Yo, escéptico de mí, nunca creí que la aplicación me iba a sorprender, mucho menos deslumbrar como así sucedió.
En la primera quedada descubrí que Radiografilm era, en principio, para editores; pues sus inventores son los editores Jorge García “Porri”' y Sebastián Garza, que suman entre los dos los montajes de docenas y docenas y docenas de “lo regular, lo bueno y lo excelente” del cine mexicano. También en la primera junta observé que el resultado del uso de la aplicación era una gráfica donde yo solo veía la clásica “curva angularizada” de la estructura progresiva de tres actos de un guion cinematográfico al uso. Ah, y también me enteré para mi sorpresa, que la aplicación ya había sido usada en bastantes películas, e incluso, que era conocida en otros países.
En la segunda reunión, a la hora de analizar varios guiones y algunos casos reales de películas mexicanas recientes, descubrí que la aplicación, que “radiografiar un guion” como ellos le llaman, servía para detectar de inmediato un inmenso número de problemas con los que yo como asesor, guionista y tallerista estoy acostumbrado a lidiar algunas veces en mis guiones, y casi siempre en los de los demás. Y todo este asunto de un aplicación para analizar guiones con enormes garantías de éxito, cómo no, me fascinó. ¿Era posible tener en mis manos un “programita” que detectara de una vez por todas los fallos que solemos tener los guionistas?
A la tercera reunión llegué conociendo el trabajo de Jorge y Sebas para poder preguntar cómo habían hecho para mejorar la edición de películas sabiendo qué era lo que en ese guion debía haber sido mejorado antes de filmarse y no lo fue. ¿Me explico? ¿Cómo podían editar conociendo bien los problemas de ese guion? Y lo más importante, ¿cómo los resolvían en la sala de edición? Y me dijeron con ese humor que solo ellos entienden: “Hacemos lo que podemos, y hasta ahora todo el mundo lo agradece”. Eso quería decir que todos sus “clientes”, o sea, directores y productoras estaban encantados con el uso de Radiografilm, o sea, con radiografiar el guion como herramienta para mejorar la narrativa del mismo. También pregunté el precio de la aplicación y al conocerlo aseguré que para un guionista medio quizás no era caro pero tampoco “casi regalado” como estamos para bien o para mal acostumbrados. Puntualicé que exceptuando un par de casos en este país, los guionistas somos “casi pobres”. ¿20 dólares? Me parecía caro porque no los tenía...
En la cuarta y quinta reunión, sabiendo que la aplicación realmente “funcionaba”, esto es, se le podía sacar un buen partido como creador/escritor/guionista/asesor y más, me hice un poco el loco y le comenté al Porri que deseaba probar Radiografilm en uno de mis guiones. Y me dijo que sí. Y puse en juego algo de lo mejor que he coescrito: “Hecho en México”, un guion sobre la historia de amor entre las estrellas de cine mexicano de la Época de oro, Jorge Negrete y María Félix. Una libreto escrito hace 7 años entre Alfredo Félix-Díaz, Luis Emilio Medina y un servidor, Aarón Romera; y que ha pasado por las manos de varios importantes productores de México, Argentia y Aspaña, y que al final se ha quedado en el cajón supuestamente por considerarse una producción cara. Sin embargo, yo siempre he sospechado que había algo más, algo relacionado con el guion...
Tardamos tres días en analizar “Hecho en México”. Y digo tardamos aunque yo solo estaba de espectador y la verdad es que alucinaba en colores con el rendimiento de la “radiografiada” en manos de su inventor, Jorge. Y descubrí los dos problemas de mi guion. Para no enrollarme diré que uno no era muy grave pero el otro sí. El que no era grave tenía que ver con el orden en el que aparecían ciertos personajes en la historia. Pero el que era grave, fue precisamente que la “peli” se caía entre el minuto 50 y el 70 más o menos. Es un error común, por otro lado, hacer aguas en la primera mitad de la segunda parte del guion. Suena a chiste pero no lo es. Ver ese problemón allí de forma tan evidente me impactó. Y descubrí sin lugar a dudas que aquello que analizaba la aplicación era la intensidad dramática de la historia, o sea, su columna vertebral-emocional. Si eso se cae, se cae todo.
