jueves, 9 de diciembre de 2010

Decálogo del guionista


Sabido es por todos que los guionistas somos rolleros y nos gusta siempre aconsejar y decir cómo o por dónde van determinados tiros.
           Este decálogo, uno de tantos, está basado cien por ciento en mi propia experiencia.




1.   No plagies. Y si plagias que sea por orden del productor. Homenajea, como si fueras músico. Una historia se puede repetir hasta la saciedad a lo largo de los años, pero el tratamiento que se le da siempre ha de ser nuevo y diferente. Si no sabes qué escribir, adapta un clásico como la Odisea a la época y la situación que se te antoje. Hay casos excepcionales como The Warriors de Sol YurickLa Expedición de los 10.000 de Jenofonte, pero nunca piques de aquí y allá, porque se nota. Y si hablamos de remakes, spinoffs o tropicalizaciones, desiste de hacerlas por tu cuenta sin un respaldo económico tras ellas. Que te las encarguen, porque remiten más a intereses comerciales entre productoras que a planteamientos creativos. basado en
2.       No esperes que nadie te agradezca este trabajo. Es más, ni siquiera te van a aplaudir por las once versiones que llevas de tu guión. Recuerda que para los demás no sabes escribir, sino que son ellos (los lectores de tu guión) los que sí saben escribir aunque nunca lo hayan hecho antes. Sé paciente, y siempre ten claro el rango de responsabilidad propia que estás dispuesto asumir y la cantidad de mandato ajeno que vas a obedecer. Eres un ser humano sensible y con ideas, y la película también es tuya aunque nadie te lo haya dicho. Reclama tu crédito, y la autoría que te corresponda, pero no olvides que en televisión suele mandar el productor y en cine el director. Los únicos casos -hasta el momento- de escritores que mandan, son aquellos en los que el guionista también es el productor. Por suerte son casos cada vez más numerosos.
3.       Cuando escribas guiones propios, no dejes de pensar que tu guión, antes de convertirse en película lo van a leer entre 300 y 500 personas y luego, si tiene éxito miles o millones lo verán en pantalla pero nunca lo leerán. Así que pararse a pensar en el espectador no es algo tan descabellado. Hazte la pregunta, ¿qué espera un espectador de cine que suceda en ésta u otra escena, con éste o aquel personaje? Y escribe a partir de ello, en contra o a favor. Pero a partir de la sensibilidad colectiva del espectador. De ti como espectador y no como autor. Nunca olvides que tú, antes de ser guionista fuiste (espero que lo sigas siendo) un excelente espectador. Y si tienes dudas, remítete al “escribo lo que a mí me gustaría VER” porque normalmente esa máxima funciona.
4.       Lee todo lo que puedas, asiste al máximo de obras de teatro, ve todas las películas. Comparar, elegir y olvidar es el mejor método. Te proporciona seguridad en ti mismo, autonomía y cultura. Deja que sean los otros los incultos, pero no te duermas en tus laureles, sé inteligente pues el inculto es un ser rabioso, algo así como un tiburón que si se siente por un segundo en peligro por tus conocimientos, te morderá. Pero reacciona, no te quedes parado, eres guionista y no crítico de cine. No olvides que la cultura también tiene sus dosis, sus niveles, y que de algún modo, cualquier comunicación básica entre emisor, canal, receptor y mensaje, hasta una conversación de chat, es un hecho cultural en sí mismo. Con el cine se inventó la cultura popular, la cultura de masas que se ha llamado, -aunque si leyera esto Lope de Vega seguro se reiría de mí-.
5.       Vive, la imaginación no es de agratis. Asiste a encuentros multitudinarios: conciertos, partidos de fútbol y shows de streapers. Observa cómo reacciona la gente cuando estando en colectivo se perciben libres y casi llegan a sentir que nadie los ve, a eso se le llama catarsis y nosotros hemos de escribir para que ello suceda. Disfruta de la tele si te gusta, pero conoce que ese aparato cuadrado no potenciará tu imaginación sino tu aburrimiento. Compra o renta o que te presten las series de moda y velas en tu dvd, así aprenderás algo o al menos te surgirán dudas de cómo se escribió tal o cual escena. Busca los guiones en internet, porque seguro los encontrarás. Puedes empezar por simplyscripts. Te formarás y verás que están escritos por seres humanos como tú, y su método se reduce a intento, acierto o la cago. Nadie tiene fórmulas, pero nadie deja de intentarlo.
6.       Relaciónate con otros guionistas. Serás parte de un gremio, de un mundillo, de una época. Hasta los fruteros necesitan saber quién se monta una frutería cerca de la suya. Pero no eres un frutero, no veas a los demás guionistas con el ojo de la envidia o la competencia. Recuerda que los guionistas somos los tontos, los marginados de todo esto y que sólo saldremos a flote haciéndonos piña y reclamando nuestro lugar junto al director, como en los créditos de un cómic. Coescribir te procurará una grata satisfacción y verás que esta profesión tiene sentido, que puede llegar a ser la mejor profesión del mundo. Pero no esperes (no necesites) que los demás guionistas compartan contigo su trabajo a menos que les apremie el tiempo, sólo así te convertirás en Negro Literario, o Escritor Fantasma como dicen en inglés, y esta situación, si es con un amigo-guionista se agradece.
7.       Busca tus historias en la prensa, en internet, en los medios escritos, en la realidad de las personas día con día. Incluso una peli de austrolopitecus en busca de fuego remite a una idea actual. Metáforas hay muchas, elige la tuya. Pero no se te olvide que las ideas están en el aire y pertenecen a un tiempo concreto. Aunque fuera una idea universal, pertenece al tiempo y a la concreción de lo humano. Asímismo, las ideas como la tierra, son de quien las trabaja y no de quien las tiene. O vendes tus ideas, o las regalas, o las trabajas o te callas. No te frustres por algo que no has escrito y que ha escrito otro aunque se te haya ocurrido a ti antes.
8.       Folla. Ten novia. O amante. Sea como sea practica el sexo porque es la misma energía que utilizarás para escribir, y es mejor que la conozcas y la dejes fluir bajo tu deseo. Follar, coger, se hace con el cerebro y también amas con él. Y si decides ser célibe, mejor no veas a nadie –ni siquiera a tus amigos-, y ya de paso sé ermitaño, contempla la realidad y tu mente y escribe, contemplar la realidad de tu mente y escribir, así hasta que termines. Puedes aprovechar y ver una o varias películas al día, será una de tus mejores costumbres en solitario, después de la masturbación. Distracciones hay muchas: sexo, drogas, rock’n’roll y Dios, son las básicas. Aprende a manejarlas, dosificarlas y asimilarlas a tu faceta de escritor. Todas las historias se reducen a dos temas que en verdad son uno, el amor y la muerte.
9.       ¿Calidad o cantidad? A la hora de trabajar para los demás tú eliges, si puedes. Lo mejor es que alternes y hagas lo que te dicte el sentido común, sobre todo observa bien la época que vives en tu vida. Yo creo que primero es la calidad, y más si empiezas en esto. Esforzarse en lograr calidad es reescribir. No se te olvide que si no tiras la toalla llegará tu momento, y que te van a recordar (si es que alguien lo hace, ahora poco importa) por la calidad de tus guiones, porque resistan al paso del tiempo, no por la cantidad de ellos ni por el dinero que ganaste. La cantidad, cuando tengas hijos que mantener o hipotecas que pagar. Sin embargo, con el número de pelis que veas, ahí sí es mejor la cantidad. Recuerda de nuevo que aunque sean pelis de ínfima factura, han sido escritas por gente como tú, y eso merece un respeto. Además, de todo se aprende.
10.   No hagas caso a gurús. Escúchalos o léelos como si de compañeros de profesión se tratase, no son sacerdotes que traen el maná del cielo. Recuerda que lo que digan hoy, mañana estará pasado de moda y al otro quizás alguien lo rescate del olvido. Lee diálogos, escribe diálogos, escucha diálogos. Ellos son la esencia de toda escritura dramática. Sé actor si puedes, y lee teatro. Pero no dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer, o mejor aún, dales el avión. Di que sí pero haz lo que te dé la gana. En esta profesión, los del billete te querrán dócil, pasivo y que rías sus gracias. Es una estúpida profesión de egos. Tú sabrás cómo amoldarte a ella con tu carácter. Disfruta escribiendo cine, el viaje apenas empieza con cada guión.

