“Qué fuerte
un guionista que llega unos días a tu vida, te escucha unas ideas, las apunta,
se va y te las roba.” “Ideas buenas, ideas de trabajo”. “Será que cree en la
competencia, será que traicionar es su forma de sentirse algo.”
Conocimos a Rafa
siendo él todavía estudiante de guión del CCC. Venía de un pueblo que no conoce
ni Dios, algo perdido entre el polvo y la soberbia criolla del Bajío mexicano. Tenía
ganas de comerse el mundo, tantas como de comerse una verga, y es que el pobre,
era uno de esos gays que transforman la fealdad de su cuerpo en algo oscuro que
guardan en lo hondo de su alma. Se llama rencor.
Pero no
vamos a perder el tiempo buscando la huella de dolor que lo hizo así,
posiblemente sólo fuera inseguridad, o más bien la inseguridad proyectada escondía
eso que no vamos a perder el tiempo buscando. Digamos que era un estudiante de
guión con ganas de hacer muchas cosas, pocas ideas buenas, mucho sudor en las
axilas, y escaso talento en una profesión
meritocrática. Amén de un cabello revuelto y grasiento de tanto llevarlo de
lado a lado con su manita derecha, y el
don del servilismo que hace sentir a todos especiales, más todavía, a los que
lo son poco. ¿Cómo se logra eso? Diciendo siempre lo que los demás quieren
escuchar, es así sencillo y, sufrido.
Un día
hicimos un concurso de guión por FB y Rafa lo ganó. Ahí empezó a frecuentarnos.
Nos llamaba “la industria”, y claro, nosotros nos reíamos de sus zalamerías porque
llamar a un par de blogs de guión “la industria”, es como llamar al presidente
de México, letrado. ¿Es que no ves, no oyes, no sientes? Nosotros lo llamábamos
con cariño, el aprendiz.
El aprendiz
de guionista poco a poco nos fue engañando. Nos dejaba hablar, cantinfleaba lo
justo, se reía de sí mismo haciéndose pasar por tonto (ahora sabemos que “navegaba
con bandera de pendejo”), y sobre todo, nos preguntaba sobre nuestros planes
como guionistas, sobre nuestras historias, sobre nuestros proyectos. Pensábamos
que ya no teníamos edad como para pecar de ingenuos pero no es cierto, la
ingenuidad no entiende de edad. Más bien, la edad jamás hará ecuación con lo
ingenuo, quizás sí con el ingenio, pero ése es otro cantar…
Rafa, tras
unos meses cursando nuestras
tertulias, y tras un verano, y un otoño y un invierno donde los involucramos en la escritura de guiones,
proyectos de festivales, fiestas, comidas, desayunos, pitchings, dosieres,
talleres y entrevistas, --a final de cuentas tras la palabra guionista siempre
va la locución “que se busca la vida”--, nos dejó. Desapareció a la francesa, y
eso que era de pueblito mexicano. Un día, dejó una conversación de chat a la
mitad y jamás volvimos a verle el pelo revuelto y grasiento. Intentamos ponernos en contacto con él, y nada, la tierra se lo había tragado como verga
que él nunca se tragó, de golpe. Engullido por la nada.
Hasta que supimos
de él. FB nos recomendó una página “similar” a la nuestra, o sea, una página de
guión. Para ser exactos, una página que era la página de una nueva revista
de escritura guionística que, qué casualidad, era un proyecto que un día habíamos platicado largo y tendido con el aprendiz. Queríamos empezar a editar una revista más en forma
además de los dos blogs (“la industria”), que ya llevábamos entre manos. La revista se había hecho realidad, pero no éramos nosotr*s los
editores, era él, Rafa.
