domingo, 13 de octubre de 2013

El guionismo es cosa de mujeres

Recientemente nos sorprendió la declaración de la amiga, maestra y guionista Beatriz Novaro, quien aseguró que: 
El guionismo se considera tradicionalmente un trabajo femenino, pues tiene elementos parecidos al rol de la mujer; está en un segundo plano y al momento en que pasa a la pantalla desaparece, como si nunca hubiera existido, tal como pasa con el trabajo doméstico.” (Nota, aquí)
La afirmación es fuerte, pero más fuerte todavía conociendo la situación de la mujer en México y por tanto intuyendo cómo estamos de jodidos los guionistas en este país. De bien necesario a colectivo marginado. A la triple marginación que sufre una mayoría del género femenino –por ser mujer, por ser pobre y por ser indígena--, ahora hay que sumarle una cuarta: la marginación por ser guionista.
            Parece chiste de mal gusto o ironía de sobremesa, pero no lo es: a la mujer en estas tierras aztecas se la usa y se la deshecha como pañuelo de papel; y eso sólo remitiéndonos al alto número de muertas y desaparecidas, porque si a esa cifra que cuenta con miles en su haber, le sumamos las mujeres maltratadas física e intelectualmente a ojos benevolentes de los poderes fácticos, el número asciende a millones… Nosotr*s como guionistas apenas somos un puñado de centenas en el país, pero nuestra situación está igual de degradada y provoca similar desesperación.
            Por suerte, pese a que hay muchas mujeres machistas que odian su propio género porque Diosito les puso un par de tetas en vez de un par de testículos, los guionistas todavía no somos lobos para otros guionistas. De momento y con alguna que otra excepción, nos respetamos y vamos yendo si no juntos, sí en rebaño de jodidos e indignados hacia adelante.
            Pero volviendo a la norma, no es baladí admitir que igual que a la mujer, al guionista se le quita de en medio de una patada, y en el mejor de los casos con ardor y efluvios telenoveleros. Habla uno de nuestros guionistas colaboradores:
“Esta semana un director me amenazó con su gastritis, sus mentiras y reproches, y sobre todo, con no dirigir mis “benditos textos” si yo no me hacía a un lado, o sea, si no me guardaba para mí cualquier opinión creativa por mucho que él no diera pié con bola en la toma de decisiones artísticas. Y claro, antes de eso usó el ya cliché contra guionistas: “Es que eres un egocéntrico, te crees Dios, todo el mundo en el equipo te odia…” Para acabar con el cínico: “…ahora no hay dinero para pagar guiones, veremos más adelante…” Y eso que un inversionista le acababa de soltar una buena lana. ¡Grrr!
            Si nos maltratan y no sabemos cómo salir de ese círculo vicioso del abuso y el síndrome de Estocolmo, desgraciadamente habrá que admitir que escribir guiones sí es algo femenino, o mejor dicho, de femenicidio.
            Debe ser que como muchas mujeres, los guionistas no tenemos ni un minuto libre si quiera para desayunar, que no nos cuidamos, que no hacemos bien las cosas... Y luego vendrá la culpa. “Si es que tienen razón, merezco los golpes del director y el productor, soy un desastre, soy lo peor…”
Frente a la injusticia de trato, sólo hay dos caminos, el primero es esperar a que el otro cambie (que mi marido me deje de pegar porque de la noche a la mañana, un día cualquiera, entre en razón), o el segundo y más sano, tomar la justicia por nuestra cuenta, defendernos y atacar porque en el fondo ellos son pocos y cobardes, aunque por estos lares haya tantos…
            ¿Y sólo es una cuestión de mujeres escribir guiones por lo maltratados que estamos los guionistas, por las vejaciones que sufrimos? No. Pero antes de seguir aclarar que es obvio que la escritura dramática no es sólo de mujeres: es cosa de escritores, sin importar el género ni la opción sexual. Sin embargo, y siguiendo la afirmación de Beatriz Novaro, cabría preguntarnos qué elementos tradicionalmente femeninos podríamos encontrar en un guión. Seguro es un poco sexista y conservadora esta lista que a continuación ofrecemos, pero puestos a jugar con tópicos y clichés, aventémonos a ella…
Las relaciones humanas, las emociones, lo sentimental y muchas veces la fina ironía de las historias provienen de mentes femeninas. El cariño a los personajes siendo quiénes sean éstos, siendo siempre como hijos. La estructura, la mezcla de ingredientes culinarios, el patronaje que corta y pega la tela de las tramas, las costuras, bordados y detalles, la polifonía que se escucha en los mercados y se copia para los guiones, el chisme bien armado y bien contado, los celos, sus negros motivos y sus nefastas consecuencias, las partes más oscuras del alma, todo son elementos que en la tradición humana han pertenecido a las mujeres; y mejor parar ahora antes de que corramos el riesgo de afirmar que Eurípides y Shakespeare, posiblemente fueron mujeres.
            Como ven, no sólo hay directoras de arte, editoras, productoras, maquillistas, peluqueras, y hasta fotógrafas en el proceso de realización de una película, también hay, por lo de ordenado, sensible (y sufridor) que tiene la profesión, muchas guionistas en México… Y en el Mundo. Y si no lo creen, chequen este artículo que lo sentimos mucho, porque no está en aspañol sino en anglés.
            ¡Larga vida a las mujeres, larga vida a los guionistas, muerte al mal gobierno del director y el productor! ¡En 100 años, tod*s show runners!

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