¿Quieres ser guionista? ¡Ay, inocente!

Somos muchos los que decimos ser guionistas. Bastantes, los que aseguramos estar escribiendo un guión. Y un puñado los que realmente estamos escribiendo…algo. Sin embargo, seguro que conoces un montón de personas (desde el DF a Madrid, pasando por mi pueblo) que dicen, aseguran, quieren ser guionistas. ¿Por qué?, me pregunto yo.

            Antes, aunque se me hacía raro escuchar “yo quiero ser guionista”, me encantaba oírlo. Me apasionaba que cualquiera me contara la historia que estaba levantando, normalmente un éxito asegurado, un auténtico blocboster festivalero. Era feliz espectador de las vísceras creativas propias y ajenas. Ahora ya no. Maldita sea, ¿me habrá salido eso que llaman callo (insensible) de escritor?

            Antes me emocionaban esas cosas porque ¡yo también quería ser escritor! Me encantaba colaborar con más gente, perder horas y horas hablando de cine, soñando con ser yo mismo un tipo creativo, un guionista de cine y televisión, ¿será que al final me convertí en ello y con ello bebí el vino del desencanto? Aunque bien pensando, siempre medio fui un jodido escritorcillo y un jodido desencantado de todo, desde niño.

            Así de buena onda con los que empiezan era yo antes. Pero ya no. Y dudo que lo vuelva a ser. De hecho, cuantas más vueltas doy al SOL, cuantas más canas tengo, más ganas de depurar las ideas me dan antes de ponerme a escribir. Y valoro muy pocas opiniones sobre lo que hago. Pensar más y escribir menos. Ya no me seduce el maremoto de imágenes que se genera cuando dos o más guionistas se juntan, pero todavía me la paso bien en esas ocasiones, es como asistir a una reunión de abuelas que juegan baggamon.

            Todo es distinto hoy, o casi. Y todo será aún más distinto mañana.  

            ¿Pero cómo empezó todo esto, te has hecho alguna vez la pregunta? Visto de otro modo, ¿por qué quieres ser guionista?

…porque quiero ser famoso, quiero codearme con la gente del cine, chicas guapas, coches caros, focos, alfombras rojas, premios y mi opinión en la primera plana de cultura… 

...porque veo la mierda de series que escriben y sé que eso lo hace cualquiera, que sólo hay que echarle un poco de cara y una vez dentro, haces lo que te salga de los huevos… 

…porque yo sé escribir. He ganado concursos de poemas, desde niño mis padres me inculcaron el amor a las letras, y tengo un par de poemas visuales que en cine quedarían muy bien… 

…porque he publicado novelas y cuentos, soy un verdadero escritor. Y valoro poder escribir guiones ya que sé que muchos novelistas han fracasado en el intento, yo no… 

…porque soy un artista comprometido conmigo y mi tiempo. Yo cojo una cámara, escribo las ideas en el aire, y luego me dejas solo, porque si no estoy solo no trabajo… 

…porque yo siempre pienso en imágenes, en planos, en secuencias, incluso en travelings, y sé que un guión es un pedazo más de la peli, como dibujar el story o maquillar a los actores… 

…porque yo sé por qué las películas fracasan: por el guión. Yo sí tengo buenas y nuevas formas de narrar en mi cabeza. Podría decir que conozco el secreto del no aburrimiento…

            Quizá exageré pero tantitito nomás, alguno de estos motivos que recuerdo y que he escuchado últimamente entre gente que me topé con la firme decisión de ser guionistas, con el ímpetu por demandarme su ayuda entre medio de sus ganas, a la par que un chingo de sueños sobre la joroba. 

            Los perros para Platón eran seres sabios por naturaleza, porque nunca dejaban de querer aprender. A la gente que me pregunta le digo que yo como guionista soy como un perro, lo veo, lo escucho y lo huelo todo, y al final algo siempre aprendo (cuando me estoy callado supinamente, claro).

            Se pueden hacer varias cosas para convertirse en guionista.

            Empieza por AMAR el cine. Incluso la mierda que hay actualmente en cartel. No es necesario que te revuelques entre monstruosidades cinematográficas, pero busca siempre la idea que te intenta transmitir cualquier peli, y fíjate como se te prometen “cosas narrativas”, que se cumplirán o no.

            Luego ama la idea de que tú puedes ESCRIBIR (escribir es escribir, todos sabemos qué es) un guión, y aprende que escribirlo no sólo es distinto a escribir una novela sino que es más difícil, porque no puedes irte por la tangente con los personajes durante párrafos y párrafos, sino que tienes que ir directamente a las vísceras, pero sin que note.

Ama la acción de meter todo lo que hay en tu cabeza dentro de un formato, de unas reglas establecidas, casi-casi habrás de respetar una especie de semi-rimas internas, mucho menos visibles que las de un poema.

Y para acabar de joder, habrás de amar la infinita libertad que es y te da escribir un guión, pero antes de amarla habrás de encontrar esa libertad de la que hablo… ¡Chale!

            ¿Pero por qué sigues ahí, a qué esperas para ponerte a imaginar y escribir tu película? Ups, a ningún guionista le gusta que le digan lo que tiene que hacer (mentira), tú a tu ritmo (más mentira todavía). :)