Respira profundo y sonríe. Acabas de
hacer algo que much*s guionistas no consiguen en años: acabar un guión.
Corre a
imprimir una copia de tu guión.
Evita la
tentación de leerlo. Déjalo debajo de la almohada por unos días y léelo cuando
ya estés pensando en otra cosa.
Sal a
celebrar, haz algo en tu honor y en honor a tu profesión, visita a un viejo
amigo y que te cuente su vida.
Importante:
no le des a leer a nadie tu guión. Estás en una situación vulnerable, el guión todavía no está terminado, y que opinen
de él hará que te salgas de tus casillas antes de lo que canta un gallo. Mejor
aún: no le digas a nadie que terminaste tu guión.
Muy bien,
pasaron algunos días o incluso una semana, es hora de volver a leer tu trabajo.
Imagina que es lees tu historia por primera vez. Intenta ser objetivo e
imaginar que lees el guión de otro… ¿Qué te parece?
Tómate tiempo
(días…) en digerir lo que has leído, toma notas, confía en tus instintos, tú
sabes bien lo que funciona y lo que no funciona en tu historia.
Elimina
todas las erratas y los errores tipográficos mientras de nuevo, le vas dando vueltas
a la manivela de los pensamientos creativos…
Es hora de
releer tus notas y ponerte manos a la obra. De vuelta al trabajo sucio.
Antes de
terminar tu segundo tratamiento, relee y considera si tu trabajo está o no como
para que lo lean otr*s…
Deja que te llegue el momento
de las respuestas. Da tu guión a gente de confianza, aquellos que saben leer
guiones, que trabajan en la industria, que escriben, que te darán notas e ideas.
No le des tu guión a familiares, vecinos o amigos que en el mejor de los casos
te darán palmaditas en la espalda y caricias en el ego.
Tod*s están
ocupados. Paciencia. Recibir opiniones toma tiempo, mientras esperas empieza a
desarrollar nuevas ideas o prepara la presentación, o sea, el pitching.
Aunque las
opiniones siempre son diferentes, considera sobre todo aquellas que se repiten
y las que te ayudan a apuntalar mejor las tramas, las emociones, los giros… Y guarda las
demás bajo llave, quién sabe si en un momento dado necesites releerlas.
No te
obsesiones con las notas.
Si te
estancas en este punto, ¿has pensando buscar asesoría profesional con un
guionista que se dedique a ello? Será un dinero muy bien invertido…
Si quedas
satisech* en el sexto o séptimo tratamiento, no le digas a nadie “éste es mi séptimo
tratamiento”, a nadie le interesa. A efectos reales ése será tu primer tratamiento.
Registra tu
guión, sea donde sea, pero regístralo. En este mundo abundan los chacales.
Haz un poco
de ruido, habla de tu guión, llama a puertas, visita productores y diles, “busco
alguien que se suba al carro y que me pague por mantener la exclusividad”, a
veces funciona, más de lo que piensas.
No hagas
cambios a tu guión nomás porque el productor lo pide: hazlos, sí, porque lo
pide, pero que te pague algo, así funciona este negocio.
No dejes de
escribir, sobre todo con la cabeza. Y
mucha suerte.
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