Sesión # 1
¿De qué va
este guión? Uno no debe pretender hacer mucho la primera sesión. Es un guión que no conoces, que no es tuyo y que
seguramente es la primera vez que escuchas su historia porque así lo has
decidido.
Nota # 1: Ir freso a la primera lectura del
guión, nunca leerlo antes en casa, aunque te lo hayan enviado. La frescura te
convierte en espectador.
Una sesión
nunca debe superar las tres horas de trabajo. Más es contraproducente.
La regla
básica y general sigue siendo la misma: Show, don’t tell. Muéstralo, no lo
cuentes, no lo escribas. Es cine y el cine son imágenes, básicamente, y
sonidos. Tu lenguaje al escribir, el lenguaje del guión, del cine, pertenece a
esos dos mundos.
¿Quiénes son
los “clientes” que demandan asesorías de guión?
Lo primero
que hay que intuir o saber es que, si
alguien encarga una asesoría es porque
ese guión va a producirse pronto, o al menos, se contemplan los próximos
meses para levantar el dinero y en un futuro cercano filmar esa historia. Las asesorías de guión se
suelen pedir meses antes de que salgan las convocatorias de ayudas fiscales al
cine, también llamadas subvenciones estatales del organismo oficial y administrativo
que se dedique a ello. En México Imcine, hay uno en cada país.
Por ello,
hay dos tipos de clientes, por lo general. Los directores-escritores cuyo guión
lleva escrito algunos años, unos cuatro es una buena cifra, y que ya ha sido
presentado con anterioridad a esas ayudas y ha sido rechazado porque el guión “estaba
a medias”; y los productores, que poseen un guión ya encargado y escrito por
otro guionista, pero que por alguna razón, no están del todo satisfechos y
contentos con la historia, y saben que con una buena asesoría la cosa, el
libreto, mejorará bastante. En este segundo caso, el guionista original no
suele sentirse muy a gusto con el asesor, pues lo considera un intruso en su
trabajo. Los directores-escritores están más ávidos a aprender y a modificar su
trabajo original.
En ambos
casos, el objetivo de una asesoría es la reescritura del guión, consiguiendo
entonces el último tratamiento, el que ya va para el rodaje, o como dijimos, las ayudas.
Volviendo a
esta primera sesión: en ella, lo normal es escuchar el guión entero, leído por
su autor (ya sea director o guionista), para uno enterarse de qué va la
historia, y si tiene un protagonista claro. O mejor dicho, hay que plantearse
si a esa historia no le convendría más que un personaje alternativo al
protagonista, o sea, el secundario, tomara el protagonismo por encima del que
hay en esa versión a asesorar.
A lo que voy
es a contestar a la pregunta: ¿está bien elegido el punto de vista de la
historia? ¿El personaje lleva las riendas de la acción? ¿Es convincente, tiene
gancho que sea precisamente él el que la protagonice, o el personaje secundario
está pidiendo a gritos contar su historia, o sea, su cambio vital? En una
primera lectura/escucha del guión, hay saber que el personaje que más necesite
cambiar, es el protagonista.
Nota # 2: Cuando hay que asesorar un guión,
de seguro es porque tiene problemas con el punto de vista de la historia o/y el
protagonista.
Sesiones # 2 y 3
Nueva
lectura, pero ahora sí, parando punto por punto. Para ello necesitas una copia
impresa del guión, y una pluma del color que quieras. En la copia irás apuntado
todos los problemas que veas, de toda índole, amén de todas las ideas que se te
ocurran in situ para resolver esos problemas. Como hacia el final de la sesión
3, estaría bien que tú, asesor, tuvieras la misma historia que había al
principio, pero contada con una logline nueva.
O que el autor y tú, más o menos
se vayan poniendo de acuerdo en esa logline, o cuanto menos en el tema de la
peli.
Seis horas
máximo para leer y apuntar al detalle. Así tendrás un diagnóstico cercano y
fiable, que te proveerá del panorama general del guión, lo veras en su
generalidad. Conocerás sus personajes, su trama, y sobre todo, las docenas de
fallas que tiene.
Nota # 3: Para no agobiarse en el trabajo, cada
sesión debe ser semanal, ir tranquilamente y no abusar del tiempo tan necesario
para muchas otras cosas de la vida. Aunque asesorar un guión es como una
relación de amor: se puede intensear mucho en muy poco tiempo. Lo mejor es
saber hacerlo lento… y rápido.
Sesión #4
Estructura. Pensando
en que ésta sea clásica, de tres actos, donde el acto dos es el doble que el
acto 1 ó 3. Y donde cada parte de la estructura (un total de cuatro
partes), vendrían a durar unos veinticinco minutos, estando dividas y unidas en dos grupos de dos por el
punto medio de la historia. En él siempre ocurre algo importante. Sí, ya
sabemos, todo muy Mckee y Snyder... Y otr*s.
Nota # 5: Los guiones que piden asesorías suelen
ser comerciales, ningún “artista” sería tan humilde como para rebajarse a pedir
asesorías de su guión. ¿Se imaginan a Reygadas pidiendo asesoría a El Inquilino
Guionistas? Nah, ni en LSD.
