lunes, 30 de septiembre de 2013

Cosas que hacer antes de escribir “fin” en tu guión

Respira profundo y sonríe. Acabas de hacer algo que much*s guionistas no consiguen en años: acabar un guión.

Corre a imprimir una copia de tu guión.
Evita la tentación de leerlo. Déjalo debajo de la almohada por unos días y léelo cuando ya estés pensando en otra cosa.
Sal a celebrar, haz algo en tu honor y en honor a tu profesión, visita a un viejo amigo y que te cuente su vida.
Importante: no le des a leer a nadie tu guión. Estás en una situación vulnerable, el guión todavía no está terminado, y que opinen de él hará que te salgas de tus casillas antes de lo que canta un gallo. Mejor aún: no le digas a nadie que terminaste tu guión.
Muy bien, pasaron algunos días o incluso una semana, es hora de volver a leer tu trabajo. Imagina que es lees tu historia por primera vez. Intenta ser objetivo e imaginar que lees el guión de otro… ¿Qué te parece?
Tómate tiempo (días…) en digerir lo que has leído, toma notas, confía en tus instintos, tú sabes bien lo que funciona y lo que no funciona en tu historia.
Elimina todas las erratas y los errores tipográficos mientras de nuevo, le vas dando vueltas a la manivela de los pensamientos creativos…
Es hora de releer tus notas y ponerte manos a la obra. De vuelta al trabajo sucio.
Antes de terminar tu segundo tratamiento, relee y considera si tu trabajo está o no como para que lo lean otr*s…
Deja que te llegue el momento de las respuestas. Da tu guión a gente de confianza, aquellos que saben leer guiones, que trabajan en la industria, que escriben, que te darán notas e ideas. No le des tu guión a familiares, vecinos o amigos que en el mejor de los casos te darán palmaditas en la espalda y caricias en el ego.
Tod*s están ocupados. Paciencia. Recibir opiniones toma tiempo, mientras esperas empieza a desarrollar nuevas ideas o prepara la presentación, o sea, el pitching.
Aunque las opiniones siempre son diferentes, considera sobre todo aquellas que se repiten y las que te ayudan a apuntalar mejor las tramas, las emociones, los giros… Y guarda las demás bajo llave, quién sabe si en un momento dado necesites releerlas.
No te obsesiones con las notas.
Si te estancas en este punto, ¿has pensando buscar asesoría profesional con un guionista que se dedique a ello? Será un dinero muy bien invertido…
Si quedas satisech* en el sexto o séptimo tratamiento, no le digas a nadie “éste es mi séptimo tratamiento”, a nadie le interesa. A efectos reales ése será tu primer tratamiento.
Registra tu guión, sea donde sea, pero regístralo. En este mundo abundan los chacales.
Haz un poco de ruido, habla de tu guión, llama a puertas, visita productores y diles, “busco alguien que se suba al carro y que me pague por mantener la exclusividad”, a veces funciona, más de lo que piensas.
No hagas cambios a tu guión nomás porque el productor lo pide: hazlos, sí, porque lo pide, pero que te pague algo, así funciona este negocio.
No dejes de escribir, sobre todo con la cabeza.  Y mucha suerte.

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