“Estimado inquilino guionista, mi nombre es Alejandro, de antemano lo felicito por su página y por su trabajo en difundir el arte de la escritura cinematográfica. Le escribo principalmente para pedirle su consejo: yo soy estudiante de cine y quiero llegar ser un buen escritor cinematográfico y para prepararme decidí estudiar la carrera de literatura y no de guionismo porque considero que la carrera de literatura me puede ayudar más en el ámbito de la creación de personajes, conflictos y estructuras narrativas y pienso que tendría una mejor preparación, de antemano le doy las gracias por leer mi mensaje y espero su pronta respuesta-.”
Una cosa es
cierta: en el arte dramático todo suma, nada resta, ni si quiera la peor televisión
realidad o el programa más zafio y chismoso de la prensa del corazón. Si eres
creador, aprender a montar a caballo y a disparar siempre será mejor que
conformarte con ver y analizar los mejores westerns de la historia, que no es
poco…
Ahora bien, ¿estudiar literatura o
estudiar guión? Entre esas dos opciones elijo la de en medio, la que no se ve:
estudiar interpretación actoral, o como se dice por algunos lares latinos:
actuación. Ser actor. ¿Por qué? Porque
es el arte literario y dramático más completo, porque de pié, en movimiento y
con ropa cómoda el hipotálamo funciona mejor y sale todo lo que llevas dentro:
lo oscuro, lo luminoso y sobre todo, mucha paja y mucha mediocridad, basuras
artísticas donde las allá que nadie aprecia tenerlas en el fuero interno de su
imaginación y que cuanto antes se limpien, mejor.
Cualquiera que sabe de literatura es
porque le gusta leer y leer y leer… Porque gusta del libro como objeto pero
sobre todo porque desea adquirir lo que éste contiene en sus páginas. Es increíble
que una mente perdida en los anales del tiempo haya escrito algo que ahora yo
leo y devoro. A quien no le produzca este hecho un orgasmo mental, es porque no
gusta de la literatura, es así de sencillo.
Eso nos lleva a pensar que el
estudio científico y académico de las letras es pura obsesión de lingüista, lo
cual no está para nada mal si eres lingüista, pero si quieres ser guionista,
¿qué onda?
La misma lógica de antes nos lleva a
pensar que si quieres ser guionista lo que tienes que hacer es ver y ver y ver
películas (¿cuándo se inventará el verbo peliculear?).
Pero sobre todo analizarlas. ¿Y no estudiar en una escuela de cine? Ahí no
aprendes a escribir literatura dramática, ahí conoces gente con los mismos
gustos que tú, aprendes de ell*s y te enseñas a ti mism* a ser tú mism*. Y con
suerte lees unos cuantos libros teóricos que te servirán como maná del cielo
para la autoayuda guionística.
También, no hay que olvidarlo, aprenderás de la amargura de ver que
muchos de los académicos de esa escuela cine, así como muchos alumnos de otras
disciplinas cinematográficas (dirección sobre todo), desprecian tu capacidad
como escritor, y lo que es peor: desprecian, mutilan, plagian tus ideas y obras.
Estudiar en una escuela de guión es estar en total disposición de
recibir unos cuantos golpes en el hígado durante un par de años, curtiendo tu
resistencia y capacidad de aguante para la vida laboral de guionista, mucho más
difícil de lo que cualquiera, cuando está en una escuela de guión, se imagina. Aún
así, yo soy defensor de las escuelas de cine: en los estrenos de los cortos y
de las pelis de los demás (nunca de las tuyas) se da, se regala, se toma mucho alcohol gratis.
¿Entonces? Entonces, estimado
Alejandro, te recomiendo hagas teatro, estudies teatro, te metas en la piel del
actor, del bailarín, del que luego va a salir a escena o se va a poner delante
de la cámara no sólo a defender tu texto, tu guión, sino a algo mejor: a darle calor,
color, matices, vida, a hacer de él (tu guión) su obra artística, a sublimarlo.
Un guionista que no conoce las
necesidades dramáticas de los actores y de las actrices, está tan cojo como un
actor o una actriz que premedita, que con su mala interpretación se adelanta a
lo que acontece en el guión, a la acción dramática, eliminando toda posibilidad
de sorpresa y giro muchas veces tan bien ideada por los guionistas o
dramaturgos.