Entonces, se
coteja el guión original y se compara con la estructura clásica, decimonónica y
cinematográfica que uno ha propuesto, viendo si la acción dramática coincide
con la estructura de tres actos, si sobra algo y si falta algo. Qué sobra, qué
falta en esta estructura, ésa es la clave de esta sesión. Porque…
Nota # 6: … A un guión que hay que asesorar siempre
le sobra y le falta algo, las dos cosas juntas. Ninguna por separada. La
estructura del guión es la estructura ósea de la historia, todo por dentro se
mueve cuando se aplica, reacomodándose, faltando y sobrando.
Lo normal es
que del guión original se pueda rescatar el cincuenta por ciento. Por ejemplo:
los flashbacks se reutilizan pero ahora en tiempo real del presente de la
historia, se respetan los personajes, el contexto, etc. Todo eso va sumando.
Nota # 7: El contexto, el ambiente, los
personajes, sus caracteres, siempre hay que respetarlos, porque precisamente
eso es “el qué de la peli”, lo que hace, hará y seguirá haciendo original a la
historia, y también la razón por la que el director-escritor o el guionista y
el productor, quieren hacer esa peli. Es su rollo, no lo cambies. Ellos así lo
ven así: “si quiero hacer una peli de polis, de deportistas, una comedia o un
drama, ningún asesor me lo debe cambiar”. Y tienen razón.
Sesiones # 5, 6 y 7
Necesitas:
tablón de corcho, tarjetas blancas 10x12cm y plumas de colores, o una pluma de ésas
que llevan varias tintas. También necesitas chinchetas, al menos de cuatro colores,
una para cada fila de tarjetas.
Sobre todo
necesitas ganas de perder el tiempo pasándola genial rehaciendo un guión, una
historia. Este trío de sesiones son la operación a corazón abierto del guión. Lo
vas a salvar. En tu cabeza vas a hacer una película de la que te vas a enamorar
para poder tener ideas ah hoc, que convengan a la historia, pero a la vez, no
has de olvidar (o puedes hacerlo pero por poco tiempo), que no es tu historia,
ni tu peli, ni tu guión. Es raro. Es tuya por momentos pero al final pertenece
a otro. Es un amor que se va, es la mujer de otro.
En tres
sesiones, nueve horas, harás junto con tu asesorado, el trabajo que él no hizo,
quizás porque nadie se lo enseñó hasta que llegaste tú. Me refiero al paso
previo de la escritura del guión: las tarjetas que dan cuerpo a la escaleta.
Tienes
cuatro columnas que “rellenar” con diez tarjetas cada una.
¿Qué hay que
escribir en cada una? Obvio la película, lo que sucede y cómo, el drama de cada
escena, así el conflicto y el argumento, pero todo a base de frases cortas y
bien pensadas.
Sesiones # 8, 9 y 10
Durante las
semanas que hay entre las últimas sesiones, el director o el guionista o tú, si
es que al final te hacen coescritor (no te hagas ilusiones, no suele ocurrir),
pero alguien tendrá que ir al fin reescribiendo en base a las tarjetas que se
colgaron en el pizarrón.
En cada
sesión de las tres se mostrará el avance. Si el escritor ha hecho sus deberes y
no se ha echado la manta al cuello o se ha dedicado a otra cosa (a la que le da
de vivir, por ejemplo), cada sesión se leerá un acto. El asesor tomará notas en
la copia impresa, fijándose en los diálogos, eliminando muletillas, analizando
su sonoridad, buscando la mejor manera de ocultar el subtexto, etc., viendo en
su mente las acciones, qué tan claras están para ponerse a filmarlas ya, y
procurando que todo dure lo que se ha acordado que tiene que durar respetando
el lugar de cada giro en cada acto.
Si uno se
quiere ver buena onda, la sesión once será de pilón y se irán a tomar unas
chelas o lo que gusten. Pero no olviden que el protagonista lo es porque
acciona. Accionar implica usar verbos con tu protagonista a la hora de
escribir. Los verbos se filman, con ellos se hace la historia. Qué quiere, qué
decide. Prohibido ser pasivo. Según accione, las apuestas irán subiendo a su
favor o en contra, pero siempre tu prota guiará/guionizará la historia.
Nota # 8: Un prota activo es lo mínimo que se
necesita para no aburrir.
¿Cuánto se
cobra por estas 10 asesorías en México? Mínimo dos mil dólares, y lo normal es
que te paguen más cinco mil si ya te has hecho de un nombre. Eso sí, ya saben cómo es esto, todo aumentará según los buenos trabajos que vayan haciendo dentro y fuera de la industria.
Nota # 9:
Una asesoría de guión en diez sesiones, muchas veces marca la diferencia entre
un guión bien escrito y otro que no. Ni modo, así es. :)
2 comentarios:
Estaría bueno conocer que pelis fueron asesoradas, para saber cómo quedaron... (Ver el guión previo ya sería mucho, no?) Abrazo...!
Sí, estaría bueno. Lo pensamos, pero por cuestión de confidencialidad firmada por contrato, no podemos ni mencionarlas. Mucho menos mostrar los guiones antes y después de haber sido asesorados. Quizás en un futuro... Esperemos.
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