Ahora viene la parte peliaguda: el aprendizaje de su uso. Y digo peliaguda por decir algo. A ver, la aplicación funciona al 100%, ofrece excelentes resultados y su rentabilidad es del 1000x1000, y como dije al principio se ha usado ya en docenas de pelis logrando que la forma de contar la trama mejore mucho. O sea, logrando que una peli se narre emocionalmente bien y que sea el conflicto quien lleve la batuta de la historia más allá de valoraciones sobre tema, estética, etc. Ayudando, como digo yo en mis talleres, a que la fiesta no decaiga. Ahora bien, querid* lector* y guionista, para sacar el máximo partido a Radiografilm estaría bien que aprendieras algunas cositas, algunos buenos trucos de sus inventores, porque la aplicación parece fácil de usar pero no lo es tanto, ya que requiere que tengas algunos buenos conceptos dramatúrgicos en tu cabeza. Dichos conceptos, dicho sea de paso, si eres un profesional de la escritura de guiones o si has pasado por una escuela de cine de calidad, seguro los tienes ya, otra cosa es que sepas cómo usarlos o cómo sacarles el máximo rendimiento narrativo.
Por desgracia, los inventores a día de hoy todavía se encuentran ideando algún que otro manual hecho por y para el guionista, o sea un libro donde aprendamos esos trucos, conceptos y sobre todo esa manera de enseñar cine que tiene el Porri. Me consta que se están adaptando a una posible demanda de la aplicación por parte del mundo guionístico iberoamericano. Lo que sí tienen son tutoriales y otros materiales que a nosotros los guionistas quizás se nos queden un poco cortos pero que seguro nos aclaran alguna que otra duda.
A día de hoy lo “más mejor” para aprender el uso de Radiografilm a todo gas es tomar clase con Jorge García “Porri” de Análisis del gráfico del guion en el Cuec, que es el lugar (la UNAM) donde se desarrolla como académico e intelectual, pero claro, solo un*s poc*s logran entrar al Cuec...
Cerramos este artículo con una buena noticia: resulta que Jorge va a dar un excelente taller enfocando al uso de Radiografilm para analizar las historias, su desarrollo y la detección de problemas de guion sin importar si hablamos de cine de autor, comercial o cine sin etiquetas o de cualquier parte del Planeta. Un curso-taller organizado por la Extensión Académica del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos que empieza el próximo jueves día 19 de abril y cuyo precio es bastante asequible, nosotros cobramos más. Durante este curso-taller se filmará un video sobre Radiografilm y su uso en manos de l*s guionistas y participantes asistentes. No digo más, cada quién que entienda… o no. Quedan pocas plazas, así que ¡nos vemos en el Cuec!
5 comentarios:
No mamen yo quiero eso.
Más información en Ext. Académica del Cuec. http://www.cuec.unam.mx/index.php/analisis-grafico-del-guion-cinematografico/
Hola! Tambien pueden encontrar información en
www.radiografilm.com
Jorge Garcia Porri Radiografilm Un día llegó un guionista, Arón Romera que se convirtió en amigo a raíz de interesarse por Radiografilm y desafiarme con pasión española a demostrarle que el desarrollo dramático se puede visualizar en una curva. Graficamos un guión suyo con dedicación hasta encontrar sus problemas y soluciones, en el camino surgió la amistad que al final es lo valioso. Pero ¿porqué trazar la curva, de qué sirve? Porque al escribir un guión es fácil confundirse, cada secuencia de cine está formada por demasiadas variables dispares: la luz, el vestuario, la actuación, la edición, el sonido, los diálogos, la música, el color, los movimientos... todas ellas influyendo para desarrollar personajes y construir historias. El guionista acude a su imaginación avorazado, y diseña la película agregando todo tipo de ingredientes, fascinado con imágenes mentales que lo seducen perdiendo el rumbo del funcionamiento dramático: ¿que les está pasando a tus personajes? ¿cómo cambian sus emociones? La curva es un embudo: condensa en una línea la evolución emocional para liberarte del espejismo de los detalles; pero no son descartados, todos ellos influyen en la inclinación de la línea, están representados con una pregunta: ¿en qué momento cambia y hacia donde el desarrollo dramático? y al ser consciente de sus cambios, el guionista descubre dónde se ha desviado del camino caprichoso de sus personajes: los que mandan al final, esos seres irreales que nos guían para que con humildad, fidelidad y lealtad, intentemos que en ellos surja de repente algo de verdad.
¡Muchas gracias por tan valiosa aportación!
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