domingo, 9 de febrero de 2025

La acción descendente en el guion cinematográfico: cómo se escribe y para qué sirve (¡con ejemplos de cine en español!)

Cuando hablamos de la estructura de un guion, generalmente nos enfocamos en el planteamiento, el desarrollo y el clímax. Sin embargo, hay un momento crucial que muchas veces pasa desapercibido: la acción descendente. Esa fase en la que la historia empieza a cerrar sus hilos, mostrando las consecuencias del clímax y preparando al espectador para el desenlace.

¿Qué es la acción descendente?

La acción descendente es el tramo posterior al clímax y previo al desenlace. Su función principal es mostrar el impacto de las decisiones tomadas en el clímax, ya sea para resolver conflictos o para enfatizar la tragedia de lo inevitable. Dependiendo del género, puede ser breve y contundente o pausada y reflexiva.

En un thriller como El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), la acción descendente es corta y efectiva: Benjamín Espósito descubre la verdad sobre el asesino y su castigo silencioso, dejándonos con una sensación amarga y reflexiva. En cambio, en un drama como Roma (Alfonso Cuarón, 2018), la acción descendente se desarrolla con más calma, permitiéndonos ver cómo Cleo y la familia procesan lo vivido antes de regresar a la cotidianeidad.

¿Cómo se escribe la acción descendente?

Debe ser concisa y visual. En lugar de explicaciones verbales, es preferible mostrar con acciones y reacciones lo que ha cambiado en los personajes.

Ejemplo: Los olvidados (Luis Buñuel, 1950)

Clímax: Jaibo es asesinado por la policía.

Acción descendente:

EXT. BASURERO - AMANECER
Pedro yace inerte sobre los escombros. Meche observa su cuerpo, sin llanto, con una resignación amarga. Un hombre sin rostro recoge su cadáver y lo arroja a un carromato. El carromato se aleja. Nadie lo detiene. Nadie pregunta.

Este ejemplo ilustra la crudeza de la acción descendente: en unas pocas imágenes nos muestra el destino del protagonista y el sinsentido de su muerte en una sociedad indiferente.

¿Para qué sirve la acción descendente?

  1. Cierra la historia: Nos permite ver las repercusiones del clímax y atar los cabos sueltos.
  2. Profundiza en la emocionalidad: Nos deja sentir el peso de lo ocurrido antes del desenlace.
  3. Prepara el tono final: Puede dar un cierre esperanzador, trágico o ambiguo.

Ejemplo: Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, 1968)

Clímax: Sergio, un intelectual burgués, ve su mundo tambalearse tras la Revolución Cubana.

Acción descendente:

INT. APARTAMENTO DE SERGIO - DÍA
Sergio se asoma por la ventana. La Habana sigue en movimiento. Autos, gente, discursos en la radio.
Sergio enciende un cigarro. Suspira. Solo.
La ciudad se extiende ante él, indiferente.

La acción descendente nos muestra que el protagonista no ha cambiado el mundo, pero el mundo ha seguido adelante sin él.

Ejercicios para mejorar la acción descendente en tu guion

  1. Observa películas y analiza cómo manejan la acción descendente. Pregúntate: ¿Es breve o extensa? ¿Qué sensación deja?
  2. Reescribe el final de una historia cambiando la acción descendente. Imagina que Amores perros terminara con un reencuentro entre los hermanos en lugar de con su separación.
  3. Escribe una escena sin diálogos que muestre las consecuencias del clímax.

La acción descendente es una parte importante del guion. No se trata de extender innecesariamente la historia, sino de darle un respiro final que haga eco en el espectador. Como guionistas, debemos aprender a manejarla con la misma atención que el clímax, pues es en esos últimos momentos donde una historia realmente deja huella.

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