Cuando hablamos de la estructura de un guion, generalmente nos enfocamos en el planteamiento, el desarrollo y el clímax. Sin embargo, hay un momento crucial que muchas veces pasa desapercibido: la acción descendente. Esa fase en la que la historia empieza a cerrar sus hilos, mostrando las consecuencias del clímax y preparando al espectador para el desenlace.