s lector*s de éste su blog: dedicarse a escribir o dedicarse a gamblear nos puede llevar a la ruina total, moral y económica. J
            Primera analogía: una partida de póker se compone de Preflop, Flop, Turn y River, y un guión de Detonante, Cuestión Principal, Crisis y Resolución. Esto nos conduce a la idea de que para dar con la estructura dramática idónea o salvar una mala jugada, se ha de buscar palos del mismo color, o sea, el tono, el ritmo, el estilo han de ir siempre coordinados en la misma armonía. Y para esto lo mejor es que antes de empezar una partida o un guión, tracemos un plan.
            Nos dice Alicia:
Para un escritor, arriesgarse por la historia no es exactamente como escribir a ciegas, aunque podría parecerse. Sería más bien como defender tu ciega, tu apuesta obligada. Escribir de manera arriesgada es similar a escribir para romper el bloqueo. (…)Se trata de darle la vuelta, creativa y arriesgada, a la realidad de enfrente.
            Y se nos brindan varios ejemplos de cómo conocer a tus personajes y no precisamente de un modo descriptivo, sino accionándolos, escribiendo situaciones nuevas, aguas en las que nuestros personajes en principio no se deberían “estar moviendo”.
¿Cómo se comporta en la cola cuando una señora mayor se le cuela diciendo que sólo lleva un producto y tiene prisa? ¿Qué hace cuando se da cuenta que le han cobrado unos céntimos de más?
            Se trata de mover el tapete (como se dice en México) de nuestros personajes.
            ¿Malas cartas al inicio de la partida? Es lo mismo que decir mi idea no le gusta a nadie, un clásico que le sucede a tod*s l*s guionistas allende los mares. No hay de qué preocuparse porque aún sabiendo que nuestra historia o personaje le puede parecer a mucha gente algo de lo más aburrido, tenemos la capacidad de convertir ese algo en lo aburrido más interesante del mundo.
            Y aclara la autora:
Tenemos menos que perder si nuestra idea inicial y el personaje que le acompaña son mediocres y lo sabemos que si tenemos un personaje genial con situaciones brillantes desde el inicio. Pues si no tienes talento para llevarlo a un final inmejorable, el mediocre eres tú. (…) Yo construyo personajes para mis ficciones mirando a quienes juegan. Un dos por ciento mujeres, el resto hombres.
            Uno de los leivmotivs que me gustan del libro es ése que viene a decir más o menos que nunca hay que retirarse, que hay que seguir apostando hasta el final, porque si no lo hacemos…
somos malos dueños de nuestras ficciones. ¿Qué cartas tienen los otros jugadores, qué espera el lector/espectador de mi historia? El póker es un juego de información y a la vez un juego de retos. La escritura creativa es la organización de toda la información sin evidenciarla y la propuesta de los mejores retos.
            Uno, como jugador-guionista es previsible si siempre juega con personas iguales a uno, claro, eso es como escribir siempre de la misma manera. El mejor modo de ejercitar el talento es no encasillarse en una forma de contar las cosas, no ser un pluma fácil. Hay que indagar en historias diferentes, nos dice Luna, hay que poner desafíos a nuestro talento…si es que lo tenemos, porque si no, hay que salir a buscarlo.
            Otra atractiva comparación póker-guión: El Turn, el Giro.
Toda narración dramática que se precie ha de contener al menos dos puntos de giro. (…) Para un jugador de póker haber llegado al turn es estar en el momento de los grandes botes, grandes ganancias. Para el guionista es como tener al espectador-lector en el bote. Interesado hasta las trancas en lo que le ocurre al personaje en el drama que le ofrezco.
            Entrar a un casino y elegir bien la mesa y la jugada es para un guionista como elegir bien el tema y el público al que se dirige. Igualmente, una microestructura de máxima tensión en una jugada, equivale al pitch en el  mundo guionístico.
            No sé si se entiende muy bien pero el eje en el que estamos dando vueltas es éste: una partida de póker es como una peli, en la que empezamos por observar al otro. Y bien nos lo narra Alicia, que tiene mano para esto de la literatura guionística, pues es un gozo leer las narraciones que hace de sus viajes a los casinos, donde observa a todo tipo de personajes y saca enseñanzas para la escritura guionística. Ser buen observador es fundamental, en el póker y en el guión.
            Y se abre aquí un capítulo más que interesante que lleva por nombre Dime cómo juegas y te diré cómo escribes, que no les voy a narrar por hacerles los dientes largos y animarles a que compren el libro o al menos, a que me lo pidan prestado a mí. Y por su puesto entre sus páginas aprenderemos a farolear muy, pero que muy bien; truco éste tan necesario en el juego como en la escritura, si es que los guionistas somos tod*s un poco charlatanes…
            Una de las técnicas que he leído en el libro y que más gusto me está dando al poner en práctica ahora cuando escribo, es pensar justamente lo contrario a lo que estamos pensando y a punto de escribir, cerrando así el círculo de este artículo-reseña, a saber: siendo arriesgados y arriesgadas. Comodidad cero.
            Y Nunca mientas a un idiota termina con una serie de reglas o consejos para que el espectador/lector se sienta atrapado por nuestras historias, el primero es:
Que nuestros personajes nos despierten por sus actitudes sorprendentes e incluso incoherentes, pero de este mundo, para que el espectador se sienta cerca de ellos.
            Buen libro, mejor lectura, mayor aprendizaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo, eso de usar ejemplos de juego para la buena escritura de guión, hace que uno vaya entendiendo de mejor manera muchos consejos muy útiles...

Se le agradece mucho.

PD: Querido inquilino no tiene el libro en digital??? ya que quisiera que me lo preste, pero por "distancias" es casi imposible.

El inquilino dijo...

Sí, el juego y el arte muchas veces (casi todas) son lo mismo. No lo tengo en digital, lo tengo subrayado y escrito, si me das en un privado tu dirección nos podemos..."arreglar". ;)

Makiavelo dijo...

Una buen forma de abrir el apetito por la lectura.

Saludos.

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