viernes, 19 de julio de 2024

Cómo romper la adicción a los bosquejos y esquemas de guion y comenzar a escribirlo

La escritura de guiones es un arte por sí misma, y muchos guionistas nos enfrentamos a problemas cuando queremos pasar de los esquemas detallados a la escritura del guion propiamente dicho. Si te sientes atrapado en un ciclo de bosquejar sin fin y te resulta difícil convertir esos bosquejos en guiones completos, no estás solo. Aquí abordaremos este conflicto común y ofreceremos soluciones prácticas para superarlo.

El problema es la adicción a los esquemas

Es común que algunos guionistas se sientan cómodos trabajando en esquemas y bosquejos detallados de sus historias. Este proceso es fascinante y permite explorar los personajes, tramas y temas en profundidad. Sin embargo, puede convertirse en una forma de procrastinación, retrasando la escritura del guion real. El problema se agrava cuando, a pesar de tener un desglose detallado de lo que sucede en cada escena, te encuentras incapaz de escribir el diálogo y las acciones de manera efectiva.

Algunas de esas razones del estancamiento creativo pueden ser el miedo al fracaso, en concreto la idea de que lo que escribas no será lo suficientemente bueno puede paralizarte. Otra razón común es el perfeccionismo, ya sabes, ea necesidad de que el guion sea perfecto desde el primer borrador puede impedirte avanzar. Otra es la falta de confianza, o sea, creer que no eres lo suficientemente bueno para escribir el guion puede llevarte a evitar intentarlo. Y los famosos (por malos) hábitos de procrastinación, donde usar el bosquejo sería una forma de evitar la tarea más desafiante de escribir el guion.

Y algunas soluciones prácticas que proponemos, son...

Establecer plazos claros, o sea, define plazos específicos para completar cada parte de tu guion. Por ejemplo, comprométete a escribir una escena completa cada día o cada semana, porque los plazos te ayudarán a mantener el enfoque y a avanzar constantemente.
Otra solución es adoptar la mentalidad del Primer Borrador, y para ello acepta que el primer borrador de tu guion no tiene que ser perfecto. La escritura de guiones es un proceso iterativo, y el primer borrador es solo el comienzo. Permítete escribir sin juzgarte a ti mismo, sabiendo que siempre puedes revisar y mejorar más tarde.
        Luego divide el trabajo en tareas pequeñas, o sea, en lugar de tratar de escribir un guion completo de una vez, divídelo en tareas más manejables. Concéntrate en escribir una escena a la vez, o incluso un diálogo a la vez. Esto puede hacer que la tarea se sienta menos abrumadora. Y sobre todo, no no olvides la práctica la escritura de diálogos, y para ello, lo repetimos, dedica tiempo a practicar específicamente la escritura de diálogos. Lee guiones de películas y series que admiras para estudiar cómo se construyen los diálogos. Luego, escribe escenas cortas para practicar esta habilidad sin la presión de completar un guion completo. Y ni olvides leerlos en voz alta. Esto es de suma importancia: aprende a leer en voz alta.
Otra solución es que inicies una búsqueda de retroalimentación compartiendo tu trabajo con otros guionistas o participando en talleres de escritura. La retroalimentación constructiva puede ayudarte a identificar áreas de mejora y a ganar confianza en tus habilidades.
        Utiliza técnicas de escritura libre, porque la escritura libre es una técnica en la que escribes sin detenerte a pensar o editar. Establece un temporizador y escribe sin parar durante un período de tiempo determinado, enfocándote en una escena o diálogo específico. Esto puede ayudarte a superar el bloqueo y a generar material que puedas revisar más tarde. Y de nuevo, colabora con otros, o sea, considera trabajar con un co-guionista o un editor de historias. Colaborar con alguien más puede ayudarte a superar el estancamiento y a beneficiarte de diferentes perspectivas y habilidades. Además te ayudará a socializar y a mantenerte motivado y competitivo.

Y por último, creo que hay que empezar por las escenas favoritas o menos favoritas. Me refiero a que aprovecha tu esquema detallado y elige la escena que más te guste para empezar a escribir. Alternativamente, puedes comenzar por las escenas que menos te gustan y dejar tus favoritas para el final como recompensa. De cualquier forma, esto te ayudará a mantener las ganas y a avanzar en el guion, sabiendo que el premio siempre será la escritura completa del guion.

Ahora te cuento un ejemplo personal:

Hace un tiempo, me encontraba trabajando en un guion de acción con sabor mexicano para el mercado estadounidense. Tenía toda la historia bosquejada en un outline tan detallado que parecía un mapa del tesoro. Llené las paredes de mi habitación con esquemas de escenas, ideas de personajes y giros de la trama. Podía perderme en esos esquemas durante horas, creando un mundo completo y visualizando cada detalle. Un mundo que solo estaba en mi cabeza estando a la vez bosquejado a mi alrededor, literal.
Porque cuando me sentaba frente a la computadora para escribir el guion propiamente dicho, el miedo me corroía. Me sentía inseguro pensando que mi talento no estaba a la altura o que mis palabras nunca llegarían a buen puerto guionístico. "¿Quién soy yo para escribir esto?" me preguntaba. No importaban los años que llevara viviendo en México, ni la gran experiencia acumulada, no avanzaba en la escritura ya que la inseguridad me paralizaba y prefería volver a los esquemas donde me sentía en control y cómodo.
        La solución llegó cuando decidí enfrentar mi miedo. Empecé a escribir las escenas que más me emocionaban, aquellas que ya podía ver claramente en mi mente. Poco a poco, esa emoción se transformó en palabras, y antes de darme cuenta, tenía varias escenas completas. Luego, me enfrenté a las escenas que menos me gustaban, dejándolas para el final como un desafío. Así, el proceso se volvió menos abrumador y más gratificante. Terminé el primer borrador y, ni modo, tuve que hacer tres borradores más hasta llegar al definitivo, que no era mucho, era el cuarto... Pero terminé el guion y lo vendí.

Al final del día, escribir guiones es un acto de valentía. Es enfrentarse a la inseguridad y al miedo al fracaso, con la esperanza de que nuestras palabras encuentren un lugar en el vasto mar del cine y la televisión. Cada guion que escribimos es una pieza de nuestro corazón y nuestra alma, un testimonio de nuestros sueños y aspiraciones. Y aunque el camino esté lleno de dudas y obstáculos, cada paso que damos nos acerca un poco más a nuestra meta.
        Es posible que nunca nos sintamos completamente preparados o lo suficientemente buenos. Pero es precisamente en esos momentos de vulnerabilidad cuando encontramos nuestra verdadera fuerza. Al escribir, dejamos una parte de nosotros mismos en cada página, sabiendo que, aunque el camino sea difícil, la recompensa es infinitamente valiosa. Es cine.
        Así que, sigue adelante, enfrenta tus miedos y deja que tu voz se escuche. Porque al final, no se trata solo de escribir un guion perfecto, sino de contar una historia que importe. Y esa, mi amigo, es la magia de ser guionista.

¡Escribe, escribe, escribe! Y reescribe. Nada sale bien a la primera, ni nadie lo escribe bien a la primera. Tu ensayo diario es reescribir.

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