lunes, 12 de noviembre de 2012

Las manías de l*s guionistas


Estamos rodeados de ellas, son de color azul e iluminan más que las luces rojas y lejanas del universo, son más candentes aún, se llaman manías. Y los guionistas estamos llenos de ellas. De ellas, de ellas, de ellas… la obsesión sería una hermosa manía cero para empezar esta cuenta...


     Ayer, escribiendo con un viejo amigo y compañero, AFD, (ya era hora de que volviera a trabajar… yo, no él, a él le va muy bien el ‘aón…) de pronto, lo que supuse era un momento de verdadera iluminación en mi compañero, fue un ataque de pánico, de auténtico miedo en lo más hondo de su ser creativo.
     Imangínense la escena: AFD subido a una silla del salón en el que trabajábamos y gritando enloquecido, viendo según decía una rata. Yo le gasté la típica broma del “ahí está, bajo el mueble” y él de nuevo atrapado en el grito,  me aseguró que si no era una rata era una Entidad, o sea, un espíritu fantasma surgido de algún charquito de sangre derramado en el suelo…
     No mamen, mi querido AFD paró el trabajo de escritura y comenzó a prender veladoras y cerillas y cerillos por doquier y a llenar la estancia de un ambiente totalmente supersticioso. Y es que ya sabrán a dónde quiero llegar a parar: las creencias esotéricas son una de las manías que más guionistas sufren.
     Se lo aseguro.
     Yo mismo las he sufrido muchas veces, aunque he de decir en mi defensa que estos últimos meses escribiendo menos y acabando por escribir listas y listas y listas guionísticas de elevado número de visitas y lecturas blogueras, hemos vuelto a hablar un poco de nosotros: los guionistas. 
     Ésa puede que sea la segunda manía más numerosa entre el gremio guionístico 
y/o de redes sociales: el vicio de hablar sólo de nosotros. Y es que nos gusta más la endogamia, el onanismo temático que un palo a un tonto.
      La tercera manía más numerosa entre nosotros, algunos de ellos compadres que odian las listas, seguro es la manía de los vicios al uso, o sea, las sustancias, llámenle drogas si quieren. 
     Café, tabaco, alcohol, mariguana y no sigo porque luego ponen en duda mi academicismo.  Para inspirarse puede llegar a ser un término para referirse a esa manía un tanto ambigua y eufemística…Mística. 
     Sólo me queda decir que esa manía nos baja la luz azul, o sea, la más caliente, y nos convierte más en luz roja, según las leyes físicas más comunes.
      Otra manía entre nosotros y nosotras, y ya dejemos de enumerarlas para que parezcan más difusas, es la manía de la soledad. Cada vez conozco más y más guionistas de ambos sexos que viven solos. Aunque solos y en el mejor de los casos en departamentos con tres o cuatro habitaciones vacías o llenas de libros, cajas, aparatos de gimnasia y trastos.  No acabo por compadecerme de ellos, tal vez incluso un poco lo contrario, por envidiarlos.. sanamente. :D
     Eso de lo deptos grandes en México dudo que ahora ocurra en Aspaña: allí a las gentes los bancos las echan literalmente a la calle como si la calle fuera un nuevo campo de concentración de haber quedao mal con el sistema, esa dictadura de los financieros que tod*s conocen y padecen.
     Hablar siempre de política es otra clara manía guionística...
     Claro, la soledad para escribir es importante, así que eso ya se mezcla con el concepto de manía que estamos manejando; es como si conquistara nuestra manía a la vida  y la hiciera necesaria para el transcurso de ésta, y ¿qué mejor modo para hacerse necesaria la manía que transformarse en necesidad para la escritura? Si escribes consumes vicio solitario.
     Pero no se dejen engañar por este argumento de vendedor de crece pelos, no les voy a engañar: la necesidad de soledad para escribir también es un cliché como otro cualquiera. Ahora miso estoy escribiendo rodeado de música, de gente, de melaza… Cuestión de velocidades, como el sonido: otra vez la física. Parezco la Uned.
     La manía de la mentira, de decir cosas que no son ciertas y no porque la Uned mienta sino porque es para todos los públicos, como éste su blog, el inquilino guionista… 
    La manía del autobombo, ¡a todos los guionistas nos encanta hacernos autobombo! Ser l*s primer*s y l*s mejores cuando se trata de hablar de nosotr*s.
     La manía del egocentrismo: todos y todas las personas que escribimos guiones somos unos insoportables al respecto. 
     La manía de hacernos el ingenuo, el tonto, creemos que es de listos hacernos el tonto y así sorprender a los productores, que saben mejor que nosotros hacerse el tonto.
     La manía de siempre tener a alguien de diana a quien echarle las culpas de nuestra situación...
     Podría seguir pero de maniáticos está lleno el mundo. Y de guionistas, no sé si para bien o para mal, cada vez más.
     La manía de reproducirse...
     La manía de ser listo o creérselo. Aunque eso más que una manía es una necesidad. ¿O necedad? Qué tragicómico guión. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

...la manía de excribir en la noche.

Anónimo dijo...

La manía de leer el blog del inquilino. ;D

El inquilino dijo...

La manía de que tras los puntos suspensivos al rescribir un guión, siempre va un espacio!

Anónimo dijo...

Lo último es muy cierto, ahora que me doy cuenta :D

La manía de ponerte a jugar DOTA o Call of Duty en vez de escribir tu guión.

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