Ahí guardamos
silencio. ¿Una revista de guión? Bienvenida sea aunque sea hecha por las teclas
de la traición. Total, somos guionistas, nos han dicho toda la vida que no
valemos nada. Ni en la escuela de cine nos respetan, mucho menos nos filman. ¿Qué
más da que otro guionista se haga la sangre mala y nos robe las ideas bajo
mano, si ideas son precisamente lo que nos sobra? Cualquiera que hable de guión
en este mundo sin que lo vaya a hacer muy mal, hace un favor a todo el gremio. No tiene
importancia que un gandallita del tres al cuarto quiera pasarse de lanza, y se
crea muy listo. Tarde o temprano lo pondremos en su sitio, pensamos…
Cuando vimos
anunciado un festival de guión que estábamos desarrollando, empezamos a
mosquearnos, o sea, a tener la mosca detrás de la oreja, a sentir una mosca
molestando cerca de nosotros. En el mejor de los casos la mosca es cojonera, o
sea, es una mosca que uno tiene incordiando en los testículos y no la puede
matar por si cuando va a golpearla no la mata, y se golpea lo que el lector o
lectora se está imaginando. En fin, en cualquier caso la mosca está ahí porque hay
algo que huele mal. Normalmente es algo bajo el pie, una mierda que ha pisado uno, por no decir
que a uno lo han pisado como mierda.
Ese festival
de guión nos costó meses desarrollarlo, ¿y al final para qué? Para nada. Para
que otro se lleve el crédito, las ayudas estatales, la prensa… Eso se llama frustración. Cuando nos roban
solemos sentirla. Sólo nos queda el triste consuelo de pensar que si lo
hubiéramos gestionado nosotr*s, lo habríamos hecho mil veces mejor. Y que una
misma idea, incluso un mismo proyecto, como cualquier guión, puede llegar a
buen puerto o puede hundirse; dependiendo de la calidad del capitán del barco, o sea,
de su director. Qué bueno es para la obviedad que Rafa sigue siendo un tipejo de pocos recursos creativos y
muy amigo de lo ajeno, y qué malo para él, pues a la gente le gusta saber las mañas de los demás, sobre todo si son malos y traicioneros; aunque a la mera hora a la gente le suele no
importar nada de nada, y si no, que le pregunten a cualquier político.
Ya cuando
supimos que había escrito un guión a partir de un argumento que habíamos
desarrollado nosotr*s hace dos años y que le dimos a él para ver si quería coescribirlo
con alguno del grupo, y que dicho guión lo había presentado a varios productores que lo
querían llevar a cabo por la idea “tan original” que en el texto desarrollaba,
creímos que nos daba algo, un ataque al corazón cuanto menos.
Un argumento se puede plagiar sin miramientos, no hay ley que lo proteja. Y quien dice un
argumento dice una escaleta de veinte páginas, o sea, un primer tratamiento de
la historia.
“Hay que
joderse tío, hay que joderse con este cabrón”, recuerdo que dijiste con tu
acento gachupín, Inquilino.
Ahora,
también me viene a la memoria que el último día que lo vimos, sin saber que iba
a ser el último, dijo que gracias a nosotr*s, gracias a conocer el enorme
esfuerzo que nos supone hacer un trabajo de divulgación guionística allende los mares, sumado a escribir nuestras propias historias, es que había decidido ser guionista. Más
que un pupilo o un aprendiz, este chaval es un cáncer de… Elijan ustedes el
lugar del cuerpo donde albergarlo, nosotr*s ya estamos cansados de mentar madres.
Sólo una
cosa más, Rafa. Feliciades por ese guión que vas a vender, mismo que nosotr*s argumentamos y escaleteamos, pero no te encuentres con nosotr*s a solas, porque además de guionistas frustados por culpa de un tipo como tú, somos bien malos, y no te van a sudar las axilas al vernos, sino que te van a
doler los huevos de la patada que te vamos a dar entre las piernas. Hijo de tu pinche ma…
Pd:
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, dicen, ¿no? :)
8 comentarios:
Qué lástima que escribas con las entrañas y no con la cabeza fría. No sé de quién hablas, pero, como lectora asidua del inquilino, me pareció un texto vergonzoso, homofóbico, discriminatorio. ¿Eres de origen español y criticas una región que no conoces de nuestro país? Como periodista, que no sé si lo seas, dejas mucho que desear. Espero que esa revista sea más profesional que tú. Deberías de darle la bienvenida a la competencia. Quizá te saque de tu zona de confort.
