viernes, 7 de febrero de 2025

Decálogo del guionista para no caer en las trampas de las plataformas de streaming

El sueño de cualquier guionista es ver su historia producida y disponible en una plataforma de streaming. Pero entre ese sueño y la realidad, hay un obstáculo: el contrato. Las plataformas juegan con ventaja. Tienen abogados, equipos legales y contratos redactados de forma que muchas veces benefician más a ellos que a ti. Para no firmar a ciegas, aquí tienes un decálogo con las claves que debes revisar antes de comprometerte.

1. Lee todo el contrato (aunque duela)

No firmes nada sin leerlo de principio a fin. Es aburrido, sí, pero ahí están las trampas. Si hay términos que no entiendes, pide ayuda. No caigas en el "todos firman esto" o "es el contrato estándar". La trampa de lo "estándar" es que está diseñado para favorecer a la otra parte.

2. Derechos de autor: ¿qué cedes y por cuánto tiempo?

El alma del contrato está en esta sección. Muchas plataformas intentan quedarse con todos los derechos "a perpetuidad" y "en todo el universo" (literal). No regales tu historia para siempre a cambio de un solo pago. Lo ideal es negociar cesiones por periodos limitados o con revisiones futuras.

3. Créditos: protege tu nombre en pantalla

Hay plataformas que pueden cambiar tu título de "guionista" a "colaborador en la historia" sin que te des cuenta. O peor, borrarte del crédito si reescriben demasiado. Asegúrate de que tu crédito esté especificado en el contrato y que los cambios significativos en el guion no puedan eliminar tu participación.

4. Remuneración: cuándo y cómo te pagan

"Te pagamos cuando el proyecto se haga" suena bien, pero si nunca lo producen, ¿qué pasa? Asegúrate de que haya pagos por hitos: al firmar, al entregar el primer borrador, al hacer reescrituras y al empezar la producción. Evita los bonos "por éxito" si no están garantizados en cifras concretas.

5. Condiciones de reescritura: no trabajes gratis

Algunas plataformas incluyen cláusulas donde pueden pedir cambios ilimitados sin pago extra. Cada reescritura es trabajo, y se debe cobrar. Negocia un límite de revisiones incluidas y tarifas por revisiones adicionales.

6. Exclusividad: no te encierres en un solo proyecto

Evita contratos que te impidan trabajar en otros proyectos. Algunas plataformas te amarran por meses (o años) sin producir tu guion y sin dejarte venderlo en otro lado. Asegúrate de que los tiempos de exclusividad sean razonables y no indefinidos.

7. Duración del acuerdo: no te cases de por vida

Algunos contratos amarran tu historia por años sin producirla. Si la plataforma tiene derechos sobre tu guion, debe haber plazos claros de vencimiento. Si en x tiempo no la producen, el guion debe regresar a ti.

8. Propiedad intelectual: protege tu universo

Si tu historia tiene potencial para secuelas o spin-offs, evita contratos donde la plataforma se quede con el "universo" y sus personajes. Podrías perder el derecho a escribir nuevas historias con ellos.

9. Adaptaciones y cambios al guion

Algunos contratos permiten a la plataforma modificar tu historia sin consultarte. Si no quieres que conviertan tu drama en una comedia sin tu opinión, protege tu participación en las decisiones creativas.

10. Confidencialidad y penalizaciones

Revisa si hay cláusulas que te prohíban hablar de tu trabajo de manera desproporcionada. Algunas plataformas imponen multas ridículas por romper "confidencialidad" en redes sociales. Lee bien estas restricciones.

Entonces, ¿cómo te proteges? Busca asesoría legal

Si un contrato te parece complicado, lo mejor es consultar con un abogado especializado en derechos de autor y propiedad intelectual. No te conformes con "es lo que hay". Si no puedes pagar uno, acércate a asociaciones de guionistas o colectivos que puedan asesorarte, como el inquilino guionista que, pese a que no somos sindicato, somos la mejor comunidad de guionistas de toda Latinoamérica.

Mi experiencia con un contrato de plataforma (sin mencionar nombres por decoro)

Hace un tiempo, una plataforma de streaming me ofreció un contrato que, en apariencia, era un buen trato. Pero al revisar la letra pequeña, descubrí que intentaban quedarse con todos los derechos de mi historia a perpetuidad y en todo el universo conocido (y por conocer), como menciono más arriba. Además, las condiciones de pago eran ambiguas, no especificaban plazos y había una cláusula de exclusividad que, de haber firmado, me habría impedido escribir cualquier otro proyecto sin su aprobación.

Afortunadamente, mi abogado y yo nos tomamos esto con creatividad, sentido del humor y algo de pericia. Nos dimos cuenta de que el contrato tenía varias lagunas legales que podían jugar a nuestro favor si sabíamos negociar bien. En lugar de rechazarlo de inmediato, redactamos una contrapropuesta en la que limitábamos la cesión de derechos a un periodo de tiempo razonable, fijábamos pagos concretos por cada etapa del proyecto y garantizábamos mi crédito como guionista.

La plataforma, por supuesto, no aceptó de inmediato. Intentaron presionarme diciendo que "todos firmaban ese contrato sin problema", pero mi abogado y yo insistimos. Al final, tras varias rondas de negociación, logramos que modificaran los términos y obtuve un acuerdo mucho más justo.

Lo más curioso es que, después de la firma, algunos colegas que también habían trabajado con la plataforma me contaron que a ellos les ofrecieron exactamente el mismo contrato leonino, y varios lo habían firmado sin cuestionarlo. Por eso, mi consejo es claro: lee, pregunta, negocia y no tengas miedo de decir que no.

Así que no olvides que las plataformas pueden ser una gran oportunidad, pero también pueden ser un dolor de cabeza si no sabes leer la letra pequeña. Un mal contrato puede dejarte sin historia, sin crédito y sin derechos. Toma el tiempo para revisarlo, asesórate y no tengas miedo de negociar. Si quieren tu guion, lo valorarán como se debe.


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