Hola Inquilino:
La verdad no tengo claro por dónde comenzar a compartir mi experiencia de haber visto hecho realidad el sueño de que las palabras en papel cobraran vida en una pantalla de cine.
Antes de seguir, lo primero que deben saber tus lector*s es que coescribí el guión de una película llamada El Cielo En Tu Mirada, la cual se estrenó hace ya un par de meses en la Ciudad de México y ahora se encuentra en las pantallas de los cines del interior del país.
La experiencia fue por demás gratificante, aprendí mucho no sólo de escritura, sino sobre todo, y lo más importante, del trabajo en equipo, lo cual es algo que para nuestro ego de escritores no es fácil, pues a veces creemos que solos podemos escribir lo que sea.
De entrada, les comparto que al ser esta película lo que solemos llamar “comercial” fue un trabajo por encargo. Pero desde el principio y conforme pasaba el tiempo me atrevo a afirmar que todos los involucrados hicimos nuestra la historia y dejamos parte de lo que somos en ella.
No voy a hablar de cuestiones técnicas de guión, de eso ya está muy escrito en este sitio donde además de escrito ha sido reflexionado y todos los que nos preciamos de ser tus lectores hemos aprendido con cada entrega a ser mejores guionistas, es decir, a pensar y a poner en practica lo leído al momento de escribir.
(Inquilinota: ¡gracias por las flores!)
Al proyecto de El cielo en tema me incorporé pocos meses después de que la compañía productora comenzó a desarrollarlo. Y de eso al momento del estreno en cartelera pasaron tres años.
Primeramente hubo que entender hacia dónde se dirigía la historia. Iba a ser un remake de la reconocida película protagonizada, producida, coescrita y codirigida por Warren Beatty, El Cielo puede esperar, donde el protagónico muere, va al cielo y para resolver su misión en la vida regresa ocupando el cuerpo de un excéntrico millonario.
Para lograr una adaptación por demás complaciente y conveniente a la altura del original se trabajó arduamente por más de dos años. El proceso de escritura con Enrique Chmelnik fue desde el principio muy fácil. Pues sin conocernos nos adaptamos de manera rápida. Les debo confesar que tenía miedo de trabajar con alguien más. Pero la oportunidad y el proyecto eran muy atractivos. Tomé el riesgo y valió la pena. Después de meses de trabajo se dio entre nosotros un fenómeno curioso, ya casi adivinábamos la propuesta del otro o nos íbamos a proponer cosas similares para avanzar el guión. Nuestras notas para resolver cualquier contratiempo de guión llegó un momento en que eran las mismas sin habérnoslo dicho.
Eso no fue todo, pues además de la manera en que resolvíamos nosotros las expectativas de la historia misma, trabajábamos muy en equipo con los productores primero y luego con el director. Entre todos definíamos la dirección que el guión debía tomar. Y esto que al principio me parecía raro y confuso se convirtió en un reto en el cual aprendí de cada cabeza. Al ser cada una un mundo se puede coincidir y sintonizar todas para la buena realización de un sueño, pues toda película lo es. Una vez terminado el guión y a poco más de dos meses del rodaje, hubo un pequeño problema de comunicación entre la Major Jalibudiense que tenía los derechos para la realización del remake y Warren Beatty que nos afectó a todos.
¿Qué pasaría? Sabiamente nuestros productores dijeron “o salvamos el guión y lo hacemos original o se cae el proyecto”. Las esperanzas de muchos que ya se habían subido al barco con la intención de darle vida a una película así de positiva, porque debo mencionar que para el remake se creó una historia 100% aspiracional, se venían abajo. Entonces asumimos en equipo el reto, trabajar intensamente para en dos meses tener un nuevo guión. Productores, director, compositor, AD, supervisora musical, arte y amigos… a retrabajar y cambiar todo el trabajo ya hecho. La historia debía conservar ciertas cosas que la identificaran con el proyecto original y las segundas oportunidades… Entonces todos intervenimos y el resultado fue más que satisfactorio.
Finalmente el guión fue realizado y las opiniones fueron positivas. Quizá no fue el gran éxito de taquilla, pero va dando de que hablar y en general es para bien: Aquí, allá
y acullá .
No digo que sea un producto perfecto, pero sí que es honesto, hecho con entrega y profesionalismo. Cumple lo que promete. Lo peor que se puede decir de la película es de quienes por lo general ponen el pie a la mayoría de las producciones nacionales, pero eso es otro tema.
La intención de este relato es simplemente compartir mi experiencia durante el proceso y agradecer de nuevo a todos los involucrados por dejarme ser parte del mismo.
Agrego para finalizar que pude ver de cerca lo difícil que es levantar en México un proyecto, por ello ahora admiro a todos aquellos que lo logran. Pero les pido que no se casen con la idea de que son autores, trabajar en equipo es mejor y explorar temas es gratificante pues en nuestro país tal pareciera a veces que las únicas historias que hay por contar son de policías corruptos, violaciones y secuestros; casi siempre desde el punto de vista de gente que no se corresponde con esas realidades…
Espero que las cosas cambien tanto para los que intentamos mantenernos en este medio como para la gente que quiere iniciar en esto, porque si no tendremos que hacer de esto un hobby y no una profesión.
Gracias Inquilino, no dejemos de soñar, cuando menos pensamos todo se realiza. J
Rafael Gaytán Barrera estudió guión en el Centro de Capacitación Cinematográfica de Ciudad de México y es guionista de pura cepa.
3 comentarios:
Me encantó la peli, :L
¿y dejar el egoísmo del escritor?? se puede? :p yo espero que sí y que el trabajo en equipo, ese grano que dices que todos aportan y lo que ponen de sí, se vea en el producto final, tanto tanto para que salgaa la luz. Gracias Rafael Gaytán por compartirme y decirme que hay otras formas de escribir.
Bueno, habrá que ver si es totalmente cierto o si la superación del egoísmo es una mera cuestión de dinero. :P
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