1. Porque
está permitido, porque odiar libera, sobre todo de la frustración post escritura.
2. Porque el
odio alimenta el alma y no se necesita nada más, y ya se sabe: de alma llenamos
nuestras historias.
3. Porque es
la mejor razón para saber lo que queremos: te odio porque te necesito.
4. Porque el
odio ayuda a entrar y salir de la decadencia: todos los guionistas estamos
destinados a la marginalidad, aunque ésta sea de oro.
5. Porque
odiar te ayuda a no esperar nada de nadie, menos aún de los directores y
productores. Y más allá: de los espectadores.
6. Porque es
la cara opuesta del amor. Es la mejor forma de tener el amor cerca de nosotr*s,
en la constancia del secreto.
7. Porque el
odio está cargado de terror, y el terror que puede llegar infundir un guión es
uno de sus mejores virtudes.
8. Porque
odiar nos sitúa a unos niveles de realismo tan elevados que, alejados de toda
magia, el corazón se nos llega a caer en pedazos por tanta ternura y congoja.
9. Porque el
odio nos hace ver a flor de piel nuestra propia indefensión, nuestra futilidad
vital, y acabamos por pensar invariablemente que lo más importante de nosotr*s,
siempre será la próxima obra que está por escribir.
10. Porque
odiar a alguien como a nosotr*s mism*s, sigue siendo el acto más sublime de
creación.
11. Porque
la nobleza que reside en cada guionista, siempre elegirá entre la ignorancia y
el desprecio, el odio.
12. Porque
odiar es sentir, y no odiar es no sentir.
13. Porque
no odiar es olvidar, y odiar es no olvidar.
14. Porque
memoria y sentimiento son las bases para escribir, y para odiar.
15. Porque
el odio es la llama que mantiene viva la venganza, y sin venganza no existiría
Tarantino, y sin Tarantino, much*s no querríamos escribir.
16. Porque
odiar el amor y amar el odio, no se engañen, es muy guionístico.
17. Cine:
odio el odio, por eso me odio, porque te odio.
18. Vine, vi, y odié. Y luego me puse a escribir. Por eso, odiemos,
escribamos y seamos felices, no hay más secreto que ése.
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