Y eso es mucho peor que llenar de chingaos,
de pinches, de hostiasputas si estamos en Aspaña, los diálogos, rompiendo cómo no,
el ritmo y la musicalidad que un buen “parlamento” –incluso el político-, debe
tener.
Por último sólo recuerda esta cosa, es el personaje el que
te da el conflicto y la estructura narrativa donde éste se desarrolla, y no al
revés. Si quieres crear buenos personajes, aprende a ponerte en sus zapatos, o
mejor, aprende a que ellos se pongan en los tuyos. La locura, como el teatro, el cine y el guión, siempre es
vocacional.
6 comentarios:
Yo estudié Letras en la UNAM y luego Guión en el CCC y mi recomendación es que hagas (estudies si quieres aunque tampoco lo creo absolutamente necesario) algo que te dé experiencias, que te dé tiempo para vivir para tener cosas que contar. Entré a la carrera de Letras porque siempre me ha gustado la ficción, la construcción de historias, pero lo cierto es que te enfrentas a una carrera muy académica (investigación, historiografía literaria, lingüística) donde a veces ni siquiera lees todas las obras que quieres sino lo que la crítica ha dicho sobre ellas. La escuela de guión sirve, por supuesto, pero me parece más importante tener algo que decir y para eso no es necesario pasar por alguna escuela. Creo que uno de los más grandes problemas que tiene, por ejemplo, el CCC es que la escuela se vuelve el universo de los alumnos y por lo tanto sus historias luego resultan intrascentes, frívolas y poco interesantes -lógico si viven en una burbuja y no tienen tiempo de salir de ella más que a festivales, fiestas y rodajes que son una extensión de la misma-.
Siempre ayuda para no morirse de hambre tener un oficio, saber hacer algo, pero es como decía la placa en Salamanca "Lo que natura no da, Salamanca no presta". Y más allá del talento, es mucho más importante enamorarse, tener un trabajo, viajar, conocer gente que saberse de memoria toda la teoría. Para mí es eso: vivir la vida, ver muchas películas, series, obras de teatro, leer muchos libros pero lo más importante de todo, estar muy motivado porque luchar contra la inseguridad y las vicisitudes de la industria muchas veces hace que quieras mandarlo todo a la mierda y dedicarte a pelar papas.
Suerte y saludos,
J
Muchas gracias por tu valioso comentario, J. :D
Hola, ¿qué tal? Nos conocimos ayer en lo de la Sogem, soy el pariente de Puig Roda. Nada más para comentar que "guion" no lleva acento porque es una palabra monosilábica. ¡Saludos!
Hola, cómo estás? Te comento que hace casi 3 años se decidió que guión se escribiera sin acento, pero fuimos muchos los que nos quejamos y al final la Academia "aceptó" que se pudiera escribir de los 2 modos. Por eso lo escribimos con acento, porque para nosotros es una palabra de 2 sílabas. Te recomiendo leas aquí mismo en el blog 2 artículos que se escribieron en su día al respecto: "Guión pierde su tilde" (No es lo mismo acento que tilde, cosa que deberías saber) http://elinquilinoguionista.blogspot.mx/2010/11/guion-pierde-su-tilde.html, y "Al final del guión, GANAMOS", http://elinquilinoguionista.blogspot.mx/2010/11/y-al-final-del-guion-ganamos.html Saludos.
Concuerdo con J, lo importantes es vivir experiencias para escribir sobre ellas. En una escena que escribí apenas unos dias atrás juego con el tema de un asalto a un transporte público y lo hago porque me pasó hace unos meses. Suena exagerado si se piensa que para escribir sobre un homicidio hay que llevar a cabo uno, pero ayuda a la mente vivir experiencias fuera de lo común. En cuanto al tema de la actuación, me parece de lo más acertado pues si se analiza, es lo mismo que vivir la experiencia, pero escrito de otro modo: si no puedes asesinar, actúa el papel de un asesino. Por cierto, Tarantino estudió teatro y creo que fue lo único relacionado a la profesión que estudió de manera formal. Saludos.
Yo creo que en toda historia hay algo (mucho o poco) de autobiografía. A veces es lo que se vivió, a veces es lo que se gustaría vivir si fuéramos otro, a veces es lo que se sabe que nunca viviremos... Y pocas veces es lo que vivió otro. Y ni pocas! :)
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