Y deja la puerta abierta para que sea otro el que tome la palabra y escriba la idea o el consejo que sigue… ¿Quién se anima?

Y si ustedes son guionistas más sentimentales que yo, o son novios o novias de los que aquí leen, ¡visiten este link! ¡Consejos para el/la que quiera ser pareja de un guionista!

         Y un último acercamiento al mundo consejero del guionista. Al reclamo de


"hoy me entró la depresión por no encontrar trabajo, estoy desesperado, ¿tienes algún consejo que me puedas regalar y que quepa en un mensaje de celular?" 


Tres guionistas contestaron.
1. No te des por vencido pero sé un poco más dócil.
2. Amigo, tus capacidades no han encontrado un lugar donde puedan desarrollarse plenamente. Tú no dejes de moverte y de creer en ti, ¡que te encontrará!
3. Consejos, pues no. Pero no te deprimas, ánimo. Cuando menos piensa uno aparece.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

4. Yo tengo trabajo, pero no me pagan.
ER

Anónimo dijo...

Jajajaja!
A-.

Anónimo dijo...

jaaaajaaaaj, me quedo con el 4 y el tercero, en ese orden ;)

Anónimo dijo...

"Lo esencial, en cualquier caso, para un escritor es descubrir pronto que lo importante no es ambicionar fama o el ser escritor sino *escribir*, es decir, encadenarse de por vida a un noble pero implacable amo, un amo que no hace concesiones y que a los verdaderos escritores les lleva por el camino de las frases casual o misteriosamente relacionadas entre ellas, como esta misma que estoy escribiendo y que ignoro adonde habrá de conducirme..." Villa-Matas.

Anónimo dijo...

Caray, siempre me falla el punto 8!

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