Si, lamentable, no sé donde quieres llegar con este "pelambrillo de baja estofa, hombre que sucede. Tenía otra idea del o los inquilinos. Ni siquiera vale como arguento par un trhiller criollo de bajos fondos.
Posiblemente el comentario anterior, haya sido por alguien que no es guionista, o al menos, no guionista profesional, o con todo respeto, no muy talentosa, quienes lo somos (modestias aparte) hemos pasado por el robo de ideas, una vez por lo menos, y sabemos de la frustración que se siente el haber confiado en alguien que terminó robándote, pero no se preocupen, por experiencia sé que esas personas desaparecen rápidamente, el mundo es más chico de lo que parece y todos en algún momento sabemos quién es quién por lo que dudo mucho que alguien lo contrate, además de no tener talento que lo respalde en una carrera tan dura en la que para mantenerse se necesita precisamente eso, talento e ideas, sin eso, simplemente desapareces. Muy buen artículo.
Ante todo, gracias por leernos, sea la primera o la última vez que lo hagan, su tiempo es muy valioso, no lo olviden. Aprovechamos para publicar el comentario que publicamos en FB sobre este artículo. "Para los que nos han escrito preguntando, aclaramos como se dice al final, que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El nombre usado es Rafa como podría ser Manuel, Vicente, Tenoch o Pepe. Mencionamos la palabra verga como podríamos decir coño, culo o tetas. También aclaramos que puede haber cosas tomadas prestadas de la realidad, es cierto, en este mundo hay mucho gandalla, (y el personaje está inspirado en uno de tantos), pero más allá de la anécdota o la aparente denuncia (también nos acusan los políticamente correctos de homofóbicos), el artículo subraya cómo se siente un guionista al ser robado y/o traicionado... Para los que hayan leído aunque sea por encima este blog, sabrán que el tema de la traición entre guionistas está muy presente. Y que a mano alzada, por lo menos hay media docena larga de artículos que tratan ese tema. Son historias narradas por guionistas de México, Aspaña, Chile.. Y que nosotros le damos forma. Gracias."
¡Oh Dios!
Divinamente les escribe un ser humano que los hará sentir en compañía, pues no son los únicos que fueron traicionados por este niñito.
Creo 100% en lo que aquí expresan. Definitivamente esta nota se trata de ese Rafa ... de ese niñito roba todo.
Rafael Martínez significa: traición, robo, estafa y claro, puras mentiras.
¿Que caso tiene joder a la gente para después joderse a uno mismo, no?
Casi creo que los dos anónimos comentarios de arriba podrían ser el mismo Rafa echándose porras.
Moraleja a los fieles amigos, fans, enamorados y de más que formen parte del círculo laboral o ¨amistoso¨ de Rafa, ¡cuidado! .. el niñito Rafa no perdona, te chinga y magicamente desaparece de la faz de la tierra.
Bien por evidenciar esto Inquilino.
Ojalá aporten más comentarios, porque sé que hay más gente a la que Rafa se chingó, hasta en nimiedades.
Y para los que satanizan lo aquí expresado, si es que no están familiarizados con lo que significa trabajar arduo en este ámbito del cine y el hecho de gastar tiempo, dinero, y meterle esfuerzo y pasión a un proyecto.. todas estas fuertes y ¨malas¨ palabras, son las palabras de personas frustradas, a las que le robaron una parte de las ganas por sobresalir, por lo más mínimo que pueda parecer un proyecto, no crean que son nomás por joder.
Anónimo 3, tienes más razón que un santo, caray, qué bien escribes. :D
Lope de Vega, quien de verdad era escritor, y escritor nada menos que de mil y tantas comedias, solía ir a ver las piezas de los otros comediantes para saber cómo lo habían robado y qué podía él a su vez, robar.
El resto no son más que pamplinas baratas de unos chalados incapaces de encontrar otras cosas en la vida en las que pasar el tiempo...
Pues sí, matar el tiempo, pasar la vida, no aburrirse tanto, esto es un juego de ficción del tres al cuarto. Saludos.
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